El municipio de Marín ha reforzado su vínculo con la cultura marítima gracias a la segunda edición del Festival Cine do Mar, una cita ya consolidada en el calendario cultural gallego. Durante varias jornadas, el evento transformó diferentes espacios de la localidad, acercando cine, patrimonio y tradición a vecinos y visitantes en un ambiente marcado por el calor del comienzo del verano y el entusiasmo por la creatividad audiovisual.
Desde el primer momento, el festival subrayó la importancia de la relación entre el mar y el cine, comenzando con un emotivo homenaje a la directora Margarita Ledo. La cineasta gallega recibió el premio honorífico en la inauguración celebrada en la sala Cine Seixo, en reconocimiento a su trayectoria y su firme implicación con el audiovisual en Galicia, el compromiso social y la memoria colectiva del territorio. Tras la entrega, se proyectó su película Prefiro Condenarme, que motivó intensas reflexiones entre los asistentes.
Premios: triunfo de la creatividad local y el patrimonio
Los galardones principales de la edición se entregaron en la Biblioteca Municipal Vidal Pazos. En la Sección Oficial, el jurado otorgó la Sardiña de Ouro a Mexillonaria, un cortometraje dirigido por Pablo Chouza que ahonda en el día a día de las bateas gallegas y reivindica los oficios del mar. Por su parte, el público premió con el Polbo de Ouro a Chelito, obra del realizador marinense Carlos Prado, con la que se aplaudió el talento local y las historias vinculadas a la comunidad.
La Sección Ensino cobró especial relevancia gracias a la numerosa participación de centros educativos de A Coruña y Pontevedra. El Rodaballo de Ouro lo recibió el IES Nº 1 de Ribeira por su obra O Xurelo, mientras que el CEIP Sequelo de Marín obtuvo una mención especial por A fala dos Caghanacubeta. De este modo, el festival apostó por el fomento de la creatividad entre los más jóvenes y por la conexión de las nuevas generaciones con el entorno marítimo.
Fotografía, actividades paralelas y ambiente marinero
Uno de los momentos más destacados fue la entrega de premios del I Certamen de Fotografía do Mar, que compartió protagonismo con el cine. El primer premio recayó en Tempo só no mar, fotografía de Daniel Riobó Vázquez, que será la imagen del cartel para la próxima edición. Ignacio Abella Diéguez se hizo con el segundo galardón por Mexilla y también obtuvo el tercer puesto con su obra Atardecer nos Parques de Carril. Estas imágenes no solo capturan la esencia del litoral gallego, sino que consolidan la apuesta del festival por las artes visuales ligadas al mar.
El programa incluyó proyecciones de los cortos y documentales premiados, mesas redondas sobre la situación del sector pesquero y el marisqueo, así como demostraciones gastronómicas y excursiones. Más de cien personas participaron en la visita guiada a la isla de Tambo, una oportunidad para conocer de cerca el patrimonio natural y cultural de la ría, que sorprendió a muchos de los asistentes por su riqueza y su historia.
Xuntanza Mariñeira y la despedida a orillas del mar
Para finalizar, el festival celebró la Xuntanza Mariñeira en la dársena recientemente remodelada de las Chalanas, donde se reunieron embarcaciones tradicionales como dornas, gamelas, botes pulpeiros o galeones. Más de medio centenar de personas, vinculadas a asociaciones marineras de la Ría de Pontevedra y otras zonas, participaron en este encuentro, que sirvió para reivindicar la memoria viva del mar gallego y para acercar al público la belleza y diversidad de la flota tradicional.
Este festival demuestra cómo la unión entre cine, fotografía y patrimonio marino puede fortalecer la identidad cultural de una comunidad y promover el respeto y la conservación del entorno natural. La suma de homenajes, premios y actividades culturales vuelve a situar a Marín como un epicentro de la cultura marítima en Galicia, destacando la capacidad del evento para unir generaciones y poner en valor el patrimonio atlántico a través del arte y la creatividad.