George Simenon: Una vida de excesos sexuales y literarios.

Paris: La ciudad preferida por Simenon donde situó a su inolvidable comisario Jules Maigret.

Paris: La ciudad preferida por Simenon donde situó a su inolvidable comisario Jules Maigret.

George Simenon, creador del célebre comisario Maigret, lleva vendidos más de quinientos millones de libros de su obra, compuesta por más de trescientos libros. Los que le hicieron famosos fueron los 78 protagonizados por el comisario Maigret, desde el primero, Pierre el Letón (1929), hasta el último, Maigret y el señor Charles (1972),

Simenon era capaz de escribir una novela en quince días: en ese tiempo nadie podía hablarle ni molestarle. Él lo definía como un periodo de intenso sufrimiento.  Un día, Alfred Hitchcock le telefoneó y, cuando le respondieron que el señor Simenon no podía ponerse porque acababa de empezar una nueva novela, cuentan que el cineasta respondió: «Bueno, espero.»

Los inicios de George Simenon.

Simenon nació el viernes 13 de febrero del año 1903 en Lieja (Bélgica). Su madre, le inscribió en el registro el día 12 para evitar el número fatídico.

Buscaba el nombre de los personajes en la guía telefónica. Pronunciaba nombres y apellidos en alto hasta que encontraba los que mejor sonaban a la hora de dar forma a sus personajes.

George tuvo un hermano pequeño, Christian, el favorito de su madre, que murió en la guerra de Indochina donde había huido para evitar ser condenado por su pasado nazi. Su madre siempre reprochó a Simenon que no hubiera muerto él en lugar de su hermano.

Ganó su primer dinero con una novela corta de las que se vendían en los quioscos y que escribió en una mañana de 1924. Pronto empezó a ganar mucho dinero y cada mes enviaba una cantidad a su madre. Un día, ella se lo devolvió todo, intacto.

En los años 20, Simenon se trasladó a París. Allí se unió grupo bohemio La Caque. Fue una etapa de excesos: al sexo, a las drogas y al charlestón le acompañaba el consumo descontrolado de alcohol. En esa época, se convirtió en amante de Joséphine Baker.

Simenon y Baker, unidos por su desbordada pasión por el sexo.

Simenon y Baker, unidos por su desbordada pasión por el sexo.

Simenon fue periodista antes que escritor, un oficio que le permitió conocer los claroscuros de la sociedad y estar cerca de informes policiales que asentaron las bases de sus futuros libros detectivescos.

Una vida marcada por su obsesión por las mujeres.

Además de un prolífico escritor, era un adicto al sexo. Con estas palabras explica Simenon su adicción en sus Memorias íntimas:

«La mujer es lo que más me ha fascinado en la vida. Tenía hambre de todas las mujeres con quienes me cruzaba y cuya grupa ondulante bastaba para enardecerme hasta el dolor físico. ¿Cuántas veces aplaqué esta hambre con jovencitas mayores que yo, en el umbral de una casa o en algún callejón tenebroso? O bien entraba furtivamente en algunas de aquellas casas en cuyas ventanas una mujer más o menos gorda y deseable tejía plácidamente».

Se casó tres veces. Él y su segunda mujer, madre de su hija, tenían una relación sexual transgresora: iban juntos a los burdeles para tener sexo con otras mujeres. Su tercera mujer fue la doncella contratada para atender a la segunda durante su enfermedad.

«Una vez hice la cuenta. Desde los doce años, tuve diez mil mujeres en la cama» (George Simenon)

Después de la Segunda Guerra Mundial, se exilió en los Estados Unidos huyendo de las sospechas que recaían sobre él por haber colaborado con los nazis. El pasado nazi de su hermano Christian y unos artículos antisemitas escritos por el mismo Simenon, obligado por el régimen según él, fueron la semilla de las sospechas.

A los 37 años le diagnosticaron un problema cardíaco muy grave. Simenon creyó que iba a morir, así que escribió sus recuerdos de infancia y juventud para que su hijo Marc supiera quién fue su padre. El diagnóstico fue erróneo y Simenon vivió hasta los 86.

Simenon también era adicto al tabaco de pipa. Tenía pipas de gran valor: sus favoritas eran las de espuma de mar que limpiaba con alcohol, calvados, coñac o bourbon, aunque su pipa preferida era una de brezo.

«Desde los 15 o 16 años he encendido una pipa al levantarme y continuaba fumando hasta irme a la cama. Esto implica que siempre llevo al menos dos pipas en el bolsillo, y que tengo alrededor de una docena en mi escritorio. Es cierto que las lleno todas antes de empezar a trabajar, así puedo hacerlo sin interrupción».

El triste final del genio literario.

Simenon tuvo tres hijos y una hija, Mary Jo que se suicidó con 25 años. Siempre hubo rumores de que la relación entre padre e hija rozaba lo incestuoso.

«Mary Jo fue descrita por uno de sus doctores en su vida adulta como ‘un caracol sin concha’. La correspondencia entre ellos se lee más como cartas de amor que como un intercambio entre padre e hija». (Patricia Highsmith)

Una de sus grandes novelas, Pedigrí (1948), fue retirada de las librerías tras haber sufrido tres demandas de difamación por parte de personas cercanas al autor que se reconocieron en los personajes de la novela.

Simenon murió en Laussane (Suiza) en 1989 después de haber vivido en más de 33 casas.

«Miro a mi alrededor y digo: ¿qué hago aquí? Y no sé la respuesta», confesó Simenon.


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