Entre visillos: resumen

Entre visillos

Entre visillos, de Carmen Martín Gaite, es una novela del año 1958. Fue publicada por Editorial Destino y retrata la vida de provincias de una España desilusionada durante la posguerra. Está reconocida con el prestigioso Premio Nadal y es sin lugar a dudas una de las mejores novelas en español del siglo XX.

Es todo un clásico de imprescindible lectura, muy recomendada para la adolescencia de instituto. Un libro de cabecera de la historia literaria reciente. Y tú, ¿lo tienes? ¿Conoces su argumento? ¡Vamos allá!

Entre visillos: libro y autora

Contexto y autoría

Carmen Martín Gaite fue una escritora consagrada de las letras españolas. En 1988 fue reconocida con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Nació en Salamanca en 1925 y compartió vida con otro grandísimo escritor, Rafael Sánchez Ferlosio.

Martín Gaite perteneció a la Generación del 50, es decir, a los niños de la guerra o la generación silenciosa en términos demográficos. La literatura de esta generación, entre la que se encuentra la presente novela, tiene muy presente la guerra civil y la posguerra. No solamente se trata el conflicto armado o las consecuencias políticas o económicas. Este tipo de escritura habla de las carencias materiales y, sobre todo, espirituales que conlleva vivir un tiempo de posguerra, y el trauma emocional diario tras la guerra. Es la recomposición del individuo en una sociedad que vive, además, en dictadura.

La mayoría de escritores que pertenecen a este movimiento son de clase media, habiendo tenido oportunidades para formarse académicamente, a la vez que poseen cierta sensibilidad para ver la realidad social que les rodea. Hay que añadir que también tienen la perspicacia suficiente para escribir con cierta distancia y publicar sorteando las limitaciones de la censura.

Clase o classroom

Entre visillos

Quizá decir que es un libro existencialista es asumir mucho. Sin embargo, sí puede decirse que Entre visillos es un libro que habla de la existencia, del tedio que muchas veces viene aparejado con ella, máxime si nos encontramos en una ciudad provinciana con la posguerra como fondo. Por ende, las salidas a esa realidad y las expectativas escasean. Sumado un espíritu de juventud incapacitado por el contexto que rodea a esta juventud, la vida puede convertirse en algo triste, carente de visión y optimismo.

Esto es un poco lo que les pasa a los colegiales de un instituto, con los que se encuentra Pablo Klein cuando llega allí. El nuevo profesor encargado de la asignatura de alemán tiene, no obstante, una idea completamente diferente de la vida, como es fácil suponer. Aunque es necesario añadir que ese lugar no le será del todo extraño al profesor, que se ha criado allí y vuelve para desarrollar su labor como docente.

A través de distintas visiones (en gran parte femeninas), los diálogos componen una realidad trivial y una falta de esperanza aplastante. El profesor en un ejercicio de entendimiento y empatía tratará de aportar algo de imaginación e ilusión, y de llenar el aula de confianza.

Lapicero

Entre visillos: resumen

Adentrándonos en la novela

Entre visillos es una novela que relaciona tramas de sus diferentes personajes. La acción se sitúa en una ciudad de provincia, y esto es importante para entender el mensaje de la obra. Como también es relevante la época, son los años 50 de la España de la posguerra dentro de un ambiente burgués. Asimismo, tampoco se dice exactamente en qué lugar se sustenta la narración, pero podríamos estar hablando de Salamanca, la ciudad de la que era originaria la autora.

Es decir, los personajes se mueven en un clima de opresión muy característico por el género que habitan los personajes principales, que son mujeres. El ambiente femenino embadurna la historia para contar las tareas y obligaciones que tenían ellas respecto con la sociedad y el sistema patriarcal. Que irrumpa el personaje masculino que centraliza al resto, solo añade conflicto y replanteamientos existenciales. Este personaje masculino es Pablo Klein, que vuelve al lugar donde creció.

Klein llega a este sitio para impartir clases de alemán y lo hace invitado por el director del instituto. Cuando Klein aparece se entera de que este señor ha muerto y traba amistad con la familia del director, y también con su hija Elvira. La afinidad que se forja con este personaje, como con el de Natalia es una extraña mezcla de admiración, entendimiento y amor, o afecto.

Personajes y relaciones

Elvira es la hija del director fallecido, estudiante y con un novio al que no considera como tal. Porque realmente no quiere casarse, ni servir a ningún hombre. Desea escabullirse de los deberes de la mujer y continuar su aprendizaje para convertirse en una artista, ya que anhela vivir por sus propios medios gracias a la pintura. Algo menos resuelta es Natalia, también estudiante del instituto. Las dos jóvenes son de buena familia, pero Natalia tiene más dificultades para expresarse y se encuentra sometida junto al resto de jovencitas de buena familia. A ella también le gustaría seguir estudiando y labrarse un futuro independiente.

Por su parte, Pablo es un joven  profesor que llega de la gran ciudad y su punto de vista promueve las pretensiones de sus estudiantes. Envalentona a Natalia y forja un lazo de mayor afecto con Elvira. Los aires renovados de Pablo, su porte intelectual e influencia provocan un cambio en la actitud de Natalia que se vuelve más firme y determinante y crea en Elvira la esperanza de que todo es posible, incluso también para una señorita bien educada. A través de sus charlas, de los acontecimientos cotidianos y del vínculo que forman, los tres abren los ojos a la vida.

Chicas, amistad y atardecer

Pablo Klein y desenlace

Sin embargo, nada es fácil ni se aguarda un final apoteósico. Es una novela reposada en la que Natalia espera algún día poder desembarazarse de las expectativas que los demás tienen puestas en ella, ya que solo quiere seguir estudiando sin seguir a ningún hombre. Por su parte, Elvira duda si debe irse con Pablo, ya que la relación que tendría con él también sería diferente a la que tendría con un buen matrimonio; de hecho, Elvira tiene un pretendiente, Emilio, al que no considera una relación formal.

Pablo también conocerá otra perspectiva femenina, a través de los ojos de Rosa, una cabaretera que es su vecina en la pensión en la que se hospeda. Y después de que Pablo experimente ciertos traspiés consecuencia de su vida en la pequeña ciudad decide que es momento de marcharse. Sin embargo, no deja de apremiar a sus estudiantes para que no cejen en su empeño de estudiar y continuar su propio camino.

Cuando la novela está por acabarse, Pablo descubre en la estación de tren a Natalia, que se encuentra despidiendo a una de sus hermanas que se va a Madrid para estar con su novio. Su hermana, Julia, tiene unas ideas muy distintas de las de Natalia. En este punto de la novela también se manifiesta cómo es la relación dependiente de una mujer hacia un hombre con el que quiere pasar el resto de su vida, a pesar de que él opte por tener un comportamiento displicente con ella. Un ejemplo que a Natalia, como a Elvira, no les gustaría seguir.


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