El Crowfunding Literario: El micromecenazgo llega a la literatura de la mano de las nuevas tecnologías.

El micromecenazgo literario: el apoyo a los escritores que necesitan financiar su proyecto.

El micromecenazgo literario: el apoyo a los escritores que necesitan financiar su proyecto.

El crowfunding literario, también conocido como micromecenazgo, que no es ni más ni menos que una colecta de dinero vía internet por parte de un autor para publicar su libro y a los donantes o micromecenas se les compensa con un ejemplar cuando este se publique.

Existen muchos tipos de crowfundig: para emprendedores donde a cambio se reciben acciones, beneficios, etc.…, para proyectos solidarios, para construir viviendas, financiar campañas políticas… para todo lo imaginable y por supuesto en todos los ámbitos culturales más allá de la literatura: cine, música, etc.…

Origen del Crowfunding.

Si bien el crowfunding es un término anglosajón que surge gracias a los portales de internet que nacen para dar un soporte tecnológico a esta nueva forma de financiación, no es una idea nueva:  en 1989 el grupo de rock español Extremoduro financió su primer disco mediante el crowfunding. Sin plataforma para hacer la colecta, eso sí.

A partir del año 2000 empiezan a darse a conocer plataformas digitales que permiten presentar un proyecto y solicitar fondos a los internautas en general, logrando una difusión gracias a las redes sociales que hasta ahora no era posible.

¿Cómo funciona el Crowfunding?

Una campaña de micromecenazgo o crowfunding consta básicamente de 3 elementos:

  • Un proyecto para el que se solicita una aportación económica (con un mínimo por aportador).
  • Un objetivo económico que conseguir.
  • Un plazo de tiempo.

Si no se consigue el objetivo económico en el plazo, las aportaciones no se realizan.  Si se consigue, el micromecenas recibe algo a cambio. En el caso del crowfunding literario, un ejemplar del libro cuando se edite.

Micromecenazgo literario.

El micromecenazgo literario utiliza las nuevas tecnologías para conseguir la publicación tradicional o digital de un libro, donde la función de editor la realiza habitualmente una editorial de coedición que ayuda al autor a organizar la campaña de recogida de fondos o, en la minoría de casos, para conseguir la autopublicación donde la labor la edición la realiza el propio autor. En ambos casos el libro es financiado los micromecenas en parte o en la totalidad.

En este ámbito, experiencias de lo más variopintas entre los autores que lo han intentado.

El gran problema con el que se encuentran los autores es que normalmente el micromecenazgo recauda fondos para la publicación de la obra, cosa que a veces se consigue y otras no, pero no se recauda para publicitar el libro una vez publicado lo que reduce mucho las posibilidades de difusión a un amplio número de lectores. No es imposible como se ha demostrado en distintos casos de autopublicación, pero sí más difícil.

Una experiencia real.

Domingo Alberto Martínez es escritor, bloguero (https://lahogueradeloslibros.wordpress.com/) y exlibrero.

Con dos novelas en su haber y varios relatos, todos ellos publicados gracias a que resultaron ganadoras de premios literarios cuya compensación era preciosamente la publicación, aunque fueran de tirada y alcance corto, buscó la forma de publicar una antología de relatos titulada Un ciervo en la Carretera y se ha decidido por el micromecenazgo vía una empresa de servicios de coedición.

Domingo Alberto: Una experiencia real de crowfunding.

Domingo Alberto: Una experiencia real de crowfunding.

En cuatro respuestas nos resume su experiencia con esta novedosa forma de financiar un libro.

¿Por qué Crowfunding?

Porque hoy es muy difícil publicar algo si nadie te conoce, si sólo te dedicas a escribir sin tener tropecientos seguidores en todo tipo de redes sociales o si no escribes lo que los editores piensan que se vende. La industria editorial es eso, industria. Las pequeñas están saturadas por cientos de originales no pedidos de escritores a los que han rechazado en las grandes editoriales; y con un panorama así, la verdad es que la opción de publicar sin tener que rascarte el bolsillo es muy complicada. Te queda la opción de la de las falsas editoriales, que no dejan de ser imprentas con otro nombre, que te piden dinero para publicar y luego ahí te las compongas para dar a conocer el libro. Yo tengo dos hijos pequeños y una hipoteca, y no ando sobrado para pagarme aventuras editoriales.

¿Cómo ha sido tu experiencia personal?

Enriquecedora, pero si preguntas si volvería a pasar por ello, nunca puede decirse de este agua no beberé, pero por el momento no. Una campaña de crowfunding es como el sarampión, hay que pasarlo en algún momento. Las tres primeras semanas fueron realmente duras, porque la campaña avanzaba muy lentamente. Te pasas los días pidiendo ayuda, recibiendo portazos, echando cuentas y viendo que no vas a llegar; y de pronto, un día, la campaña empieza a funcionar. La última semana fue casi como un paseo triunfal, gracias a toda esa gente que apoyó mi proyecto y me dedicó unos minutos de sus vidas para comprar mi libro. Casi 130 personas… y te puedo asegurar que yo no tengo tantos amigos.

Expectativas con el libro.

No tengo excesivas, la verdad. No soy una persona ambiciosa. Lo único que quería era publicar mi libro, que mis relatos se convirtieran en algo físico, no solo en un puñado de archivos en el ordenador, y que la gente pudiera leerlos y me diera su opinión. No busco la fama. Me gustaría, eso sí, conseguir un grupo de lectores fieles, que valoren lo que escribo y me digan de corazón si les gusta o no les gusta.

En cuanto a la difusión, hubo durante la campaña una librería que me apoyó en Tudela, mi pueblo, que es con la que pacté hacer la presentación de la obra.

¿Seguirás intentando llamar la atención de alguna editorial?

A medio y largo plazo ese es el objetivo. Poder trabajar con una editorial tradicional que confíe en tu obra y con la que puedas publicar habitualmente sin tener que hacer malabares. A todos nos gustaría publicar con Anagrama o Alfaguara, desde luego; pero tal y como está el sector, yo me conformo con una editorial seria con la que pueda vender mis libros en Tudela y alrededores. Lo demás es el cuento de la lechera, y yo ya tengo cuarenta años para andar fantaseando… fuera de mis cuentos, claro.

Suerte para Domingo y para todos los escritores que ven en el micromecenazgo una opción para que sus obras vean la luz.


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