Fahrenheit 451

Fahrenheit 451.

Fahrenheit 451.

“Porque leer impide ser ingenuamente feliz y en el país de Montag hay que ser feliz a la fuerza…” esa línea en la contraportada de Fahrenheit 451 enmarca a la perfección la distopía magistral creada por Ray Bradbury. Se trata de una historia cargada de escenas horrendas, representativas de un vistazo a un futuro apocalíptico cada día menos ficticio. Significa, pues, una advertencia explícita sobre la masificación del “contenido para idiotas”.

El escritor describe a una nación en donde la dicha no es un estado de ánimo, más bien es un decreto insertado en las mentes endebles a través la televisión, principalmente. Por ende, la lectura se encuentra completamente prohibida. Discernir, opinar y formar un criterio propio son comportamientos inaceptables que deben ser extirpados a la brevedad posible con el fin de evitar la propagación de esta conducta peligrosa. Es una de las mejores obras de Ray Bradbury llevadas al cine.

Sobre el autor

Ray Bradbury nació en Waukegan, Illinois, Estados Unidos, el 22 de agosto de 1920. Durante su infancia y adolescencia fue muy propenso a sufrir pesadillas, sin embargo, él aprovechó muchas de esas imágenes traumáticas en sus obras más adelante. La Gran Depresión obligó a su familia a mudarse a Los Ángeles, en donde se graduó de la secundaria.

A pesar de no continuar con estudios formales, en 1943 fue reconocido como escritor profesional debido a su persistencia en el oficio y a una fenomenal capacidad autodidacta. La década de los 50 vendría a ser un período de consagración tras la publicación de Crónicas marcianas (1950), El hombre ilustrado (1951) y Fahrenheit 451 (1953), títulos aclamados por la crítica literaria.

Bradbury también incursionó en el mundo de la poesía, así como en la elaboración de ensayos y guiones para televisión. Los temas más frecuentes de su obra resultaron ser muy visionarios, casi siempre relacionados con cuestionamientos sobre la cultura de los países desarrollados, el totalitarismo, la censura, las guerras atómicas, el fascismo y la dependencia tecnológica.

Su estilo mezcló de manera inigualable la fantasía, el horror, lo poético y lo grotesco. Igualmente, las actitudes desafiantes frente a la opresión son tópicos constantes junto con el miedo a la muerte o su posición intolerante ante el racismo y la xenofobia. Ray Bradbury murió el 5 de julio de 1912.

Sinopsis de Fahrenheit 451

“Había un silencio reunido en torno a aquella hoguera y el silencio estaba en los rostros de los hombres, y el tiempo estaba allí, el tiempo suficiente para sentarse junto a la vía enmohecida bajo los árboles, con el mundo y darle vuelta con los ojos, como si estuviera sujeto en el centro de la hoguera un pedazo de acero que aquellos hombres estaban dando forma. No solo era el fuego lo distinto. También lo era el silencio. Montag se movió hacia aquel silencio especial, relacionado con todo lo del mundo”.

Los creadores de incendios y Guy Montag

«Era estupendo quemar». Fahrenheit 451 hace referencia a los grados de temperatura en la cual el papel y los textos hacen combustión. Guy Montag, el protagonista, también tiene el número 451 impreso en su casco de bomberos. Aunque su trabajo no es precisamente extinguir incendios, todo lo contrario, es provocarlos con el fin de destruir los libros.

Bradbury introduce el surrealismo de un Estados Unidos futurista, en donde los bomberos no llevan extintores, cargan lanzallamas. El pensamiento único es un hecho (aceptado por la gran mayoría de la población) imprescindible para la paz de la nación. Montag se muestra conforme con esto, a tal punto, que se siente orgulloso de su trabajo.

El poder de los libros y Clarisse McClellan

“Sabe por qué libros como éste son tan importantes? Porque tienen calidad. Y, ¿qué significa la palabra calidad? Para mí, significa textura. Este libro tiene poros, tiene facciones. Este libro puede colocarse bajo el microscopio. A través de la lente encontraría vida, huellas del pasado en infinita profusión. Cuantos más poros, más detalles de la vida verídicamente registrados puede obtener de cada hoja de papel, cuanto más «literario» se vea. En todo caso, ésa es mi definición. Detalle revelador. Detalle reciente. Los buenos escultores tocan la vida a menudo. Los mediocres sólo pasan apresuradamente la mano por encima de ella. Los malos violan y la dejan por inútil.

¿Se dan cuenta, ahora, de por qué los libros son odiados y temidos? Muestran los poros del rostro de la vida. La gente comodona sólo desea caras de luna llena, sin poros, sin pelo, inexpresivas”.

Ray Bradbury.

Ray Bradbury.

Él forma parte de un escuadrón —estilo G2 cubano— de exterminio de libros, pues son percibidos como fuente de caos y confusión. Hasta que aparece Clarisse McClellan, una carismática joven de 17 años apasionada por la naturaleza e inconforme con el statu quo de su entorno. Ella siembra «el germen de la duda» en el cerebro de Guy, el cual va creciendo alimentado por una serie de eventos perturbadores.

Un suicidio inesperado, dos muertes impactantes y un cambio inesperado

Primero, Mildred, su esposa intenta suicidarse al ingerir un montón de pastillas para dormir. Luego, se entera sobre una señora mayor que tenía literatura escondida y prefirió ser quemada junto a sus libros. Finalmente, el fatal accidente automovilístico sufrido por Clarisse sumerge a Montag en una depresión profunda… tras todas las muertes, los libros robados y ocultados se convierten en su único consuelo.

El despertar

Una vez Guy comienza a leer en secreto, no volverá a pensar de la misma manera. Las preguntas en torno a las premisas de la supuesta sociedad feliz bajo el régimen del Nuevo Orden se vuelven más frecuentes. El lavado de cerebro (subliminal y persistente en la televisión) deja de ser completamente efectivo.

Beatty

Cuando Montag se ausenta del trabajo, Beatty, el director del cuerpo de bomberos, va a visitarlo a su domicilio y le asigna 24 horas para realizar el escrutinio de los libros robados con el fin de averiguar si tienen algún contenido de interés. Una vez cumplido el plazo, Guy debe entregar los libros e incinerarlos. La lectura es abrumadora, por ello, Montag solicita la ayuda de su compañero Faber.

Giro inesperado

A decir verdad, Beatty desprecia la literatura. Él cree que los textos son perjudiciales y morbosos, dignos de ser destruidos. Mientras tanto, se activa una alerta proveniente de la casa de Montag, Mildred huye en un taxi… su mujer lo ha traicionado. Entonces, el jefe de los bomberos se presenta en el lugar y exige a Guy que queme su propia casa con los libros.

Montag es arrestado en el lugar mientras recibe regaños insoportables por parte de Beatty, a tal punto, que Guy gira su lanzallamas, prende fuego a su superior y golpea a sus compañeros antes de huir. La persecución se convierte en un suceso televisado. No obstante, Montag logra eludir a los sabuesos rastreadores gracias a que se coloca la ropa de Faber y se escabulle por un río.

Montag, el fugitivo, y los rebeldes

Un fugitivo Montag llega hasta las vías de un tren abandonado. Allí consigue a «la gente del libro», una banda de intelectuales rebeldes liderados por Granger. Son una especie de guerrilla defensora de la literatura entregados a la misión de memorizar las grandes obras de la humanidad.

La suplantación para la calma

El Nuevo Orden debe mantener las apariencias. En sustitución del desaparecido Montag, la policía muestra en televisión la captura de un pobre desdichado que había sido fichado previamente por el sistema. En ese momento, Montag termina de comprender la guerra en las sombras desatada entre el poder establecido y los defensores de la libertad de información.

El ataque a los rebeldes

Una vez integrado al grupo, a Guy le encargan la memorización del Libro de Eclesiástes. En un giro inesperado de los acontecimientos, el Nuevo Orden decide bombardear la ciudad con el objetivo de arrasar a los rebeldes sin importar los miles de muertos inocentes. Al final, Montag junto con sus camaradas buscan los supervivientes entre las ruinas para iniciar la reconstrucción de la civilización.

Universalidad de la obra

La literatura es poder, y el sometedor debe destruirla si desea gobernar

Fahrenheit 451 remonta, muy adrede, al oscurantismo vivido en Grecia tras la invasión de los dorios y la destrucción de todo el material escrito y la muerte de sus escribas por el siglo X a. C.; de igual manera hace al lector irse a los días de la quema de la Biblioteca de Alejandría para dar paso en el siglo I a. C., o al presente siglo con el saqueo y destrucción de material arqueológico invaluable en Irak durante las invasiones del 2003.

El libro nos lleva a todo desastre posible que implique el acabose de las artes en pro de la mengua del pensamiento crítico. La esclavitud no busca más que eso: acallar a la fuerza a los corazones.

Impacto de la TV luego de la Segunda Guerra Mundial

Después de la Segunda Guerra Mundial, la reconstrucción del mundo desarrollado trajo consigo la expansión del entretenimiento proporcionado por el televisor. Pero pocas personas se tomaron en serio las advertencias de muchos intelectuales sobre la disminución de los hábitos de lectura en detrimento de la televisión. Además, el artefacto pasó de ser una poderosa herramienta de difusión política.

Si bien las tasas de alfabetización suelen ser muy altas en los países del primer mundo y en aquellos en vías de desarrollo, la irrupción de “la caja tonta” como artículo indispensable del hogar fue causando la aparición progresiva de “analfabetas funcionales”. Es decir, se pasó de tener personas pensantes a contar con seres con una nula comprensión lectora, incapaces de realizar análisis profundos de su entorno, fáciles de manipular y controlar.

Frase de Ray Bradbury.

Frase de Ray Bradbury.

Pan y circo

Las estrategias de “pan y circo” podrían parecer del Imperio Romano, pero nunca han desaparecido de La Tierra. Durante la segunda mitad del siglo XX, los dirigentes políticos de todo el mundo se valieron en mayor o en menor medida de la televisión para maquillar la percepción de la población, favorecer el mensaje oficial y perpetuarse en el poder. La ignorancia inducida y la ingenuidad conformista a la orden del día.

La reflexión implícita en Fahrenheit 451 ostenta una vigencia imperecedera: el conocimiento es poder. Si al momento de escribirse este libro, uno de los factores de inspiración fue la aparición del televisor como artefacto indispensable de los hogares, ¿cuál sería la opinión del autor en el contexto digitalizado actual lleno de reality shows, fake news, videos estúpidos que se vuelven virales y desinformación en las redes sociales?


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