Entrevista a la directora de la Revista Groenlandia, Ana Patricia Moya

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En Actualidad Literatura hemos tenido la suerte de hablar en primera mano con Ana Patricia Moya, directora de la Revista Groenlandia, una revista de Opinión, Arte y Cultura en general. Fue creada por ella y consiguió salir adelante con mucho esfuerzo e ilusión a pesar de algunas dificultades que encontró en el camino.
Sin más dilaciones os dejamos lo que dio de sí la entrevista y las respuestas que nos dio Ana Patricia a cada una de las preguntas que le propusimos.

Actualidad Literatura: Buenos días Ana Patricia, ¿o prefieres que te llame Periquilla Los Palotes? Por cierto, ¿algún motivo especial para ese gracioso pseudónimo?

Ana Patricia Moya: Lo de Periquilla es un mote que me colocó una artista un poco “desesperada” por despuntar en el mundillo cultural para referirse a mí, de manera cariñosa, como una “doña nadie”, “otra más del montón” o “una que no llegará a nada”. Las Periquillas y los Fulanitos son (y por favor, no utilizo ambos términos en sentido despectivo, pues todos empezamos así) los autores noveles.

AL: Sabemos que eres la creadora de la Revista Groenlandia y nos gustaría que nos explicaras brevemente en qué año nace y por qué razones decides crearla.

APM: Fue hace seis años. Mis objetivos (compartidos por Bárbara, la vicedirectora del proyecto) eran, primero, crear una publicación que abarcara distintas disciplinas artísticas, segundo, dar espacio a los autores noveles con independencia de su currículum literario, nacionalidad o edad, y tercero, por supuesto, aprovechar las ventajas de la red para dar una difusión mundial.

El borrador del proyecto inicial era una revista impresa, pero al final, todo se torció y acabó en formato digital: supongo que fue una decisión acertada pues si hubiera sido en papel, no hubiera durado mucho. Es innegable que lo impreso tiene su encanto, pero requiere mucho presupuesto, y como nos erigimos como proyecto sin ánimo de lucro, nos desprendimos de la idea de solicitar ayudas institucionales para su desarrollo pues esto supondría limitaciones.

AL: ¿Quién puede publicar en Groenlandia y qué requisitos se necesitan a priori para forma parte de ella?

APM: Pueden publicar cualquier persona que esté interesada, siempre y cuando cumpla con unos requisitos de calidad y sea consecuente de que nuestra editorial es digital (de momento), muy modesta y que no busca lucro: todas las publicaciones son para lectura y descarga gratuita. Por nuestras manos pasan todo tipo de propuestas, sean poemas o relatos para publicar en la revista o suplemento, o obras completas. Tenemos que ser selectivos: no se puede publicar todo. Tenemos claro, eso sí, que no nos importa ni el currículum literario del autor, de donde procede o su edad: vamos a valorar su obra, obviando los factores anteriores, porque es lo realmente importante. Hay autores desconocidos que son muy buenos: queremos apoyarnos en ellos. Y nosotros queremos que confíen en nuestro trabajo, a pesar de que es especialmente digital.

AL: Hemos curioseado tanto la página web de la revista (http://www.revistagroenlandia.com/) como los números y suplementos que tenéis hasta ahora y nos hemos dado cuenta que entre los participantes hacéis distinciones entre “habitantes” y “visitantes”. ¿A qué se refieren?

APM: Esta distinción ya está fuera de uso. En su origen, era una manera de designar a los participantes habituales y a los casuales. La mayor parte de los habituales, en la actualidad, conforman el equipo groenlandés (diseñadores de cubiertas, fotógrafos e ilustradores, especialmente, también escritores que nos ceden su trabajo para completar las obras, como redacción de prólogos o epílogos, o tareas de corrección). En sus principios, los habitantes tenía más “privilegios”: más páginas para publicar su obra en la revista, por ejemplo. Pero con el paso de los años nos hemos dado cuenta de que no es buena idea “encorsetar”: si un colaborador casual ofrece algo muy interesante y se excede una página más de las permitidas, no podemos retirar el poema, relato o demás tan sólo porque su colaboración se excede un poco del espacio concedido.

AL: Tantos los números como los suplementos que hacéis están muy “currados”, ¿debe suponer un gran esfuerzo hacer una revista tan completa como la vuestra no? ¿Te ayuda alguien a la hora de ordenar, maquetar, etc.? ¿Cuál es el proceso a la hora de elaborarla?

APM: La mayor parte de las obras han sido coordinadas, maquetadas y diseñadas por mí; por supuesto, sin el apoyo de los fotógrafos, ilustradores y diseñadores gráficos no podría elaborar una publicación tan compleja y con tanta calidad. El esfuerzo es titánico, no lo dudo: de hecho, este año debería de haber salido la revista número diecisiete, pero por circunstancias personales, no ha podido salir. Esperemos que salga pronto, si bien nos estamos centrando en la cuestión editorial. En otros términos, que todo depende no sólo de cómo me encuentre de tiempo, sino también de los propios colaboradores, que tienen prioridades. El proceso tiene varias fases: selección de textos, división de los mismos (si van incorporados en suplemento o revista), diseño de plantillas para las publicaciones, maquetación, revisión y publicación.

AL: ¿Con qué frecuencia publicáis cada número?

APM: Con el paso de los años, la frecuencia ha cambiado: ahora es anual. Una revista y un suplemento por año. Una pena, pues antes era trimestral: escasez de medios, sin duda. Esperemos mejorar este aspecto, pues es la parte del proyecto más popular.

Rev. Groenl. 15

AL: Si ojeamos más a fondo la web vemos que también hay libros publicados. Estos libros están en formato pdf. y todo el mundo puede leerlos, pero ¿hacéis también libros en papel? Y si es así, ¿cómo se podrían adquirir?

APM: Los libros en papel llegarán pronto. No diré nada más. Tiempo al tiempo. No adelantemos acontecimientos, que hace cosa de dos años estuvimos a punto de comenzar la andadura de los libros impresos, pero debido a una mala decisión personal (apostar por otra editorial), me quedé sin medios económicos. De los errores se aprende, supongo. Y no me arrepiento de haberlo cometido: una es más sabia y sabe a lo que atenerse. Por eso, el mundo editorial me suscita mucha desconfianza: es posible hacer cosas diferentes, pero es más fácil hacer demagogia y hacer exactamente lo contrario de lo que se dice para quedar bien con el público lector, muy ignorante, a veces, de lo que sucede entre bastidores.

AL: ¿Cuál es el presente y el futuro de Groenlandia?

APM: El presente es regulero, precisamente porque este año ha sido uno de los peores a nivel personal, y como gran parte del peso del proyecto recae sobre mí, pues entonces, la aparición de publicaciones se ve mermada, naturalmente. El futuro, prometedor: sé que las cosas cambiarán el próximo año. Para bien. Tengo demasiada ilusión como para que el mundillo literario y demás sinvergüenzas me arrebaten el fruto de mi trabajo y mis ganas de seguir aportando mi granito de arena a lo que me apasiona, lo que me gustaría convertir en vocación.

AL: ¿Crees que deberían existir más proyectos como el tuyo?

APM: Existen. El problema es que requieren mucha dedicación y esfuerzo: cuesta trabajo mantenerlo, porque de eso se trata, de mantener. Erigir un proyecto es fácil: lo difícil es que sobreviva. Lo bueno de los proyectos independientes es que sólo dependen de sí mismos, esto es, de la voluntad de sus creadores, no de otros elementos, es decir, de dinero público, mamoneo descarado y servidumbre entre colegas literarios y demás mamarrachadas que tanto se destilan en este mundillo literario.

AL: Y si hablamos de Ana Patricia Moya, ¿en qué género literario se encuentra más cómoda, cuáles son sus tres libros favoritos y qué escritor o escritora famosa piensa que jamás debería haberse dedicado a la escritura?

APM: Me gusta más la narrativa: supone un reto el escribir relatos o cuentos, más que la poesía, que no deja de ser sentimiento expresado con palabras. Mis tres libros favoritos son “Lolita”, de Nabokov, “La casa de los espíritus”, de Isabel Allende, y “Romances de andar por casa”, de Carlos Giménez (éste último, es cómic). La última pregunta que me planteas suena a trampa, así que diré lo siguiente: menos trepar y más escribir. Hay demasiados literatos famosos que están más pendientes de ascender puestos que de escribir, metiéndose en política o simpatizando con determinados partidos, codeándose con gente influyente del mundo literario, arrimándose interesadamente a editores y otros escritores para conseguir beneficios. No son famosos entonces por su obra, sino por sus relaciones personales y su posición. Porque eso es lo importante: escribir. Lo demás, no es literatura.

AL: Muchas gracias Ana Patricia, de parte de todo el equipo de Actualidad Literatura, por contestar al arsenal de preguntas. Fue todo un placer contar contigo para esta colaboración.

APM: Las gracias a vosotros.


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