Entrevista a Marcos Chicot, finalista del Premio Planeta 2016

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Marcos Chicot. ©Novelashistóricas

Tras publicar el ebook en español más vendido del mundo entre 2013 y 2016, El asesinato de Pitágoras, el psicoanalista Marcos Chicot Álvarez (Madrid, 1971) decidió en 2009 pararse en seco tras el nacimiento de su hija, Lucía, quien padece síndrome de Down y escribir durante seis años la novela El asesinato de Sócrates, obra finalista del Premio Planeta 2016. Una obra en la que, a diferencia de su best-seller, aborda un período más esplendoroso (y también caótico) de una Grecia clásica que quizás no diste tanto del Occidente de hoy día.

Marcos Chicot: «Sócrates marcó la diferencia»

Son las 14:30 en el hotel Fairmont Juan Carlos I de Barcelona y a pesar del cansancio, Marcos Chicot continúa sonriente, haciendo gala de la elegancia que lo caracteriza entre jefes de prensa y periodistas. Me pide permiso para picar algo de un platito de tapas que nos han puesto sobre la mesa y se aproxima hacia adelante, le gusta la cercanía.

Su obra, la finalista El asesinato de Sócrates, es «una novela amena y rigurosa sobre la Grecia clásica», según palabras del propio autor. Una historia que comienza con el robo de un bebé para continuar bajo el trasfondo de la Guerra del Peloponeso, conflicto que enfrentó a Atenas y Esparta durante 27 años.

Actualidad Literatura: ¿Cómo te sientes?

Marcos Chicot: Aparte de agotado. . . (risas).

AL: Aparte 

MC: Me siento como en una nube, creo que el agotamiento ayuda a la sensación onírica. Tengo ganas de descansar mañana y tener una mayor perspectiva, esperando con ganas el hecho de vivir cada día, cada momento, llegar a mis seguidores con el libro, con sus mensajes, pues ahora lo siento todo de forma irreal. Tengo ganas de de que esté el libro en las librerías, de tocarlo, palparlo, de que te comenten qué les parece.

AL: ¿En que se diferencia esta nueva novela, El asesinato de Sócrates, de El asesinato de Pitágoras?

MC: Esta novela es más atractiva por dos motivos: uno es el propio Sócrates, que a priori es más atractivo que Pitágoras. Es un personaje excéntrico, que llamaba la atención en Atenas y que intervenía en la vida de su ciudad. Tenemos más información de él y, por supuesto, de su entorno. Pitágoras representaba la Grecia Magna instalada en el sur de Italia, mientras que esta novela está ambientada es en el corazón de la Grecia Clásica, la cuna de la civilización, del mundo. Sócrates marca el nacimiento ya no diría de la filosofía sino de la evolución a esas explicaciones sobre el cielo o el agua, por ejemplo, que aportaba el ser humano. Sócrates marcó la diferencia y dijo NO, lo importante es el hombre, así que busquemos verdades absolutas. Un modo de reflexionar que lo convierte en el padre del racionalismo y del humanismo, en el padre de la filosofía. Todo eso nace en él, y eso es lo que nos define. Esas décadas en las cuales surge el humanismo se alcanza un máximo esplendor en la cultura, la pintura, la arquitectura, también la medicina aparece, la literatura, todo eclosiona por completo. Además, nacen otros muchos elementos que son muy de hoy día: los Juegos Olímpicos, el teatro, el origen de cosas que hoy en día palpamos y que surgieron hace 2500 años con unas similitudes enormes a las que tenemos ahora. Descubrimientos que, durante siglos, desaparecieron, siendo el renacimiento el movimiento que los rescató hasta la actualidad. En fin, es nuestro origen. Y eso va a atraer a la gente.

AL: ¿Cuál es la lección más importante que nos aporta Sócrates?

MC: Es su propia vida y su propia muerte, fue una persona que no se doblegó en absoluto, que le amenazaron de muerte al luchar y vivir por la verdad y la justicia. A raíz de él surgió un movimiento importantísimo que nos marcó. ¿Qué hombres han marcado la forma de comportarse de los hombres o que nos sirva de referencia? Puedes pensar en Gandhi, en Jesucristo para los católicos; en Sócrates. Sus propia enseñanzas se convirtieron en una forma de vida.

AL: Los JJOO, el teatro, elementos que el hombre ha mantenido desde la Grecia Antigua pero, ¿hay otros aspectos a nivel social o político entre esa Grecia que tú describes y el Occidente actual que quizás no hayan cambiado tanto?

MC: Totalmente. Hay un paralelismo que reflejo voluntariamente en el libro sobre la situación política. Aquella fue la primera democracia del mundo, no tenían referentes, pero hacían las mismas barbaridades que hacemos hoy día. Se trataba de una asamblea donde todos votaban, muy pura. Pero como decía Eurípides, la democracia es la dictadura de los demagogos. Al final estos llegaban, convencían a todos con pasiones propias y tomaban unas decisiones terribles. Por ejemplo, la guerra del Peloponeso que se describe en el libro duró 27 años y hubo varias formas de detenerla mediante el uso de la palabra, pero había personas muy concretas que decidieron continuar con la violencia por su propio afán de poder, por esas pasiones que convencían a los demás y que el resto, como borregos, aceptaban.

AL: ¿Y eso se mantiene?

MC: Sí, la política se mueve muchas veces por personas con carisma, y por desgracia por motivos negativos y sus propios intereses personales. Por ende, al final el conjunto de la sociedad toma decisiones negativas por el interés de unos pocos con mucha habilidad para mover las pasiones más virulentas e irreflexivas el ser humano

AL: Comentaste ayer que comenzaste a escribir esta novela cuando nació tu hija Lucía, quien nació con Síndrome de Down. A veces solemos escribir sobre temáticas que pueden ser más ajenas a nosotros cuando, en realidad, quizás también tengamos historias propias o más personales que podamos narrar.¿Te has planteado escribir una novela más intimista que aborde, por ejemplo, la relación de un padre que escribe y una hija con discapacidad?

MC: Sí, lo que he pensado alguna vez es crear una novela ambientada en la actualidad en la cual uno de los personajes tuviera Síndrome de Down. Eso me permitiría mostrar las realidades del Síndrome de Down, aunque siempre intento mostrarlo de muchas maneras. Sería una forma de disolver los prejuicios que hay sobre ellos, mostrando su realidad, así de sencillo. De esa forma la vida es mucho más fácil y la sociedad es más acogedora para ellos. Sería la mejor manera de demostrarlo, creando un personaje con Síndrome de Down que me permitiera mostrar información sin necesidad de pararme a hablar específicamente de ello, que quedase integrada, entrelazada con la trama. Siempre me lo he planteado, pero igualmente ahora mismo quizás no cuadre con mis proyectos más inminentes.

AL: ¿Qué consejo darías a esos jóvenes escritores que se disponen a escribir su primera novela?

MC: Esfuerzo, constancia. Depende de qué tipo de novela sea el proceso puede ser muy duro, es un sacrificio. Por eso tienes que estar convencido de que el hecho de escribirla te va a compensar. Si, además, la obra se convierte en un éxito, pues ya los componentes adicionales son obvios. Busca la satisfacción a través de la escritura, no de su éxito.

AL: ¿Y a quien quisiera presentarse al Premio Planeta?

MC: A cualquiera que quisiera escribir una novela y tener éxito con ella. Esto es un oficio y primero tienes que aprender . Cada vez que leo una novela de hace años y veo algo que no me gusta me digo ¡qué bien!, porque eso significa que soy capaz de ver que aquello podía hacerlo mejor y ahora puedo hacerlo. Eso hay que tenerlo muy claro. A no ser que seas un Mozart de la escritura, en este oficio lo normal es que tengas que aprender. Huye de los halagos y busca las críticas. Luego corrige y corrige hasta que convenzas a los críticos.

AL: ¿Qué vas a hacer con el premio?

MC: Primero Hacienda se lleva la mitad (risas). Como en todas mis novelas el 10% va destinado a organizaciones de personas con discapacidad. Luego repartiré lo que queda en tres años hasta la próxima novela y a pagar facturas.

AL: ¿Con qué organizaciones colaboras?

MC: Garrigou es la principal, pues colabora con el colegio de mi hija. También con la Fundación de Síndrome de Down de Madrid. Cuando mi hija era un bebé la llevé allí y la recibieron muy bien, con tratamientos de fisioterapia, logopedia, estimulación; eso es lo mejor: estimularles para que desarrollen su potencial, y en el caso de mi hija la evolución fue espectacular. El cariño que reciben de los padres, que es un aspecto que yo trabajo mucho, es también muy importante, pues si el padre tiene prejuicios con la enfermedad, la adaptación puede ser muy dura y estar sometida a un rechazo constante.


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