Sol Aguirre presenta su libro «Algún día no es un día de la semana». Sol es la creadora de uno de los mejores blogs de humor para mujeres, Las claves de Sol. Mientras la autora conseguía hacernos desternillar de risa con cada post que colgaba periódicamente en su web, nos tenía una sorpresa preparada, la publicación de su primer libro.
Con «Algún día no es un día de la semana», Aguirre consigue arrancarnos una sonrisa página tras página.
«Me llamo Sofía Miranda y no me peino, tengo una letra horrorosa, digo muchas palabrotas, odio cocinar, veo pelis malísimas que me encantan, tengo celulitis y una flaccidez en los brazos que es muy bestia. Soy madre soltera, adoptiva y doble. Solo sé que quiero vivir descalza el máximo tiempo posible (descalzos los pies y descalza la sesera) y que algún día no es un día de la semana, así que más me vale decidir YA». Así es como Sol nos presenta a su protagonista.
Sofía Miranda es una publicista que reside en Madrid, madre soltera de dos hijos y enamorada de Nueva York. Tras un viaje a la ciudad que nunca duerme, Sofía se propone encontrar el rumbo hacia la felicidad. Durante el transcurso de un año la acompañaremos en su camino hacia el equilibrio que tanto necesita y tanto merece.
No sabemos hasta qué punto la novela es autobiográfica, lo que está claro es que Sofía nos da una lección. Perseguir nuestros sueños y estar en paz con nosotros mismos no es algo imposible. Difícil pero no imposible. Un ejemplo de tenacidad, constancia y valor para enfrentar los miedos y contratiempos con los que tenemos que lidiar en nuestra vida.
Sol consigue transmitir está lección a base de humor, desparpajo y de una forma muy realista. Una de las mejores cosas del libro es que, de una u otra forma, nos podemos identificar con la protagonista en varios aspectos; porque al fin y al cabo, Sofía, es como cualquiera de nosotras, con sus pros y sus contras.
Un libro muy recomendable si estáis en un periodo de transición y andáis un poco perdidos. La forma en que la autora enfoca la temática produce una sensación de alegría y de optimismo. Algo que en los tiempos que corren, es más que necesario.