Entrevista a Julio César Cano, creador del genial inspector Monfort.

Flores Muertas, cuarta entrega de la saga del inspector Monfort.

Flores Muertas, cuarta entrega de la serie del inspector Monfort: El cantante de un grupo musical indie es asesinado durante un concierto en el Auditorio de Castellón.

Tenemos el placer de contar hoy en nuestro blog con Julio César Cano, (Capellades, Barcelona, 1965) creador de la serie de novela negra protagonizada por el inspector Monfort, ambientada en Castellón de la que lleva ya cuatro entregas y que ha sido galardonada con el Premio Letras del Mediterráneo.
 

Se volvió de golpe cuando reconoció la voz. Sintió que el frío le recorría la espina dorsal.

¿Sorprendido? Acércate, toma un poco de esto.

Ya no me drogo contestó Boira aterrorizado.

Quien hablaba exhibió una mueca que poco se parecía a una sonrisa.

Hoy vas a volver a hacerlo y así entenderás de qué va la canción.

(Flores Muertas. Julio César Cano)

Actualidad Literatura: Cuatro libros, cuatro lugares emblemáticos de Castellón donde se cometen asesinatos… ¿deben los castellonenses mirar a su alrededor cada vez que crucen un lugar turístico de la ciudad? Quizá presencien un asesinato o quizá se crucen al inspector Monfort. Tú no naciste en Castellón, pero en cambio ¿es Castellón un protagonista más de tus novelas? ¿Cómo lo viven los lectores?

Julio César Cano: Algunos enclaves de la ciudad, como por ejemplo la plaza de la farola o el mercado central, se han convertido en lugares de visita para aquellos que acuden la ciudad y han leído alguna de las novelas del inspector Monfort. En las oficinas de turismo se ofrecen folletos y rutas literarias de las novelas. Espero que los castellonenses se sientan orgullosos de que haya lectores que decidan visitar la ciudad por lo que han leído en mis novelas.
Castellón ya no es solo la provincia donde ambiento las tramas, es un personaje más, un protagonista que abraza lo que sucede en los libros, para lo bueno y para lo malo. Pero se trata de Castellón como podría tratarse de Oviedo, Murcia, Cádiz, Burgos o cualquier otra ciudad española. Yo, como bien has dicho, no nací en Castellón, el personaje principal de mis novelas tampoco nació aquí, por esa razón intento transmitir a los lectores de todo el país cómo ve alguien de fuera esta ciudad y su provincia a través de este género literario.

AL: Y la gastronomía como segundo protagonista, porque al inspector Monfort le gusta comer y comer bien.

JCC: Los personajes literarios deben tener una vida propia, aquello tan importante y que a veces olvidamos llamado cotidianidad, lo que nos sucede todos los días, lo común a todos los mortales: vivir, comer, dormir… Y puestos a comer, España es un país magnífico y la provincia de Castellón podríamos calificarla como la despensa del Mediterráneo. Mi afición a la literatura gastronómica se refleja en las novelas de Monfort; a él le gusta comer bien, a mí también, a los compañeros del inspector también, y Castellón es un lugar ideal para ello, como lo es Galicia, Asturias, Euskadi, Andalucía y todo el país en general. En las novelas nórdicas comen rebanadas de pan tostado con lonchas de queso fundido, en las británicas pescado y patatas fritas o pasteles de carne. Yo prefiero que mis personajes se metan entre pecho y espalda una magnífica paella (las de Castellón son las mejores), o una buena caldereta de bogavante o un sublime cordero alimentado en los ricos pastos del interior.

AL: Novela de intriga clásica, el inspector Monfort es un poli de los de toda la vida, que recuerda más al genial comisario Maigret de Simenon que al estilo nórdico que llenan  las estanterías de los lectores de asesinos en serie psicópatas que descuartizan cadáveres con todo lujo de detalle. ¿Qué va a encontrar el lector en tus novelas?

JCC: Aparentemente el inspector Monfort podría parecer un poli de los de toda la vida; pero no es tanto así si lo analizamos correctamente. Bartolomé Monfort es un hombre que en realidad transita por la vida en busca de una brizna de amor y de esperanza que le hagan sentir que vale la pena sentirse vivo. Bajo su apariencia se esconde un hombre con un corazón enorme (los lectores lo saben de sobras), incapaz de causar daño alguno a las personas que tiene a su alrededor. Monfort transmite lo duro que es vivir en soledad, lo difícil que es levantarse por las mañanas sin escuchar ni poder decir te quiero. Monfort representa como pocos algunos de los más importantes valores para el ser humano como son la verdad, la lealtad o el compañerismo.

AL: Asesinato de la Plaza de la Farola, Mañana si Dios y el Diablo Quieren, Ojalá Estuvieras aquí y la última entrega, recién salida al mercado Flores Muertas. ¿Cómo ha evolucionado Monfort desde su primer caso hasta Flores Muertas? ¿Qué le depara el futuro al inspector Monfort?

JCC: Monfort y el resto de personajes habituales de las novelas han evolucionado de la misma forma que lo hacemos las personas. Han pasado nueve largos años desde que escribí el primer caso, Asesinato en la plaza de la farola. Los lectores han seguido la serie y también han cumplido esos años, es justo y necesario que los personajes de la serie evolucionen, se hagan mayores y el paso del tiempo marque el devenir de sus días y quedé reflejado en las novelas.
El futuro para alguien como el inspector Monfort es algo que de momento solo está en mi cabeza, pero los lectores son los que con su confianza marcan el destino de un personaje como él. Dependerá de la respuesta de los lectores con cada novela para que su futuro se haga realidad.

AL: Siempre se dice que la novela negra es el género que mejor permite reflejar la realidad social. ¿Qué hay detrás de los casos del inspector Monfort?

JCC: Las distintas entregas de la serie hacen verdadero hincapié de la realidad social que nos envuelve de forma cotidiana en nuestra sociedad. Las cuatro novelas denuncian algunas de las lacras más grandes del ser humano, como pueden ser la envidia y la soledad.

AL: Los escritores mezclan y centrifugan sus recuerdos y las historias que han oído para crear personajes y situaciones. Tú tienes un pasado laboral original y muy atrayente para los lectores: manager de grupos de pop-rock internacionales y nacionales y guitarrista de uno de ellos, Gatos Locos, conocido por todos los que fuimos adolescentes o jóvenes en los 80. Además del gusto musical del inspector Monfort por los ídolos musicales anglosajones Pink Floyd, Joe Cocker, Eric Clapton, ambientas tu último libro, Flores Muertas, en el mundillo musical. Todo arranca cuando el cantante de un grupo indie aparece muerto en el nuevo Auditorio de Castellón. ¿Muchos recuerdos plasmados en esta última novela?

JCC: Recuerdos, sí, claro, es normal. Tampoco he querido cansar a los lectores con erudiciones que no venían a cuento. Es la primera vez que mezclo los conocimientos de la industria musical con la novela. En todo caso, en Flores muertas lo que se plasma de forma patente es la caída en picado de una boyante industria musical que se desmoronó por culpa de las distintas variantes de la piratería: la descargas ilegales en Internet, el top manta o la prohibición de organizar conciertos en pequeñas salas del país y otros asuntos que consiguieron que muchos amigos que antes gozaban de buena salud laboral pasaran a engrosar las listas del paro.
Flores muertas habla de música desde el lado que poca gente conoce. La formación en la que milita el cantante muerto es un grupo indie, o lo que es lo mismo, una formación musical no siempre aceptada en algunas emisoras de radio fórmula y en los programas de televisión de máxima audiencia, un grupo que para conseguir el éxito debe patearse el país para demostrar en directo que lo que hacen vale la pena.
En cuanto a los gustos musicales del inspector están patentes en las cuatro novelas, en las que siempre es parte fundamental, como la ambientación o el resto de personajes. Monfort vive acompañado de la música, es su mejor amiga, la que nunca le falla. Las canciones están ahí para hacerle mejor la vida, incluso para ayudarle a resolver los casos.

Julio César Cano, de representante de artistas en la industria discográfica a éxito de ventas de novela negra.

Julio César Cano, de representante de artistas en la industria discográfica a éxito de ventas de novela negra.

AL: El inspector Bartolomé Monfort es un hombre al que vivir o morir le importa poco, después de perder a su mujer en un accidente de tráfico. Está en la cincuentena, aficionado a la música, a la gastronomía, al vino y fumador compulsivo… ¿Qué le ha dado Julio a Bartolomé y qué Bartolomé a Julio?

JCC: A Monfort le importaba poco su vida en la primera novela; en la segunda se reecontró con Silvia Redó tras aquel primer caso, y por alguna razón creyó que debía cuidar de ella. Monfort se ha ido humanizando en cada libro. De aquel poli al que no le importaba despertar de sus propias pesadillas queda más bien poco. Ahora ha rebasado con creces la imaginaria barrera de los cincuenta. La abuela Irene, Silvia Redó, el comisario Romerales y en las dos últimas entregas la aparición de la jueza Elvira Figueroa, han conseguido que Monfort sienta que no está tan mal este lado de la vida. Me siento orgulloso cuando veo crecer a los protagonistas, y con ello todo en su vida, no solo la faceta profesional que aparece de forma destacada en las novelas, también en el día a día, en lo cotidiano, como he dicho antes. Estoy convencido de que el público agradece que pasen cosas, no solo delictivas o resolutivas, cosas más sencillas, las que nos pasan a todos cada día.
Yo le di la vida al inspector Monfort al crear al personaje, él me ha devuelto la ilusión de seguir en la brecha.

AL: Nunca le pido a un escritor que elija entre su novelas, pero sí nos gusta conocerte como lector. En tu caso la curiosidad es mayor que nunca: ¿serán los libros favoritos de Julio los libros de cocina, las novelas gastronómicas, las biografías musicales, la novela negra clásica…? ¿Cuál es ese libro que recuerdas con especial cariño, que te reconforta verlo en tu estantería? ¿Algún autor que te apasione, de esos de los que compras las nada más que se publican?

JCC: Tengo especial cariño por muchos libros, por muchos autores de distintos géneros literarios, pero como supongo que lo que quieres es que me confiese, te diré que hay dos obras por las que siento auténtica pasión: Drácula de Bram Stoker y Frankenstein de Mary Shelley. Luego hay muchos más, por supuesto, pero estos dos son un buen ejemplo de lo que me gusta leer, de lo que me gusta escribir. En ellos se encuentra todo aquello que me motiva como escritor.
Me apasionan muchos autores, y sí, algunos los compro nada más conocer que han publicado algo nuevo: Ian Rankin, Peter May, Charlotte Link, Jussi Adler-Olsen, Ann Cleves…

AL: ¿Cuáles son los momentos especiales de tu carrera profesional? Esos que les contarás a tus nietos.

JCC: Nietos…, cuando tenga nietos, ¿qué les contaré? En mi caso me veo como el abuelo cebolleta, contándoles historias de los músicos a los que he tenido la suerte de conocer, de los escritores con los que he coincidido… Los momentos más especiales en mi carrera como escritor han sido muchas veces los más solitarios: encontrar el sentido a un montón de ideas que revolotean en la cabeza casi sin sentido hasta que parece convertirse en una futura novela; terminarla por fin; la aceptación por parte del editor; las correcciones; cuando recibes los primeros ejemplares y los acaricias una y otra vez; cuando los veo expuestos en las librerías. Y también las presentaciones de cada uno de ellos, que siempre parecen la primera vez; los reconocimientos, los premios (si los hay), las palabras de los lectores que han disfrutado con ellos. Hay infinidad de momentos especiales. Escribir es un trabajo solitario, compartirlo con los demás y que les guste es quizá la mayor de las alegrías.

AL: En estos tiempos en los que la tecnología es una constante en nuestras vidas, es inevitable por las redes sociales, un fenómeno que divide a los  escritores entre aquellos que las rechazan como herramienta profesional y los que las adoran. ¿Cómo lo vives tú? ¿Qué te aportan las redes sociales? ¿Compensan los inconvenientes?

JCC: Los jóvenes las controlan a la perfección, yo me confieso un tanto torpe en este asunto. Me atraen, las utilizo como buenamente puedo, sé que son una herramienta de trabajo casi indispensable en estos tiempos. Intento estar al día, sobre todo no meter la pata, no excederme (difícil), no aburrir (más difícil); dudo muchas veces, intento ser respetuoso y aprender cada día, espero hacerlo bien y que a mis lectores no les parezca un pesado carca y desfasado. Pero me encanta leer las estupendas y laboriosas reseñas que los bloggers escriben sobre los libros, o ver fotografías, algunas magníficas, de mis libros en las redes sociales. Algunas publicaciones son verdaderas obras de arte.

AL: ¿Libro digital o papel?

JCC: Siempre en papel. Pero tampoco estoy en contra, faltaría más, cada uno que elija su medio preferido para leer, siempre que sea de forma legal.

AL: ¿Te hace daño el pirateo literario?

JCC: En el buscador de Google aparecen tantas posibilidades de comprar mis novelas por vía legal como ilegal. Todo está ahí, es solo cuestión de hacer las cosas como es debido o no, de dejar al autor sin nada o de pagar la parte que nos corresponde como lectores. Parece que no hay defensa para ello. Es solo cuestión de: Sí/No.
Yo ya vi demasiados compañeros caer como castillos de naipes en la industria musical porque otros pulsaban el botón de la descarga ilegal. La piratería debe frenarse de algún modo. No solo podría ser el fin de los que escribimos, también lo puede ser de las librerías, de las bibliotecas, y con ello de la cultura en general.

AL: Para cerrar, como siempre, te voy a hacer la pregunta más íntima que se puede hacer a un escritor: ¿por qué escribes?

JCC: Para contarles a los demás lo que veo, lo que siento, lo que como, lo que escucho, los lugares en los que he estado, las personas a las que he conocido. Escribo una guía del viaje de mi propia vida.

AL: Gracias Julio César Cano, desearte muchos éxitos en todas tus facetas profesionales y personales, que no pare la racha y que nos sigas sorprendiendo con cada nuevo plato y con cada nueva novela.

JCC: Muchas gracias a ti por tus estupendas preguntas. Ha sido un verdadero placer.


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