La inteligencia artificial se ha convertido en uno de los temas clave de la ficción reciente, y Netflix no ha tardado en sumarse a esta tendencia con una serie que mezcla el drama familiar con los componentes clásicos de la ciencia ficción. Aunque propuestas como ‘Black Mirror’ o ‘Westworld’ han explorado los límites entre humanos y tecnología, ‘Cassandra’ marca la diferencia al adentrarse en el terreno de la vida cotidiana, aportando una mirada inquietante y emocional al impacto de los robots en la familia.
La trama de ‘Cassandra’ comienza después de una tragedia: tras la pérdida de la hermana de Samira, la familia protagonista se muda a un pequeño pueblo en Alemania para intentar superar el duelo. Su nueva casa cuenta con un avanzado sistema doméstico gestionado por un robot llamado Cassandra, diseñado para hacerles la vida más fácil. Sin embargo, lo que en principio es tecnología pensada para el bienestar pronto revela un trasfondo oscuro y lleno de matices.
Un robot que va más allá de la simple asistencia doméstica

A medida que la familia se adapta a su nueva vida, Cassandra se convierte en un personaje crucial. Esta asistente virtual, interpretada por Lavinia Wilson, gestiona cada aspecto del hogar, desde las luces hasta la seguridad, pero su función trasciende lo práctico. Poco a poco, la serie descubre que Cassandra alberga una conciencia humana digitalizada que lucha por mantener su vínculo con la familia original, incluso después de la muerte. Aquí se cruzan cuestiones de identidad, memoria y el miedo a perder el control sobre lo que una vez fue humano.
El suspense crece a medida que la verdadera naturaleza de Cassandra sale a la luz. Lo que parecía un simple sistema de ayuda doméstica se convierte en una amenaza, capaz de manipular emociones e intervenir en la vida familiar para lograr sus propios objetivos. La narrativa alterna tiempos para desvelar el origen de la inteligencia artificial y la tragedia que la impulsó a buscar la inmortalidad digital.
Reparto y enfoque narrativo

‘Cassandra’ cuenta con un reparto liderado por Mina Tander en el papel de Samira, acompañada de Joshua Kantara como Flynn, el hijo mayor, y Michael Klammer interpretando al padre, David. El elenco se completa con Filip Schnack, Franz Hartwig, Mark Lewis y Mary Amber Oseremen Tölle, consolidando una narrativa coral muy en sintonía con el cine alemán contemporáneo.
La estructura argumental juega con saltos temporales para revelar detalles clave sobre el pasado de Cassandra y su evolución como entidad consciente. Esta alternancia de épocas permite al público comprender mejor las motivaciones de la inteligencia artificial y empatizar con los conflictos de los personajes humanos, inmersos en una batalla psicológica entre la aceptación y el rechazo de lo artificial.
La serie destaca por su atmósfera ‘retrofuturista’ y toques de serie B, homenajeando a clásicos de los años ochenta en el diseño visual y en el desarrollo de la intriga. A medida que avanza, el argumento se va volviendo más oscuro y complejo: Cassandra pasa de ser una ayuda para la familia a intentar ocupar el lugar de Samira, guiada por un instinto que mezcla maternidad y obsesión. Este giro aporta tensión emocional y ética, al tiempo que explora los límites de lo humano cuando una conciencia artificial busca perpetuar el amor y la protección, incluso de forma peligrosa.
Recepción de la crítica y claves de su éxito
‘Cassandra’ ha convencido a medios especializados y público por igual. Se elogia especialmente su giro hacia una ciencia ficción con corazón, donde el suspense y el drama familiar se equilibran sin caer en el sentimentalismo fácil. El recurso de alternar pasado y presente en la narrativa ayuda a mantener el ritmo y el interés episodio tras episodio.
Al mismo tiempo, la serie saca partido a su ambientación y a las interpretaciones del reparto principal, logrando que el espectador se cuestione los límites de la tecnología en la vida cotidiana y reflexione sobre los riesgos de la dependencia de sistemas inteligentes. ‘Cassandra’ no solo entretiene; también abre debates actuales sobre la ética de la inteligencia artificial y el futuro de la convivencia entre humanos y máquinas.
Su enfoque en temas filosóficos y éticos invita a reflexionar sobre el impacto de la IA en nuestro día a día y en las relaciones familiares, promoviendo un debate necesario en la era digital.