Con su décima edición, Fira B! Arts Escèniques ha convertido Palma en un hervidero escénico durante cuatro jornadas, combinando agenda profesional y exhibición de piezas. La cita reunió a 190 profesionales y atrajo a 3.150 asistentes, cifras que refrendan su papel como espacio de referencia para la creación y la proyección exterior del talento balear.
La programación volvió a ser amplia y plural, con danza, teatro de texto y de calle, circo y propuestas que exploran nuevos lenguajes. Junto a las funciones, se celebraron encuentros, talleres y sesiones de networking que facilitaron el contacto entre compañías, programadores, traductores e instituciones.
Cuatro días de actividad profesional y redes
El arranque de las jornadas profesionales llegó con el taller COFAE: Cápsulas de buenas prácticas en la distribución de artes escénicas, impartido por Nacho Vilar y Caterina Muñoz, y con la celebración de la Junta Directiva de La Red Española de Teatros, Auditorios, Circuitos y Festivales de Titularidad Pública.
En paralelo, tomó cuerpo la “Misión de traductoras”, un proceso de intercambio creativo entre traductoras internacionales y dramaturgías de las Islas Baleares. Participaron nombres como Hillary J. Gardner, Rita Bueno o Birgit Kirberg, junto a creadores baleares como Aina de Cos, Héctor Seoane o Jeroni Obrador, con sesiones que culminaron en Ca n’Alcover y contaron también con Carme Planells, Pau Coya, Josep Ramon Cerdà o Neus Nadal.
El enfoque inclusivo estuvo muy presente con la mesa Artes escénicas e inclusión: caminos y propuestas y la presentación del programa Danza a Escena, en una sesión conducida por Xosé Paulo Rodríguez y Elvira Gutiérrez, donde se subrayó el papel vertebrador de la danza contemporánea y la movilidad de artistas y compañías.
La programación en el espacio público también tuvo su lugar: el Col·lectiu Güilis desplegó una acción participativa en las calles de Palma, sumando una capa más a la dimensión ciudadana de la feria.
Éxitos de programación y respuesta del público
La inauguración en el Teatre Principal de Palma con Els darrers sis dies, de Marta Barceló, marcó el tono de una edición con muy buena respuesta. Tanto la instalación La Calidesa (Coma14 y Société de la Mouffette) como Chocolate (Produccions de Ferro y Offline Production) agotaron entradas en la mayoría de sus pases.
El público familiar tuvo mayor presencia que otros años con títulos como Únic, La gran màgia, AHNI, El moix fa meu o L’Orquestra Vulpini, reforzando el carácter abierto e inclusivo de la oferta.
En danza, Es Baluard Museu acogió algunas de las piezas más celebradas: Hem caigut i he tancat els ulls, Jarana, Cybil·la, Être, Pájaros, Marea y JUANCABALLO. Entre las creaciones apoyadas por el Institut d’Estudis Baleàrics (IEB) destacó la eivissenca Hereva, de Inés Sarmiento; la clausura llegó con Orgia, de la Cia. Miquel Barcelona.
Teatro de texto, nuevos lenguajes y circo
El teatro de texto mostró músculo con El covard, de Toni Gener (Xàfec Teatre), y Cavallet de mar o el peix invisible, de Pau Coya. La cartelera se completó con propuestas como Winning Joan y ¿Quién matará a Mesalina?, que ampliaron el foco del teatro contemporáneo de las Illes Balears.
En el terreno más experimental se vieron piezas como Frankenstein, autoritratto de autrice o el teatro inmersivo de Nua, además de trabajos como Betadine y la performance On the Difficulty of Telling the Truth, que exploraron nuevos lenguajes escénicos.

El circo también tuvo su momento con Crisàlide – All You Need is Love (work in progress), de Marilén Ribot, que ocupó la plaça Major de Palma y estableció un diálogo directo entre creación y espacio público.
La variedad de miradas se completó con piezas como Famulus 4.0, Elements o Cul-de-sac, muestra de una programación plural que combinó estrenos, relecturas y formatos híbridos.
Más espacios y alcance internacional
La feria amplió su mapa de sedes para diversificar experiencias: además del Teatre Principal de Palma, se programó en Ca n’Alcover, Es Baluard Museu, Espacio El Tub, Teatre Mar i Terra, Teatre Xesc Forteza y Espai Ànima, entre otros.
La dimensión internacional se reforzó con la presencia de delegaciones de Suiza, Italia, Reino Unido y Alemania, así como profesionales de comunidades como Valencia, Cataluña, Euskadi, Galicia, Canarias y Castilla y León. Esta red de contactos afianza la circulación de proyectos y nuevas coproducciones.
En cifras, el encuentro reunió a 190 profesionales y registró 3.150 asistentes, con múltiples sesiones con aforo completo y un claro refuerzo del trabajo en red entre agentes del sector.
Desde el Institut d’Estudis Baleàrics se subraya que Fira B! es ya mucho más que una muestra: una comunidad viva que impulsa el diálogo, la movilidad y la visibilidad de las artes escénicas del territorio.
La edición deja un poso claro: Fira B! Arts Escèniques consolida un ecosistema de colaboraciones, amplía audiencias y proyecta la creación balear hacia nuevos circuitos, manteniendo el equilibrio entre programación artística y dinamización profesional.