Feria del Libro de Madrid. Crónica de una jornada

Fotografías del artículo: (c)Mariola Díaz-Cano.

La 80ª edición de la Feria del Libro de Madrid ha tenido lugar entre el 10 y el 26 de septiembre. Después del pasado año en blanco por la pandemia mundial que nos afecta, la cita anual con libros y escritores más esperada de la capital de España ha conseguido volver por sus fueros. Ha sido en su recinto habitual, el parque del Retiro, aunque en versión reducida y concentrada, pero con el mismo éxito o más quizás que en ocasiones anteriores. La visité el día 25 y esta es mi crónica.

80.ª edición de la Feria del Libro de Madrid

Con Colombia como país invitado, la Feria ha recuperado más o menos tanto el empuje como el éxito. Ha sido con buenas cifras no solo ya de visitantes, que han completado el aforo restringido muchas veces, sino en ventas, o eso me contaba ayer algún editor, y en presencia de grandes nombres de la literatura patria y algún que otro internacional como, por ejemplo, el italiano Federico Moccia.

También han sido 17 días de actividades, actos y firmas. Con cierre al mediodía, solo el último fin de semana ha estado abierta de 10:30 a 21:00 h. Con picos de largas colas para entrar a media mañana, ese aforo reducido al 75 % al igual que el espacio y el número de casetas han hecho desistir a veces a más de uno de ir o entrar. Pero, en general, el balance se supone positivo.

Además, las medidas anticovid se han mantenido en todo momento con el uso obligatorio de la mascarilla en todo el recinto. Sin embargo, la distancia social ha sido más difícil.

Crónica — FLM, 25/9/2021

A las 10 de la mañana ya había una cola de unos 50 metros más o menos esperando para entrar en la puerta sur y el público era de lo más variopinto y todas las edades. Solo una hora después el aforo se fue llenando vertiginosamente y comenzaban varias actividades —conferencias, charlas, recitales…— en los distintos pabellones dispuestos en el paseo central. En él este año estaba la novedad de haber puesto más casetas para compensar la reducción de espacio, además de haberles quitado también centímetros a la anchura de las casetas.

En mi opinión, tal vez hubiera sido mejor al revés: dar, si no todo el espacio de antes a lo largo del Paseo de Coches, al menos un poco más para poder mantenerlo entre casetas y no estrechar el paso, como ha ocurrido con ellas en el paseo central. Al igual que hubieran podido instalarse más sitios de restauración para tomar algo, porque solo con dos no creo que se haya dado abasto. Y de mesas libres para poder sentarse ya ni hablamos. Pero es solo mi opinión.

Más colas

Para las firmas de autores digamos de los más grandes, naturalmente. Porque algunas sí estaban bien prevista logísticamente para desviarlas a los laterales controlados, pero otras había que acotarlas en el lado opuesto para no interrumpir el paso de los visitantes. Y algunas se formaron justo en paralelo en el centro. Así que, a veces, resultaba difícil esquivarlas o había que atravesarlas.

Escritores, figuras y otros personajes

Yo fui con objetivos fijos en mis autores preferidos obviamente y según las firmas del día. También obviamente no es posible asistir o conseguir ver y saludar a todos los que me hubiera gustado. De modo que, haciendo tiempo entre firma y firma, me recorrí unas cuantas veces la Feria.

Entre los cientos de autores ya sabemos que están los desconocidos, un poco más conocidos, con nombre, con tirón y, cómo no, los que están más allá del bien y del mal. De entre estos últimos, andaban por allí Eduardo Mendoza, Javier Cercas, Julia Navarro o Santiago Posteguillo, con colas interminables de incondicionales. Y quiero pensar que quizás fueron momentos puntuales o que coincidió cuando pasé por sus casetas más de una vez, pero me llamó la atención que Mendoza, Cercas y Navarro estuvieran sin mascarilla firmando y atendiendo a los lectores. Por supuesto, y para la consabida foto, todos nos las quitamos en el momento, pero me dio la impresión de que no eran sus casos.

Mucho tirón tenían también Carme Chaparro, Elisa Victoria, Rodrigo Cortés, Amarna Miller o Esther Gilli. Y ya por la tarde, en una caseta descubierta y especial para firmas, Elísabet Benavent reunió a toda una multitud.

También anduvieron por la mañana personajes como el Dioni o los ínclitos Íñigo Errejón y Federico Jiménez Losantos.

Mis firmas

Las que quería. Así que muchas gracias por la amabilidad, las palabras, el cariño y las dedicatorias de Domingo Villar, Daniel Martín Serrano, Santiago Díaz, Teo Palacios, Javier Pellicer e Iñaki Biggi. Fue un placer y una alegría verlos a todos para celebrar no solo esta fiesta de libros, sino poder volver a hacerlo cara a cara.

Con Iñaki Biggi, Domingo Villar, Daniel Martín Serrano, Santiago Díaz, Javier Pellicer y Teo Palacios.

La frase

Oída al vuelo de una madre o abuela paseando a un niño en un carrito y que resume la esencia y el deseo de todos los buenos lectores y los que amamos los libros en general: «Esta es su primera feria. Y ya hay que venir siempre».

Así que…

… que sean muchas más, como antes o como deban ser, pero que sean.


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