El Quijote, entre la cordura y la locura

Ilustración de Don Quijote.

Ilustración de la novela Don Quijote de La Mancha.

El Quijote, ciertamente, es la obra en lengua española más importante de todos los tiempos. La manera cómo Miguel de Cervantes y Saavedra llevó la trama y muestra su crítica a la sociedad de la España del siglo XV por medio de la locura de su protagonista, es, simplemente, magistral.

De entrada nos hallamos con un hombre que pierde la cabeza de tanta letra caballeresca y va en pos de derrotar a gigantes imaginarios y rescatar a doncellas que no se lo han pedido. Pero, ¿qué tanta locura había realmente en el Quijote? Lo cierto es que lo que Cervantes buscó, con lo que parece una historia simple, desnudar las realidades que se esconden detrás de las intrincadas relaciones humanas de una época única en la nación española.

¿El loco de La Mancha o la excusa?

Si en algo destacaba Miguel de Cervantes y Saavedra, era en su inteligencia y sagacidad al expresarse con su pluma. La locura del Quijote, pues, no era más que la excusa para dar rienda suelta a lo que tanto guardó tras tantas injusticias observadas y vividas, tras la batallas, tras tanto cuadros de desigualdad, tras la existencia misma.

Cervantes ahonda en su obra en las máscaras, en los papeles que a cada uno le tocan asumir en esta tragicomedia que es la vida. No en vano en uno de los diálogos del noble Quijote expresa lo siguiente:

“Uno hace el rufián, otro el embustero, este es el mercader, aquel el soldado, otro el simple discreto, otro el enamorado simple; y acabada la comedia y desnudándose de los vestidos della, quedan todos los recitantes iguales”.

Su novela es, entonces, un espejo claro de la hipocresía reinante en la sociedad, la presente, la pasada y la que vendría.  El loco no es más que otro personaje común, otro ser al que le tocó asumir distintos papeles hasta que se acabe su tiempo de actuación.

Miguel de Cervantes y Saavedra.

Retrato de Miguel de Cervantes y Saavedra.

El retorno de la cordura

Al final Alonso Quijano, después de tanto enfrentarse al monstruo que es la sociedad humana, volvió a la cordura. Ahora bien, hablamos de una lucidez que acepta todo cuando está cercana la muerte, un estado producto de andar un largo trayecto enfrentando los demonios internos y externos. Quizá lo más aleccionador de todo es que el protagonista deja en evidencia la realidad diaria del ser, ese espejo que todos vemos, pero que muchos callan.


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  1.   Estelio Mario Pedreañez dijo

    El Quijote no contiene una profunda crítica de la España del tiempo de Cervantes, es una crítica contra toda la Europa Cristiana y contra el Antiguo Régimen tres siglos antes de la Revolución Francesa, sin dudas Cervantes fue un revolucionario prudente de expresarse libremente ante el poder aniquilador de la Inquisición (que no solo existió y reprimió en España) y los tribunales de la Corona, porque en esos tiempos la «Justicia» era «del Rey».