Cómo escribir una novela

Estantería llena de libros

Muchos somos los que alguna vez hemos fantaseado con la idea de escribir una novela, dando así forma a esa historia que se nos ocurre repentinamente o que lleva años rondando por nuestra cabeza.

Sin embargo, a veces por pereza, otras por falta de tiempo, y en la mayoría de los casos por no saber por dónde empezar aparcamos dicha idea y terminamos olvidándonos de ella.

Lo cierto es que escribir una novela es una tarea que conlleva un notable esfuerzo, mucha constancia y sobre todo una serie de conocimientos técnicos que es imposible desatender si queremos llegar a buen puerto en nuestra difícil pero apasionante empresa. Existen varios aspectos que no debemos descuidar si pretendemos tomarnos en serio nuestras creaciones narrativas.

A lo largo del presente artículo los expondremos con cierta brevedad y en los sucesivos nos detendremos en cada un de ellos, definiéndolos y haciendo algunos apuntes de interés, así como ofreciendo diversos consejos al respecto. Por supuesto, la intención de este post no es la de ofrecer grandes novedades al respecto (ya que el oficio de novelista es demasiado antiguo y se han escrito miles y miles de ensayos sobre cómo encarar el proceso creativo en narrativa) sino que pretende ser algo así como una especie de compendio de los principales puntos presentes en la gran mayoría de manuales. Es por ello que en esta primera toma de contacto nos limitaremos a ver los 10 puntos que creemos indispensables para escribir una novela, y en los sucesivos profundizaremos con detalle en cada uno de ellos, añadiendo en este mismo artículo los pertinentes enlaces a medida que los vayamos publicando para que podáis acceder a ellos con un simple click.

Composición de un guión o una escaleta

Aunque cada cual sigue su propio método para desarrollar su novela, uno de los consejos más repetidos en los diversos cursos y manuales de narrativa es la creación de una escaleta o guión que nos permita saber hacia dónde se dirige nuestra historia. Ésta suele estar precedida de una tormenta de ideas en la que, a modo de borrador, se vuelcan las diferentes ideas y escenas que vertebrarán la narración. Una vez obtenidas se ordenan en la escaleta, la cual, de forma más o menos detallada, describe cada escena o cada capítulo de la obra, siendo una especie de esqueleto o guía de la misma que nos permitirá avanzar con paso seguro.

La creación de los personajes

Otro de los puntos que no debemos descuidar es la creación de unos personajes verosímiles, con caracteres reconocibles y con sus propios condicionamientos y contradicciones, escapando siempre de crear meras marionetas sin personalidad propia. Es. por ello que debemos trabajar bien la psicología de cada uno de ellos siendo esencial, según la mayoría de manuales de creación narrativa, la elaboración de fichas de personaje que nos permitan conocerlos a fondo e interiorizar sus objetivos y motivaciones antes de ponerlos a actuar o a hablar. En su correspondiente artículo ofreceremos algunas claves para lograr la mentada verosimilitud de nuestros personajes así como una propuesta de las fichas que utilizaremos para recopilar toda la información acerca de ellos antes de empezar a redactar.

El narrador

Pese a que no todo el mundo lo tiene claro, el narrador es un ente de ficción totalmente diferenciado del escritor de la obra. Se trata de la voz esencial de la novela, la cual no podría existir sin su presencia. Es imprescindible conocer los tipos de narrador que existen y las características de cada uno de ellos con la finalidad de escoger el que mejor se adapte a la historia que queremos contar para potenciar la calidad de la misma. Además debemos respetar la elección que hagamos, manteniéndonos fiel a la misma y sin que el narrador contradiga a su propia figura. Llegado el momento nos detendremos acerca de cada uno de los tipos de narrador existentes y sus características.

El tiempo

El tratamiento del tiempo es otro de los factores esenciales para construir una novela con cierta solvencia. Para ello debemos diferenciar varios aspectos relacionados con el tiempo como son la época en que se ambienta la historia, la duración de los hechos y el ritmo temporal de la novela con sus amplificaciones, digresiones, resúmenes y elipsis. A priori parece algo sencillo, pero como veremos próximamente, es una tarea que requiere mucho esfuerzo y atención. Profundizaremos en los aspectos temporales en alguno de los siguientes artículos.

El espacio

No menos importante que el tiempo es el espacio en el que la acción transcurre. En este punto es muy importante documentarse si tenemos pensado ambientar nuestra novela en un lugar real, así como realizar con maestría las pertinentes descripciones que permitan al lector hacerse una idea acertada de la localización que hemos elegido. La elaboración de fichas espaciales es una buena idea para ser coherente a lo largo de la obra con el espacio diseñado para ella.

Documentación

Pese a aparecer en el sexto lugar, es una de las primeras cosas que debemos hacer, posiblemente después (o durante) la elaboración de la escaleta, con el fin de no tener que detener más de lo debido el proceso de redacción de la novela una vez que hayamos entrado en faena. No obstante es algo que no termina en la fase previa a la redacción ya que a medida que vayamos avanzando en nuestra creación surgirán nuevos aspectos sobre los que necesitaremos documentarnos para lograr dotar de verosimilitud a la narración. Si se trata de una novela histórica, éste se presenta como uno de los aspectos fundamentales para obtener un resultado notable.

Bolígrafo sobre libreta cuadriculada

El estilo

La mayoría de manuales sobre narrativa son muy claros en cuanto al estilo: intenta ser claro, sonar natural y evita el lenguaje artificialmente engolado: no digas con dos palabras lo que puedas decir con una. A su debido momento, en sucesivos artículos, veremos la importancia de diferenciar bien el estilo del narrador del estilo utilizado en los diálogos, que debe estar sujeto a la forma de hablar de cada uno de los personajes. También trataremos de apuntar ciertos errores comunes que debemos tratar de evitar.

Historias insertadas

Es común en la narrativa la presencia de historias insertadas, esto es, de historias secundarias contenidas dentro de la historia principal, y que son a menudo referidas por alguno de los personajes. Se trata de un procedimiento que otorga gran riqueza y complejidad a la novela y que en ocasiones ha servido para vertebrar obras enteras como por ejemplo «Las mil y una noches». Es necesario conocer bien esta técnica para poder llevarla a cabo de manera satisfactoria.

El proceso de revisión y corrección

Es importante ser críticos con lo que escribimos, tanto una vez finalizada la obra, para corregir posibles errores o mejorar aquellos pasajes con los que no estamos del todo satisfechos, como durante la redacción de la misma, para evitar tener que cambiar demasiados fragmentos tras haber terminado. En ocasiones podemos contar con ayuda externa (ya sea profesional o la simple pero valiosa opinión de lectores de nuestro entorno en cuyo criterio confiemos) pero la última palabra de lo que se ha de cambiar es única y exclusivamente nuestra. Es posiblemente una de las fases más tediosas y repetitivas del proceso, debido a lo poco creativo de la misma y a la rabia que da tener que borrar lo que nos ha costado escribir en su momento, pero de ella depende que el resultado de nuestra novela sea satisfactorio.

La actitud

Para ser escritor… hay que tener actitud de escritor. En pocas palabras esto significa tener muy claro porqué queremos (o necesitamos) escribir, pero sobre todo… ponernos manos a la obra y hacerlo. El mundo está lleno de escritores que jamás han hilado más de dos párrafos, pero que en su cabeza son potenciales creadores de bestsellers que sólo están esperando las condiciones necesarias para deleitarnos a todos con su obra. Sin duda aún no conocen el oficio. Empezar a escribir es tan necesario como crear una rutina y unos hábitos de escritura, tener cierta constancia, leer todo lo que sea posible para seguir aprendiendo y sobre todo, lo más importante: disfrutar de lo que hacemos, ya que en caso contrario nada de esto tendría sentido.


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  1.   Scila dijo

    Son, me parecen, muy razonables los diez puntos. Cargados de razones y juiciosas opiniones sobre el oficio de escribir. No obstante opino que, como en todo, cada quien tiene sus usos y costumbres, pero otros eluden normas y rutinas, dejan que su cerebro dicte a las torpes manos que avanzan con lentitud en su tarea de transcripción girones de una historia inconcreta.
    El orden siempre parece recomedable pero, así como muchos escritores utilizan con aplicación y convencimiento el método descrito, también los hay que se dejan llevar por la urgencia de escribir tal como brota de su memoria, de sus sueños o pesadillas, lo que finalmente será una historia de la que no conoce a priori el decurso ni el final. Este tipo de autor será, podría ser, el primer sorprendido por la historia contada cuando escriba la palabra FIN.