Bosch es el título de la serie de televisión que versiona las novelas escritas por el norteamericano Michael Connelly. Las protagoniza el detective del Departamento de Policía de Los Ángeles Harry Bosch y son ya 23, la última Fuego nocturno. Su adaptación a la pequeña pantalla, de 6 temporadas y 10 capítulos cada una, es de lo mejor que puede verse ahora mismo, tanto si se es lector como espectador. Esta es mi reseña porque ha sido mi serie del año.
Bosch — Las novelas
Michael Connelly pertenece al grupo de los grandes del género negro norteamericano contemporáneo. Periodista y redactor de sucesos durante unos años, trabajó para Los Angeles Times y creó a Hieronymus «Harry» Bosch en 1992 en El eco negro (que ganó el Premio Edgar). Desde entonces Harry es uno de los personajes más reconocidos, seguidos y admirados.
No he leído esas 23 novelas, pero sí algunas y entre mis preferidas están Ciudad de huesos y Nueve dragones.
- ¿Quién es Harry Bosch?
En los libros Harry Bosch es un veterano de la guerra de Vietnam, hijo de una prostituta a la que asesinaron cuando era niño y cuyo caso no ha sido resuelto. Se crio en un orfanato y vive marcado por ese hecho, su experiencia en la guerra y su trabajo como detective de Homicidios primero y luego de la unidad de casos abiertos del DPLA, en la comisaría de Hollywood.
Bosch es ese policía serio, quizás áspero a veces, pero honrado del todo, y con su manera particular de enfrentarse y resolver sus casos. Muy meticuloso en su trabajo, se vuelca en cada caso, va tirando poco a poco de los hilos que encuentra, y con decisión y sin soltarlos cuando ha descubierto que son los correctos. Es de esos a los que es mejor tener como amigo que como enemigo. Y aunque parezca no mover un dedo cuando alguien quiere enfrentarse a él, es mejor no darle la espalda.
Aficionado al jazz, tiene una hija, Maddie, de la que comparte la custodia con su exmujer Eleanor. Tiene también un hermanastro por parte de padre, Mickey Haller, que trabaja como abogado defensor y que protagoniza otra saga de títulos.
Y tanto en las novelas como en la serie, la vida personal de Harry y sus relaciones con mujeres son las justas y las mínimas, lo que no quita un ápice del interés por las historias. Sí son importantes sus relaciones con sus compañeros y jefes, que saben cómo se las gasta (Harry deja el DPLA en alguna ocasión y lo expedientan más de una vez), pero que siempre lo respaldan.
- Los títulos que componen la saga son:
- El eco negro.
- Hielo negro.
- La rubia de hormigón.
- El último coyote.
- Pasaje al paraíso.
- El vuelo del ángel.
- Más oscuro que la noche.
- Ciudad de huesos.
- Luz perdida.
- Cruces de maldad.
- Último recurso.
- Echo Park.
- El observatorio.
- Nueve dragones.
- Cuesta abajo.
- La caja negra.
- La habitación en llamas.
- Del otro lado.
- El lado oscuro del adiós.
- Las dos caras de la verdad.
- Noche sagrada.
- Sesión nocturna.
- Fuego nocturno.
Bosch — La serie
La produce Amazon y entre los productores ejecutivos están tanto Michael Connelly —que firma varios capítulos como guionista— como Titus Welliver, que da vida a Bosch. Y no adapta un caso por temporada, sino que mezcla varias tramas sacadas de los libros. Por ejemplo, en la 1.ª temporada saca el material de La rubia de hormigón, Ciudad de huesos y Echo Park.
Cada una consta de 10 episodios en los que los distintos casos se desarrollan sin prisa pero sin pausa, sin giros de guion bruscos ni artificios. El acierto es que lo hace con el tempo justo, alternando entre ese trabajo policial de despacho, las persecuciones y tiroteos, las emboscadas y las resoluciones precisas y también con emoción al final de cada temporada.
Una de las diferencias con las novelas es que nos presentan a Harry como veterano de la primera Guerra del Golfo, para hacerlo más contemporáneo con la actualidad. Y seguramente para los más puristas del personaje, el físico de Welliver no es el del Harry literario, como tantas veces suele ocurrir.
Sin embargo, para el espectador sin referencias, o que se acerque por primera vez a él a través de la serie, encontrará una composición perfecta de su hieratismo y solidez en la interpretación e imagen de Welliver. Igual que ocurre con el resto del reparto.
Reparto
Cabe destacar dos personajes digamos sin carne ni hueso:
- la inmensa Los Ángeles, la ciudad más cinematográfica del mundo y escenario exclusivo y obsesivo para tantos autores más (léase James Ellroy). Con su icónico ayuntamiento, colinas, calles y locales, por no hablar de la espectacular casa donde vive Bosch, luce con su mejor y a la vez más oscura cara.
- Y la comisaría de Hollywood, cuyas dependencias reales albergan el rodaje de la serie y proporcionan la cercanía al trabajo policial más verdaderamente reflejado.
En cuanto al reparto propiamente dicho está el magnífico trabajo de Titus Welliver, un actor bregado en muchas películas y series (Perdidos, Hijos de la anarquía, Deadwood…). Ya se merecía ese papel protagonista de reconocimiento y lucimiento por su larga trayectoria de secundario de lujo.
Lo arropan, con la misma seriedad y buen trabajo, Jamie Hector, como su compañero el detective Jerry Edgar; Madison Lintz como Maddie Bosch, o Sarah Clarke como Eleanor Wish.
Mención aparte se llevan esa pareja que son contrapunto y casi alma del Departamento: los detectives Johnson y Moore o Barrell y Crate, como se los conoce (Troy Evans y Gregory Scott Cummins), que están para jubilarse pero siguen dando mucho juego.
Y los jefes: la teniente Grace Billets (Amy Aquino), que siempre está con sus subordinados a las duras y a las maduras; y el jefe Irvin Irving (Lance Reddick), que también tiene sus métodos particulares para mantener el orden.
Por qué verla
Porque si se es aficionado al género y ve series de policías desde la cuna, Bosch está en la mejor tradición de las más clásicas. Con cierto toque a Canción triste de Hill Street para los más nostálgicos, su concepción y factura tanto visual como la solvencia de los actores, los guiones y diálogos incisivos y precisos (mucho más contundentes en versión original) son excelentes.
Para los más profanos, quizás puedan perderse un poco para seguir las tramas que se entrecruzan, pero aun así, se disfruta simplemente por la calidad que destila.