Vivimos en un tiempo en el que parecen existir más escritores que nunca, y lo mejor de todo reside en el hecho de que posiblemente muchos de ellos ni siquiera sabían que lo eran hasta hace bien poco.
Una realidad que vuelve a disparar el eterno debate acerca de si el escritor nace o se hace, si todos estábamos predestinados a publicar o si nuestra pasión por teclear yace aún dormida en algún lugar de nuestra alma.
Visión y letras
Una noche, alguien decidió escribir esos secretos que nunca confesó a nadie en un papel, dándose cuenta de que se sentía más aliviado. Al otro lado del mundo, un viajero se sentó frente al atardecer y analizó el entorno para plasmarlo poco después en su cuaderno. Más que una habilidad, escribir consiste en expresar un pensamiento, en elevar lo cotidiano a una visión propia.
Este es el principal motivo que conduce a los escritores a teclear o plasmar sus ideas en un folio, si bien nunca estamos seguros de en qué momento comenzó todo.
Muchos escritores ya llenaban cuadernos a edades tempranas y se convertían en niños prodigios, cultivando un arte que, a diferencia de otros, nunca precisó de un título como sí ocurre con la danza, pintura o las bellas artes. Se trata de un arte informal, ambiguo.
Otras personas, en cambio, eligieron caminos diferentes para darse cuenta de que, en cierto momento, tenían la necesidad de contarle algo al mundo, ya fuese a través de un primer atisbo de inspiración tardía o de un taller literario al que acudió por curiosidad.
Lo que sí deberíamos tener claro es que, a pesar de escribir y ser periodista o redactor, el escritor obedece a motivos más personales y universales: el de un don cuyo origen, ya sea prematuro o tardío, obedece a múltiples matices cuyo rasgo en común reside en crear algo totalmente nuevo, basado tan sólo en nuestras propias ideas.
O al menos, de «robarle tiempo a lo que sea para sentarse frente a una computadora y darle a las teclas hasta que aparezcan las palabras precisas», como bien dijo la escritora Claudia Piñeiro.
¿Qué opináis vosotros?
Cordial saludo.
Tengo la idea que el escritor nace, es una tendencia recóndita, lo que ocurre es que unos la descubren temprano, o la desarrollan temprano, otros más tarde y puede ser bien tarde. Creo que los cursos sobre técnicas literarias, estimulan ese deseo de escribir pero no hacen al escritor; si lo estudias, mejor, adquieres buenos conocimientos, pero la escuela no es estrictamente necesaria para crear una obra literaria.
Carmen
Pienso que en un colegio donde hay buenos maestros, se despierta en uno la pasión por la lectura. Se nace con la semilla, pero el árbol ha de crecer fuerte y robusto para dar buenos frutos, Además la personalidad influye mucho en un futuro escritor, Generalmente una persona introvertida, tiene un mundo de ideas y sentimientos que necesita poner en un papel y al hacerlo surge el futuro escritor. Todos los que escriben no alanzan la fama y es ahí la diferencia. Unos seran reconocidos como los mejores y otros quedaran en el olvido, pero aun así todos han podido poner en un papel, sus más íntimos secretos,Luego la constancia termina la obra.
Yo no creo que una persona nazca con tales virtudes; es más, es una gran mentira y un engaño historico. Alberto Piernas, Gabriel Garcia Marquez no nació siendo escritor. Para mi, un escritor se hace, por su puesto, lo canaliza con la experiencia de vida y el conocimiento cultural-amplio-que adquiere: que, dificilmente se logra por otro medio que no sea el de leer. Yo diría que leer es el primer paso y ¡el ultimo!.
Y se puede ser escritor sin saber escribir?…..personalmente pienso que toda la persona que EXPRESE un SENTIMIENTO y sea capaz de TRANSMITIRLO es ESCRITOR¡.
Algunos escritores nacen. Pero la mayoría se hacen.
Algunas personas nacen sin duda con talento para escribir, se podría decir que es algo ingénito. Pero si ese talento no se pone a trabajar no sirve de nada. Será un talento latente, desaprovechado
Porque el de escritor es un oficio y, como tal, necesita ser aprendido.
Como alguien apunta en los comentarios, hace falta leer mucho, prestando atención al uso de las palabras, al desarrollo de los personajes, a cómo se presenta la historia, etc. Y también hace falta escribir mucho, porque es la práctica la que hace al maestro.
Pero escribir de una manera consciente, tratando de salir de la zona de confort, esforzándose por hacerlo cada vez mejor, superando defectos y superando cada vez nuestros propios límites.
Ese trabajo, que a unos les costará más y a otros menos, pero sin el cual es casi imposible llegar a nada serio en la escritura, es el que nos hace decir que un escritor se hace.
Saludos.