Feria de Otoño del Libro Viejo y Antiguo de Madrid. Paseando entre joyas.

Paseo de Recoletos. Madrid. Fotografía (c)Mariola Díaz-Cano.

Un año más se está celebrando la Feria de Otoño del Libro Viejo y Antiguo de Madrid. Empezó el pasado jueves 27 de septiembre y acaba el 14 de octubre. Es ya la 30ª edición y se encuentra
en el Paseo de Recoletos. Son 38 puestos de librerías de toda España. Suelo pasarme todos los
años que puedo. Esta es la crónica de mi visita hace unos días.

Feria de Otoño del Libro Viejo y Antiguo de Madrid

Cita tradicional en la primera quincena de octubre, la organiza la Asociación de Libreros de Viejo, LIBRIS. Sin ánimo de lucro, fue fundada en 1988 y cuenta en la actualidad con 37 libreros de toda España. Cada año edita un libro de interés bibliográfico y el de este es Un viaje por España, de Saturnino Calleja. Es una edición facsímil del original editado en 1922 y que incluye grabados, fotografías, bocetos y mapas que lo hacen aún más atrayente. Sin duda, un título muy apropiado para adornar o hacer un guiño al panorama actual.

Pero hay mucho más entre el medio millón de libros aportados de los fondos bibliográficos de librerías de toda España. Así encontramos primeras ediciones, incunables, manuscritos originales, grabados y ediciones raras. Y por supuesto también tebeos, álbumes de cromos, antiguos números de revistas, grabados, litografías, encuadernaciones artísticas, postales o carteles publicitarios y de cine.

Paseando entre joyas, supervivientes y memoria

Hace dos años empezaba yo mi andadura en este blog y uno de mis primeros artículos fue para este acontecimiento literario anual en el otoño madrileño. En 2017 no pude pasarme, pero este año sí que he ido. Fue el jueves 27, día de su inauguración, a media tarde. Estaba haciendo tiempo justo antes de ir a un seminario sobre edición de libros y eché un vistazo general. Pero fue suficiente.

Las sensaciones son las mismas cada vez: placer, nostalgia, olores, recuerdos, vivencias y fascinación. Por esos viejos libros o libros viejos. Por sus vidas vividas que hacen y han hecho vivir otras y a otros. Por lo que pueden significar e inspirar mirando sus cubiertas, tocando sus lomos y, quizás sobre todo, aspirando su olor, ese tan característico del papel amarillento, de tintas ya desteñidas.

Ese de ahí, al tocar su papel, tiene más mano que este otro. Aquellos son de cartoné con relieve. Esos, los de la famosa cubierta azul flexible de la Editorial Aguilar. En la estantería más al fondo están los grandes tomos con la tipografía dorada y lomos de piel rugosa. Los enormes volúmenes de enciclopedias, los de cartografía, los de arte.

Y luego están los que te da miedo tocar porque parece que se convertirán en polvo con solo ponerles el dedo encima. Los más baqueteados y viajados, o los que han tenido menos suerte con sus dueños o sus lugares de reposo. Los mutilados de cien batallas, a las que suman su edad rodando por el mundo entre manos descuidadas o malvadas, irresponsables o ignorantes. Algunos sobrevivieron al fuego y la ignominia, a otros los abandonaron, pero encontraron un nuevo dueño.

De entre esos menos afortunados los más frágiles son los viejos tebeos. Con portadas gastadas de picos doblados, descoloridas. Todos con el tono más o menos sepia del tiempo inmisericorde entre sus páginas de diversión infinita y con las que muchos aprendimos a leer. Algunos cojean de grapas perdidas. Otros aguantan el tipo y se conservan apenas con arrugas.

También han pasado lo suyo esas ediciones de bolsillo cuyo fresado casi suena cuando las abres. Temes al instante que las páginas se vayan a desparramar. Se agolpan entonces los párrafos en interlineado sencillo. El sepia puede cambiar a amarillo, marrón claro o crema. Igual que el tacto. Lo que no varía es el olor.

Todos, sin excepción y pese a tanto achaque, se mezclan en esta gran quedada que los reúne desde muchas librerías de España durante unos días. Han venido desde Barcelona, Granada y Sevilla, de Pamplona y Salamanca. También hablan otros idiomas conviviendo sin problemas. Y así anda por ahí una edición única de El Anticristo de Nietzsche, en alemán, al lado de una casi incunable de la Biblia. Y ahí están junto con los más castizos de ese Paseo de Recoletos. Madrid solo podía prestarles el lugar donde más late su corazón.

Pero es lo menos que se merecen. Llevan dentro las historias de todas las ciudades, países y personajes del mundo entero y las siguen mostrando, enseñando y compartiendo. En mil formas, colores y tamaños. Y están a precio de saldo, aunque en verdad ninguno tiene precio ya. O es demasiado por contener tanto sobre ellos y sobre nosotros mismos.

Así que si estás en Madrid…

…no puedes dejar de ir. Por supuesto si se es bibliófilo sin cura, la cita es obligatoria e imperdonable solo por causas de fuerza mayor. Pero no hace falta serlo para pasear un rato y dedicarles unos minutos de nuestras rápidas, estresantes y caóticas vidas a estos sabios longevos de papel.


Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

  1. Responsable de los datos: Miguel Ángel Gatón
  2. Finalidad de los datos: Controlar el SPAM, gestión de comentarios.
  3. Legitimación: Tu consentimiento
  4. Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  5. Almacenamiento de los datos: Base de datos alojada en Occentus Networks (UE)
  6. Derechos: En cualquier momento puedes limitar, recuperar y borrar tu información.