El futuro de los libros y la literatura

En el siglo XIX las historias contadas por entregas en un dominical triunfaban, en el siglo XX se impuso la cultura del best-seller y en el XXI Internet y las nuevas tecnologías han permitido que el libro electrónico se convierta en un claro competidor del papel. Diferentes soportes, formas alternativas de concebir literatura pero algo que siempre prevalece: el amor por unas letras cuya evolución se verá aún más alterada durante los próximos años. Una realidad que, entre algunos expertos y las propias reflexiones de un autor, arroja estas 5 profecías sobre el futuro de los libros y la literatura.

El autor será la estrella

Cuando Internet presta las herramientas suficientes para que un escritor pueda crear, publicar y difundir una obra, la capacidad de triunfar gracias a un perfil otorga mayores posibilidades al rol de autor en comparación a los tiempos en que las editoriales eran los únicos filtros.  Una idea que, si bien no deja de ser atractiva, también se enfrenta a la realidad de una nube colmada de de obras  y libros publicados donde la capacidad de selección  (y de competencia) es también mucho mayor. Y es ahí donde el autor, su capacidad para venderse, para publicar contenido relacionado con su trabajo y para destacar juega (y jugará) un importante papel por encima de la propia obra.

La pérdida del lector puro

El editor español Constantino Bértolo dijo una vez que «la lectura tradicionalmente había sido uno de los escasos lugares donde, escapando del trajín y las urgencias materiales, el lector podía tener la gozosa sensación de habitar lejos del mundanal ruido«, algo que ya no ocurre desde que, en mitad de la lectura, la interrupción de una alerta de Instagram o LinkedIn en nuestro smartphone se vuelve más necesaria que molesta. Esto conlleva la dispersión de la atención del lector, lo cual sumado a la cantidad de información vertida actualmente en Internet provocará una mayor incapacidad  a la hora de dedicar tiempo íntegro a la lectura de un libro sin distracciones, concentrándose en las palabras, sumergiéndose en otros mundos.

Mayor globalización

La escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, una de las mejores exponentes de la nueva ola de escritores africanos.

Durante siglos, Occidente tuvo el monopolio del arte y la literatura, obligando a sus países colonizados a rechazar su propia cultura, de ahí que hace cien años no supiéramos  cómo era la experiencia de un africano llegado a Estados Unidos o la realidad de una de las muchas mujeres de un harén senegalés, por poner dos ejemplos.

La explosión de un mundo cada vez más multicultural nos permitirá seguir descubriendo nuevas historias que durante siglos permanecieron cautivas  por  las dictaduras cruentas, la incultura, el imperialismo o la censura para liberarse, especialmente en lo que respecta a los países africanos donde moraban «los condenados de la Tierra», o eslabones de la postcolonización, a los que en más de una ocasión se han referido autores como el keniata Ngũgĩ wa Thiong’o.

La supresión del DRM

El conocido como DRM (digital rights management) se ha convertido en el aliado de muchas editoriales a la hora de encriptar el contenido de un ebook que no podrá ser impreso o compartido como forma de luchar contra la piratería. El problema llega cuando tanta protección se traduce en un menor número de copias vendidas debido a la imposibilidad para leer un archivo en diferentes soportes, quizás el principal motivo por el que el despegue del libro electrónico haya sido más lento de lo esperado.

La eliminación del DRM en un mundo digitalizado podría ser primordial, mientras que los nuevos logros en tintas de impresión digital o incluso el modelo de papel electrónico enrrollable aportarían medidas anti-pirateria más efectivas.

La narrativa transmedia

La adaptación de la literatura al mundo digital comenzó con la inserción de links, después de ilustraciones o infografías y actualmente son muchos los expertos que trabajan en nuevas formas de contar historias, siendo una de ellas la narrativa transmedia. La capacidad para potenciar el storytelling de forma interactiva apoyándose en otros medios artísticos  podría ser la respuesta universal de una literatura cada vez más segmentada en la que las relaciones entre autores y lectores son más cercanas y la inmediatez o el componente visual juegan un papel determinante en las formas narrativas.

El futuro de los libros y la literatura sigue siendo algo incierto, si bien las tendencias y cambios acontecidos durante los últimos años ya dan indicios de la conducta del lector del futuro, de los soportes, de la piratería y la protección, pero ante todo de un factor universal: el de seguir contando y descubriendo historias apasionantes.

Eso sí, quizás bajo el requisito de silenciar nuestro smartphone.

¿Qué opinas tú del futuro de los libros y la literatura?


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