Entrevista a Inés Plana, exponente de la nueva novela negra española.

InésPlana. EditorialEspasa.

Inés Plana: La autora revelación de la editorial Espasa en el género negro publica su segunda novela: Antes Mueren Los Que No Aman.

Tenemos el placer de contar hoy en nuestro blog con Inés Plana (Barbastro, 1959), escritora revelación 2018, éxito rotundo en ventas con su primera novela, Morir no es lo que más duele, y recién publicada la segunda Antes mueren los que no aman, ambas de la mano de la editorial Espasa.

«Fue un hachazo que parecía que parecía caído del cielo a traición, para clavarse profundamente en la tierra y provocar un abismo entre las gentes y sus esperanzas. A un lado quedaron las personas y las hipotecas que ya no podían pagar, los trabajos que dejaron de existir, las empresas arruinadas, la tristeza, la perplejidad. Al otro lado de la sima insalvable: las casas tan bonitas, los coches tan nuevos, las vacaciones en el trópico, la seguridad de las nóminas, las salidas de fin de semana y otros tantos sueños cumplidos. No se iba a tender ningún puente para regresar a aquellos mundos perdidos. Al contrario, la intención era dinamitar todos los que aún se mantenían incólumes».

Actualidad Literatura: Periodista de carrera y escritora de culto en el género negro con tu primera novela. ¿Cómo ha sido el proceso? ¿Qué te llevó un día a decir «voy a escribir una novela, y va a ser una novela negra»?

Inés Plana: Llevaba años ensayando la escritura y en casa aún guardo páginas de relatos, de cuentos y de inicios de novelas que acabé desechando porque no tenían la calidad que yo buscaba, pero aprendí mucho en el intento. Llegó un momento en el que sí me sentí preparada para abordar la enorme complejidad de una novela. Tenía la trama en mi cabeza, la que luego se convertiría en “Morir no es lo que más duele, y con miedo y respeto comencé a escribir el primer capítulo y ya no paré. ¿Por qué una novela negra? Siempre me ha atraído el género, tanto en el cine como en la literatura, y ya había decidido que la historia arrancaría con la imagen de un hombre ahorcado, con un crimen en apariencia perfecto que debía llevarme a una exploración sobre la maldad y sobre lo cruel y azaroso que puede llegar a ser el destino.

AL: La lacra social de la trata de personas, de menores en este caso, para ser esclavizadas y violadas con fines económicos queda reflejada con maestría en tu segunda novela, Antes mueren los que no aman. Un tema terrible, que todos sabemos que existe, pero que no suele ocupar portadas en los periódicos. ¿Qué pasa con la trata de personas, las mafias, los proxenetas que utilizan a mujeres y a niñas como mercancía? ¿Dónde está en la realidad esta esclavitud del S.XXI que, a veces, parece que solo existen en las novelas negras?

IP: Se calcula que el negocio de la prostitución genera en España alrededor de cinco millones de euros al día. El código penal no considera un delito alquilar un cuerpo humano para practicar sexo, sí lo es el proxenetismo, pero las mujeres a las que se esclaviza están amenazadas y no se atreven a denunciar que son víctimas de la explotación sexual. Se las obliga a afirmar que practican sexo por voluntad propia. Así las cosas, es difícil demostrar ante la ley la trata de mujeres, esa esclavitud en pleno siglo XXI. En la Unión Europea, una de cada cuatro víctimas es menor de edad. Se paga mucho más por ellas que por una mujer adulta. Ésta es la tremenda realidad que, una vez más, supera todo lo que se pueda contar en una novela.

AL: Cuentas sobre tu primera novela, Morir no es lo que más duele, que surge de una experiencia vital impactante: viste a un hombre ahorcado, colgado de un árbol, mientras ibas en un tren. En Antes mueren los que no aman además de la trata de menores, se cruzan muchas historias de fondo que reflejan la soledad de la vejez, la inconsciencia de una joven que es capaz de destrozar a una familia y a todos los que la quieren, una mala madre a la que sus hijas le estorban, el rechazo que sufren los guardias civiles en sus lugares de origen o en sus propias familias en determinadas zonas de España, la traición entre amigos… ¿Qué te impacta de esas tramas secundarias para elegirlas como cuarta pared de  Antes mueren los que no aman?

IP: Me impacta todo lo que genere dolor, injusticia, y desgraciadamente la realidad me aporta muchos elementos para inspirarme en las zonas y actitudes más sombrías de la condición humana. Soy escritora, pero también periodista. Vivo muy pegada a la realidad, la observo con espíritu crítico, me duele y me desesperanza cuando no se hace nada por mejorarla o por dignificarla. Tanto en mi primera novela como en la segunda he querido retratar esa realidad sucia desde la fabulación, que es la herramienta que yo tengo. La novela negra permite utilizar la ficción para la denuncia social y, al mismo tiempo que los lectores disfrutan con una historia, pueden descubrir también aspectos oscuros de la sociedad en los que no habían reparado y que les susciten una reflexión sobre los tiempos que vivimos.

AL: Ambientas tus novelas en pequeños pueblos de Castilla y en esta ocasión también un escenario gallego, en la Costa Da Morte. Uvés, Los Herreros, Cieña, …, son pueblos por los que el lector se pasea de tu mano sintiéndose al final un vecino más. ¿Existen esas ubicaciones?

IP: Tanto Uvés en la Comunidad de Madrid como Los Herreros en Palencia o Cieña en la Costa da Morte son escenarios imaginarios. En ellos se dan situaciones que, por unos motivos u otros, no he querido singularizar eligiendo lugares reales. También yo me siento más libre para fabular haciéndolo así. Pero todas esas localidades ficticias tienen un base real, pueblos que me han inspirado y que me han servido de referente, aunque no es uno en concreto, sino que he mezclado elementos de varios hasta convertirlos un solo escenario.

AL: Los protagonistas por excelencia del género negro americano son los detectives privados y del español, los policías. Aunque la Guardia Civil protagoniza alguna de las series negras de renombre, no suele ser la elegida por los escritores del género. En tu serie negra nos presentas dos guardias civiles muy humanos, muy reales: el teniente Julián Tresser y el cabo Coira, que no pasan ninguno de los dos por su mejor momento, ¿por qué guardias civiles? La Guardia Civil es un cuerpo con reglamento militar, distinto a la policía, y la solvencia con la que escribes sobre ellos delata muchas horas de investigación, ¿ha sido complicado conocer el funcionamiento interno del cuerpo y el impacto en la vida personal de tal elección profesional?

PortadaAntesMuerenLosQueNoAman

Antes Mueren Los Que No Aman, la nueva novela de Inés Plana: trata de menores, tráfico de armas y prostitución.

IP: Sí lo ha sido, porque la Guardia Civil tiene un funcionamiento interno bastante complejo, precisamente por su naturaleza militar, a diferencia de otros cuerpos policiales. Pero cuento con la ayuda de Germán, sargento de la Guardia Civil, un profesional extraordinario y una persona también extraordinaria que me ha explicado las particularidades del Cuerpo con mucha paciencia por su parte, ya que no es fácil entenderlas a la primera. Para mí es un desafío y desde el primer momento que comencé a imaginar la trama de “Morir no es lo que más duele” tuve muy claro que los investigadores serían guardias civiles. De una novela a otra he podido conocer mucho más sobre sus vidas, sus problemas cotidianos y su manera de trabajar, que es admirable, porque tienen un espíritu de entrega extraordinario y no es fácil sobrellevar emocionalmente un oficio que, en muchas ocasiones, es realmente duro. De hecho, tienen una elevada tasa de suicidios y lo peor es que no se destinan los suficientes recursos para una atención psicológica eficaz y, sobre todo, preventiva.

AL: Llegas al mundo de la novela después de una importante carrera profesional como periodista. Tu primera novela, Morir no es lo que más Duele ha sido la novela revelación del género negro y Antes Mueren los que no aman ya huele y sabe a bestseller. ¿Hay momentos inolvidables en este proceso? De esos que atesorarás para siempre.

IP: Hay muchísimos, hechos de sensaciones y emociones que tengo muy interiorizadas. Recuerdo los encuentros con los lectores en los clubes de lectura como uno de los momentos más preciosos de mi vida, al igual que la presentación en Madrid de “Morir no es lo que más duele” y las que hice en mi tierra, Aragón. En mi pueblo, Barbastro, tuve una acogida que jamás olvidaré, al igual que en Zaragoza y en Huesca. Era mi primera novela y lo viví todo con mucha intensidad, me costaba creer que todo aquello tan bonito me estuviera pasando a mí. Tampoco olvido lo mucho que he disfrutado en los festivales de novela negra, en las ferias y presentaciones en muchas ciudades de España y me quedo también con las personas que he conocido a través de mi novela y con las que he conectado de un modo tan especial.

AL: ¿Cómo invocas a la creatividad? ¿Tienes hábitos o manías al escribir? ¿Compartes la historia antes de dejar que vea la luz o la guardas para ti hasta la que consideras el trabajo terminado?

IP: La inspiración es muy caprichosa y acude cuando quiere, no cuando la necesitas, así que no suelo esperarla. Prefiero ponerme a escribir y que sea el propio trabajo, la insistencia en sacarlo adelante, el que abra mi mente y me enseñe caminos. Aun así, si tuviera que mencionar una fuente inspiradora, sin duda para mí sería la música. No la escucho mientras escribo, soy incapaz porque me descentra, pero entre sesión y sesión de escritura escucho canciones que la mayoría de las veces no tienen nada que ver con el asunto que estoy tratando pero que generan imágenes en mi mente, me sugieren situaciones y actitudes de los personajes que me ayudan mucho y que considero valiosas. No tengo manías cuando me pongo a escribir. Solo necesito silencio y que nadie ni nada me interrumpa, lo cual no se consigue siempre, pero intento que sea así porque es un trabajo que requiere mucha concentración y un estado mental especial que a mí me sitúa absolutamente fuera del mundo. Sólo existe la historia que quiero contar y nada más. Es un proceso complicado que produce inseguridad, que te obliga a tomar decisiones que, si no son las correctas, pueden resquebrajar los cimientos de la novela. Hay que ir con cuidado. Cuando tengo varios capítulos, se los doy a leer a mi pareja, que también escribe, para saber sus impresiones y comentarlas.

AL: Nos encantaría que nos abrieras tu alma de lectora: ¿cuáles son esos libros que pasan los años y, cada cierto tiempo, vuelves a leer?  ¿Algún autor que te apasione, de esos de los que compras nada más que se publican?

IP: Yo suelo releer bastante. Tengo autores a los que acudo de modo recurrente porque siempre aprendo de ellos cosas nuevas. Es el caso de Tolstói, Jane Austen o Flaubert, por ejemplo. Hay un autor contemporáneo que me gusta mucho, Enrique Vila-Matas. Me atraen los mundos que expresa y lo bien que los narra, pero no sigo con ansiedad a ningún escritor en concreto. Compro libros de los que tengo buenas referencias y lo cierto es que me gusta improvisar cuando visito una librería.

AL: ¿Qué pasa con el pirateo literario que al día siguiente de salir una novela puede descargarse ya en cualquier página pirata? ¿Cuánto daño hace a los escritores?

IP: Hace mucho daño, desde luego. Duele que, en efecto, casi al minuto de publicar una novela ya se esté ofreciendo gratis en Internet. Estos tiempos que vivimos de absoluta interconexión tienen esas aristas que siguen sin pulirse. No tengo la solución para frenar el pirateo, porque soy una simple ciudadana, pero le corresponde hacerlo a nuestros gobernantes y no sé si están haciendo el esfuerzo que requiere este asunto que tanto daña a la creación y a la cultura.

AL: ¿Papel o digital?

IP: Me gusta leer en papel, aunque a veces lo hago en la tablet, pero me encanta ese ritual de pasar las páginas, el olor tan especial del libro recién comprado… En todo caso, lo importante es leer, sea cual sea el soporte. Es uno de los hábitos más saludables para la mente y más enriquecedores que existen.

AL: En los últimos años, ha cambiado mucho la imagen de escritor. La imagen clásica del genio taciturno, introvertido y ermitaño ha dado paso a escritores más mediáticos, que se dan a conocer al mundo a través de las redes sociales y tienen miles e incluso, cientos de miles de seguidores en Twitter. Unos se quedan, otros, como Lorenzo Silva, se van.  ¿Cómo es tu caso? ¿Cuál es relación con las redes sociales?

IP: Desde que publiqué mi primera novela, mi experiencia en las redes ha sido, simplemente, maravillosa. Me han permitido conectar con mis lectores y lectoras, en público o mediante mensajes privados. Durante la escritura de mi segunda novela he sentido el cariño y el respeto de tantas personas que leyeron “Morir no es lo que más duele” y que esperaban mi siguiente historia que se lo agradecería eternamente. Soy una persona muy social, me gusta la gente, y en las redes me siento en mi medio y espero que eso siempre siga así.

AL: Para cerrar, como siempre, te voy a hacer la pregunta más íntima que se le puede hacer a un escritor: ¿Por qué escribes?

IP: Es una necesidad, no recuerdo ni un solo día de mi vida en el que no haya escrito algo o no haya imaginado lo que iba a escribir. Siendo muy pequeña y aun sin haber aprendido a escribir, mis padres me contaban que ya improvisaba poemas y los recitaba en voz alta. Yo creo que nací con esa inquietud prendida en mí y supongo que me hice periodista para que nunca me abandonara. La escritura es mi compañera de vida y no podría imaginar mi existencia sin ella.

Gracias Inés Plana, desearte que sigas con este éxito arrollador y que Julián Tresser y el cabo Guillermo Coira tengan una larga vida para el deleite de tus lectores.


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