De todos los trabajos, probablemente el de escritor sea uno de los que más mitos tiene asociados a él. La gran mayoría de ellos no son nuevos, sino que se han ido creando con el correr de los siglos, en ocasiones incluso por parte de los propios escritores para darle un halo místico a su oficio. Aunque si de verdad creían en estos mitos, o se trataba de una estrategia preconcebida, lo dejo al criterio de cada uno.
Antes de nada, me gustaría puntualizar algo: cuando hable de «escribir» o «escritores», me estaré refiriendo a «escribir novelas» y «novelista» respectivamente, aunque sea consciente de que no son sinónimos. Después de todo, resulta imposible analizar todas las formas de arte literario (poesía, teatro, etc.) en un único artículo. Dicho esto, veamos algunos mitos asociados al arte de escribir novelas.
«Para escribir hace falta talento»
«El talento es más barato que la sal de mesa. Lo que separa a las personas con talento individual de las personas con éxito es un montón de trabajo duro.»
Stephen King.
Empecemos con un clásico: «no puedo ser escritor porque no tengo talento». Error. No puedes ser novelista porque no has trabajado lo suficiente para serlo, porque no te apasiona dedicar tu tiempo a escribir, o por mil otras razones. Pero la falta de talento no es una de ellas.
Siendo justos, la falta de talento natural puede ser una gran piedra en el camino, pero de ninguna manera es algo determinante. Como todo trabajo, el de novelista se aprende. Nadie nace sabiendo cómo escribir por ciencia infusa, por mucho que algunas personas lo piensen. A fin de cuentas, gran parte de las verdades en las que creemos, si nos paramos a analizarlas, resultan no tener ni pies ni cabeza.
Lo cierto es que el talento, por sí solo, no garantiza que seas un gran escritor. Como mucho puede servir para hacerte más cómodo el viaje, pero no va a llevar las maletas por ti.
«Para escribir hace falta estar inspirado»
«El genio es uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento transpiración.»
Thomas Alba Edison.
Este mito me molesta especialmente, por lo extendido que está y por la cantidad de gente que cree en él. Muchas personas piensan que una novela debe escribirse a golpe de inspiración, como si el escritor fuera incapaz de poner una sola coma sin la intervención de su musa. Pero pensemos lo siguiente: ¿acaso no resulta ridículo creer que una novela de, digamos, seiscientas páginas sólo puede escribirse cuando estás inspirado?
Los escritores no siempre lo están, pero aún así tienen que dedicarse a su trabajo todos los días, como el común de los mortales. Al menos si quieren ser productivos y no tardar toda su vida en escribir una sola novela. Opción, por otro lado, bastante respetable, pero poco práctica.
Para ser escritor lo más importante es la constancia, escribir todos los días. Porque por desgracia, muchas veces las musas tienen mejores cosas que hacer que llamar a tu puerta.
«Escribir no es un trabajo»
«Todo el mundo sabe escribir, pero no todo el mundo es escritor.»
Joël Dicker.
En pleno 2018, sorprende que muchos aún piensen que «escribir no es un trabajo», pero sucede. Tal vez se deba a que, desde fuera, parece algo muy fácil, porque en esta época la gran mayoría de la gente en los países desarrollados sabe leer y escribir. Pero una cosa es escribir un correo electrónico, un informe, o una carta, y otra muy distinta escribir literatura.
De la misma forma que nadie se consideraría músico a sí mismo si no supiera cantar o tocar un instrumento, ¿por qué se tiene la falsa creencia de que cualquiera es escritor? Todo somos en potencia todo, pero para llegar a a ese punto se necesita un trabajo y un esfuerzo previo.
Este mito, que curiosamente contradice al primero, se puede desmontar de forma muy sencilla: proponiendo a la persona que cree en él que escriba una novela. Las respuestas nunca decepcionan.
Cierto.