5 consejos para escribir un microrrelato

La literatura breve siempre ha existido. Sin embargo, no ha sido hasta estos últimos años cuando, gracias a las redes sociales, géneros como el microrrelato han despertado a una nueva edad de oro. Historias resumidas en uno o dos versos que abren nuevas puertas a la literatura jugando con la imaginación del lector. También con una estética que trata de inspirar un cierto misterio pero, ante todo, provocar un impacto. Si, además, aplicas estos 5 consejos para escribir un microrrelato, el triunfo está asegurado.

Sé breve

Tal y como su nombre indica, el microrrelato exige de una brevedad mucho mayor que la del cuento. Aunque las medidas del género se han vuelto algo subjetivas con el tiempo (con historias que abarcan varios párrafos), la naturaleza del microrrelato consiste en contar una gran historia con el menor número de palabras posible.

Relata una situación

De tu mente escapó un planeta habitado por promesas e ilusiones rumbo a su extinción. #LetrasdeYemh

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La novela se caracteriza por alargar una idea y complementarla con otros subtramas, mientras que el cuento recrea una situación concreta. Si la novela cuenta la larga vida de un niño que quiere ser astronauta hasta llegar a la Luna, el cuento abarcará el momento en el que éste llega, o aquel en que se decidió a volar a las estrellas. El microcuento cumple la misma función del cuento, pero con menos palabras aún. Se trata de relatar una situación sin ser tan explícito.

Usa la elipsis

La elipsis es una figura retórica que consiste en omitir palabras de un escrito que, de por sí, se sobreentienden. Una aliada esencial a la hora de condensar una historia de mayor profundidad en unos pocos versos. El microrrelato se vale de la sutileza, de mantener cierto misterio mediante una narración en la que se resume la esencia de esa historia pasando directamente al clímax de la misma. Por ejemplo, si dos personajes llevan toda una vida volviendo y rompiendo para finalmente darse cuenta de que se quieren, bastará con un «Tras tanto atar y desatar, el nudo se hizo más fuerte». Por poner un ejemplo.

Juega con las palabras

Puede que busques escribir un relato sobre el rencor y te cueste encontrar las palabras de esa historia que lo resuma. Por ese motivo, o al menos en mi caso, se me ocurre una imagen, una que inspira el resto del contenido por sí solo: ¿qué emoción te inspira esa imagen? ¿qué historia encierra? Otras veces, una palabra puede ser suficiente para atraer a esas otras mediante las que construir el escrito. Por ejemplo, «luz» atrae palabras como «luciérnagas», «oscuridad», «sol»… Juega con todas ellas, porque ante todo, el microrrelato siempre agradece las metáforas.

Un buen título

Toque de queda, de Omar Lara

—Quédate, le dije.

Y la toqué.

Encontrar el título perfecto para nuestra obra muchas veces nos llevo incluso más tiempo que escribir el propio microcuento. Sin embargo, muchas veces el título puede complementar a esa historia aportando más valor o, incluso, rematando el sentido de la misma. Para ejemplos, el maravilloso «Toque de queda».

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