Hablamos de Historias de la ciencia con su autor, Fernando del Álamo

Fernando del Álamo contesta a las preguntas de esta entrevista con la misma concisión (y voluntad explicativa) con la que afronta la tarea de redactar las entradas de su blog. Historias de la ciencia es una página web de cabecera para los aficionados a las curiosidades, las biografías y las anécdotas relacionadas con el ámbito científico. De los textos ahí recogidos a lo largo del tiempo nació en julio de 2008 el libro homónimo, autoeditado.

El tiempo que ha pasado desde entonces es más que suficiente para que el autor hable con suficiente perspectiva sobre la autoedición, y también sobre la relación de los blogs con el libro impreso, las motivaciones personales que le llevan a realizar su trabajo o las razones que por las que alguien de ciencias decide adentrarse en la divulgación.

¿Qué le llevó a empezar a escribir sobre ciencia?

Es un tema que siempre me ha apasionado. Ya de joven me encantaba hablar de estos temas con los amigos. Algunos se reían diciendo que me gustaban las cosa raras, pero había otros que hacían más preguntas. El blog no es más que un reflejo de esa pasión: hablar del tema del que siempre más me ha gustado hablar.

Sería incapaz de escribir sobre otro tema.

laboratorio

Foto de Eduardo Izquierdo.

Es sabido que la constancia, en los blogs, no siempre es fácil de mantener. Por eso vale la pena hablar de motivaciones. De la primera entrada hace ya mucho tiempo. ¿Sigue escribiendo por las mismas razones que al empezar?

Cuando empecé a hacer el blog sólo quería tener un lugar donde anotar curiosidades de la ciencia y de sus personajes o que me habían llamado la atención, bien por su ironía, su contenido, o porque podía enseñarnos a ver cómo actuaban estas personas y la fortaleza de su carácter.

El blog me dio la oportunidad de no sólo hacer esto, sino leer comentarios de muchos lectores. Conocí personas que tenían inquietudes muy parecidas a las mías y chavales jóvenes que me escribían correos diciéndome que se iban a dedicar a estudiar ciencia porque mi blog les había acabado de convencer. Descubrí que motivaba a personas a que buscaran más información por sí mismas. Podía influir a la gente y hacer que la ciencia formara parte de su vida. Es algo que me llena de orgullo y satisfacción.

Pero también conocí personas que creen realmente que la Tierra tiene 6000 años o que afirman lindezas como que «La Teoría de la Evolución es sólo una Teoría» o «que no está demostrada».

Esto me hizo ver que mi tarea no sólo es compartir mi gusto por la ciencia, sino divulgarla al máximo de mis posibilidades. He de lograr hacer ver a aquellas personas que están en un error o, al menos, que si no creen estarlo, sea porque así lo han deducido ellos, no porque otros se lo hayan dicho.

No quiero que las personas crean por las buenas aquello que oigan o lean. Ni siquiera lo que yo les diga. Quiero que lean, que aprendan, que se familiaricen con la ciencia, que conozcan a sus personajes, cómo actuaban y sus motivaciones e inquietudes, sus discusiones y debates, sus enfados, etc. Y una vez que tengan toda esa información a su alcance y que estén empapados de todo ello; entonces que formen su propia opinión.

Así que hoy hago lo mismo que cuando empecé, pero por motivos diferentes.

¿Se considera un narrador o un divulgador? Aunque tal vez no sean términos incompatibles…

Divulgador. No pretendo explicar lo sucedido, sin más; sino sacar algún provecho o idea de ello y aprovechar la circunstancia para poder explicar cualquier curiosidad de ciencia o del comportamiento humano de los hombres de ciencia.

Según el prefacio de su libro Historias de la ciencia, explicar ciencia es como estar enamorado: «quieres explicarlo a todo el mundo» (citando a Carl Sagan). ¿Historias de la Ciencia es un libro accesible a todo el mundo? ¿Se puede explicar ciencia sin fórmulas ni complicadas expresiones?

Por lo menos, el libro va con esa intención. Pretende que pueda ser leído tanto por una persona sin apenas formación como por un licenciado.

Creo que se puede explicar ciencia con un lenguaje accesible a todo el mundo. Sucede que para llegar a algunas conclusiones a las que ha llegado la ciencia hay que hacer razonamientos muy complejos. Dichos razonamientos deben quedar para los especialistas. Pero todos podemos entender las consecuencias a grandes rasgos aunque no conozcamos los detalles.

Por otro lado, también hay que poner algunas fórmulas. No creo que poner alguna fórmula sea malo por definición. El problema es que dichas fórmulas tienen un sentido, un significado y unas consecuencias, y muchos no lo explican con la claridad debida. Hay que llegar a un término medio donde todo tenga su aportación.

¿Y la ciencia? ¿Quién puede explicar la ciencia? Confieso que pregunto con la intención no de alimentar el tópico, sino justo de lo contrario, de conocer de primera mano la opinión de alguien en cuyo trabajo interseccionan estos dos bloques de conocimiento: ¿se es o de letras, o de ciencias?

No creo que exista contradicción entre ciencias y letras. Lo que sí existe es algo de fobia de los que están en un bando hacia los temas del otro bando y que la fobia a la ciencia está más aceptada socialmente que la fobia a las letras. Lo que hace falta son buenos divulgadores tanto de un lado como de otro. He conocido profesores malos tanto de matemáticas y de física como de historia y lengua.

Hace falta que haya gente que explique las cosas sin rodeos y poniéndose en la piel del que escucha.

La tendencia a saltar del blog al libro parece que va ganando adeptos incluso entre los escritores consolidados. Recientemente se supo que un compendio de entradas del blog de Saramago saldrá a la venta en papel. En este sentido cabe preguntar: ¿Imponen los blogs un registro, un estilo, un modo de escribir? ¿Son substitutos del libro impreso? ¿Cómo afronta un autor la transición del blog al libro?

Hay que reconocer que un blog es un estilo diferente del libro habitual. No se puede escribir una novela en un blog, a no ser que sea de pequeños capítulos, pero cualquier blog puede ser un libro tarde o temprano. Creo que jamás un blog sustituirá a un libro impreso. Al menos, mientras los ordenadores no tengan el tamaño de un libro.

Respecto a cómo viene el paso del blog al libro, creo que es el paso natural en todas aquellas personas que escriben un blog cuyo tema central no sea de opinión o de actualidad. Los artículos de un blog de ciencia, historia o curiosidades no son una moda; quiero decir que no tienen fecha de caducidad.

Por otro lado, los autores famosos como Saramago que escriben un blog no tienen problema a la hora de editar libros. Escriban lo que escriban, casi seguro que tendrán éxito. Al menos, de ventas.

Efectivamente, los escritores consolidados tienen muchas facilidades con respecto a los primerizos, también para publicar. Su libro es autoeditado. ¿Qué le llevó a tal elección?

El no tener que ponerme de acuerdo con nadie, el no tener que buscar a otra persona para que juzgara lo que yo escribía. Hice un libro y así quería que lo viera el lector, sin filtros ni cambios.

¿Tiene ISBN su libro? ¿Es algo muy problemático en relación con la autoedición?

Sí, el libro tiene ISBN. Es gratuito, aunque no está impreso en el mismo libro (conseguí el ISBN después que estuviera ya publicado). No obstante, tampoco tuve problemas mientras no lo tuve. Lo único que tiene de malo la autoedición es que no se vende en librerías.

¿Ha pensado en un segundo libro? ¿Optaría también por la autoedición?

Sí, se está gestando un segundo libro y seguramente también optaré por la autoedición. Creo que a las editoriales no les interesa publicar cultura, sino libros que se vendan mucho para obtener cuantos más beneficios mejor.

Muchas gracias, Fernando.

Ha sido un placer.

Historias de la ciencia se puede comprar a un precio de 15,71 euros en la librería virtual Lulu. Hay más información en una entrada en el blog homónimo.


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