Día Internacional de la Poesía. 8 sonetos para celebrarlo

Fotografía: Jardín del Príncipe. Aranjuez. (c)Mariola Díaz-Cano

Un año más hoy se celebra el Día Internacional de la Poesía y no hay nada mejor que hacer que leerla. La que más nos guste, de cualquier autor y época, en cualquier idioma. Yo he elegido estos 8 sonetos. Son de Espronceda, Góngora, Unamuno, Hurtado de Mendoza, sor Juana Inés de la Cruz, Carolina Coronado, Rosario Acuña y Federico García Lorca. Porque todos los días deberíamos ponernos una ración de buenos versos.

José de Espronceda

Fresca, lozana, pura y olorosa

Fresca, lozana, pura y olorosa,
gala y adorno del pensil florido,
gallarda puesta sobre el ramo erguido,
fragancia esparce la naciente rosa.

Mas si el ardiente sol lumbre enojosa
vibra del can en llamas encendido,
el dulce aroma y el color perdido,
sus hojas lleva el aura presurosa.

Así brilló un momento mi ventura
en alas del amor, y hermosa nube
fingí tal vez de gloria y de alegría.

Mas ¡ay! que el bien trocóse en amargura,
y deshojada por los aires sube
la dulce flor de la esperanza mía.

Luis de Góngora

A los celos

¡Oh niebla del estado más sereno,
Furia infernal, serpiente mal nacida!
¡Oh ponzoñosa víbora escondida
De verde prado en oloroso seno!

¡Oh entre el néctar de Amor mortal veneno,
Que en vaso de cristal quitas la vida!
¡Oh espada sobre mí de un pelo asida,
De la amorosa espuela duro freno!

¡Oh celo, del favor verdugo eterno!,
Vuélvete al lugar triste donde estabas,
O al reino (si allá cabes) del espanto;

Mas no cabrás allá, que pues ha tanto
Que comes de ti mesmo y no te acabas,
Mayor debes de ser que el mismo infierno.

Diego Hurtado de Mendoza

Alcé los ojos, de llorar cansados

Alcé los ojos, de llorar cansados,
Por tornar al descanso que solía;
Y como no lo vi donde solía,
Abajélos con lágrimas bañados.

Si algún bien yo hallaba en mis cuidados,
Cuando por mas contento me tenía,
Pues que ya le perdí por culpa mía,
Razón es que los llore ahora doblados.

Tendí todas las velas en bonanza,
Sin recelar humano entendimiento;
Alzóse una borrasca de mudanza,

Como si tierra y mar y fuego y viento
No me fueran en contra mi esperanza,
Y castigaron solo el sufrimiento.

Miguel de Unamuno

Noche de luna llena

Noche blanca en que el agua cristalina
duerme queda en su lecho de laguna
sobre la cual redonda llena luna
que ejército de estrellas encamina

vela, y se espeja una redonda encina
en el espejo sin rizada alguna;
noche blanca en que el agua hace de cuna
de la más alta y más honda doctrina.

Es un rasgón del cielo que abrazado
tiene en sus brazos la Naturaleza;
es un rasgón del cielo que ha posado

y en el silencio de la noche reza
la oración del amante resignado
sólo al amor, que es su única riqueza.

Sor Juana Inés de la Cruz

Insinúa su aversión a los vicios

En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?

Yo no estimo tesoros ni riquezas;
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas.

Y no estimo hermosura que vencida,
es despojo civil de las edades,
ni riqueza me agrada fementida,

teniendo por mejor en mis verdades,
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades.

Carolina Coronado

A una gota de rocío

Lágrima viva de la fresca aurora,
a quien la mustia flor la vida debe,
y el prado ansioso entre el follaje embebe;
gota que el sol con sus reflejos dora;

Que en la tez de las flores seductora
mecida por el céfiro más leve,
mezclas de grana tu color de nieve
y de nieve su grana encantadora:

Ven a mezclarte con mi triste lloro,
y a consumirte en mi mejilla ardiente;
que acaso correrán más dulcemente

las lágrimas amargas que devoro…
mas ¡qué fuera una gota de rocío
perdida entre el raudal del llanto mío…!

Rosario de Acuña

El otoño

Templa su fuego el sol bajo el nublado;
las nieblas rompen sus tupidos velos
y desciende la lluvia, y arroyuelos
de límpido cristal recoge el prado.

Pájaro amante, insecto enamorado,
sienten, última vez, ardientes celos;
marchan la golondrina y sus polluelos:
se adorna el bosque de matiz dorado.

¡Ya está aquí! El mar levanta sus espumas
y acres perfumes a la tierra envía…
¿Quién no le ama? Entre rosadas brumas,

coronado de mirtos y laureles,
viene dando a las vides ambrosía,
vertiendo frutas, regalando mieles!

Federico García Lorca

Llagas de amor

Esta luz, este fuego que devora.
Este paisaje gris que me rodea.
Este dolor por una sola idea.
Esta angustia de cielo, mundo y hora.

Este llanto de sangre que decora
lira sin pulso ya, lúbrica tea.
Este peso del mar que me golpea.
Este alacrán que por mi pecho mora.

Son guirnalda de amor, cama de herido,
donde sin sueño, sueño tu presencia
entre las ruinas de mi pecho hundido.

Y aunque busco la cumbre de prudencia
me da tu corazón valle tendido
con cicuta y pasión de amarga ciencia.


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      Susana de Castro Iglesias dijo

    No me puedo resistir.
    Echo de menos uno de Don Francisco.

    Francisco de Quevedo

    Cerrar podrá mis ojos la postrera
    sombra, que me llevaré el blanco día;
    y podrá desatar esta alma mía
    hora, a su afán ansioso linsojera;

    mas no de esotra parte en la ribera
    dejará la memoria en donde ardía;
    nadar sabe mi llama la agua fría,
    y perder el respeto a ley severa:

    Alma a quien todo un Dios prisión ha sido,
    venas que humor a tanto fuego han dado,
    medulas que han gloriosamente ardido,

    su cuerpo dejarán, no su cuidado;
    serán ceniza, mas tendrán sentido.
    Polvo serán, mas polvo enamorado.