El estrecho de Gibraltar, escenario de Lejos del Corazón, la nueva entrega de Vila y Chamorro.
Aunque Vila y Chamorro no han envejecido tanto como años han pasado desde aquella primera entrega de El lejano país de los estanques en 1998, si hay entre ellas suficiente tiempo y, sobre todo, muchas vivencias como para que cada día se les note más reflexivos, más maduros y menos impulsivos: Lejos del Corazón es la entrega número 11 de la serie. Silva crece en cada una de ellas como escritor y con él sus personajes.
«Quizá el mayor reto del arte de vivir consista en haber descubierto una manera de seguir prendido a los días cuando la vida empieza a mandarte señales de que has empezado a serle prescindible.»
Así empieza Lejos del Corazón, en palabras de Bevilacqua, Vila, ahora subteniente de la Guardia Civil.
Lejos del Corazón: La trama.
En esta nueva aventura, se enfrentan a un mundo muy similar y muy distinto al que lo hacían cuando ambos eran mucho más novatos en la guardia civil, Rubén Vila, sargento, Virginia Chamorro, guardia recién salida de la academia. Ambientada en Cádiz, en San Roque, Sotogrande, La Línea de la concepción y Gibraltar, unos lugares donde la geografía y la política permiten que el narcotráfico persista generación tras generación como si allí se hubiera parado el tiempo.
«Se han criado en un entorno y una cultura donde el dinero lo es todo: el poder, el prestigio, el salvoconducto para llevar la vida que cualquiera envidia.»
A su lado, a su sombra, ejecutado en las tierras británicas de Gibraltar, el blanqueo de dinero. Silva nos muestra como las cosas también han cambiado, sino en el fondo, al menos en la forma de llevarlo a cabo. Con el dinero virtual como eje de unión de la historia, Vila y Chamorro se enfrentan a una desaparición envuelta en bitcoins, robo de capacidad de procesamiento y suplantación de identidades digitales.
«Una de las muchas razones para poner de una vez en marcha una jurisdicción especializada en cibercrimen, pero ya lo sabéis: tratándose de la justicia, ni lo importante ni lo urgente se atienden.»
Los delitos en un mundo cada vez más digital:
Los informáticos de la guardia civil tienen en Lejos del Corazón un peso en la resolución de conflictos acorde con el momento social que vivimos, que no hubieran imaginado la pareja más famosa del Cuerpo cuando salieron de la academia.
Bitcoins, suplantación de identidad digital, robo de capacidad de procesos y blanqueo de dinero forman la trama de Lejos del Corazón.
Lorenzo Silva es quién es y no puede evitar alguna pulla política pero que no entorpece en absoluto el buen ritmo de la trama.
«A ver, vosotros dos, si queréis dedicaros a hacer reformas legales, pedís la excedencia y os presentáis a las próximas elecciones con una lista de perroflautas.»
Los protagonistas:
Una vez más Vila y Chamorro, entretienen, enganchan, más si cabe, que en sus inicios. El aplomo y la perseverancia de Chamorro, junto con la filosofía resignada de Vila, nos hacen reflexionar a la vez que devoramos la historia para saber quién es el más malo de los malos.
«Aunque a partir de cierto momento la vida es esto, todo el rato: enfrentarte con versiones de ti mismo que nunca previste y que no sabes cómo coño explicarle al chaval que sigue ahí, escondido en alguna parte.»
Vila sigue siendo quién es, pero mucho más templado, sigue con sus reflexiones filosóficas:
«Moderar la ambición es la mitad de la felicidad.»
Continúa pintando soldaditos de plomo derrotados:
«El tedio envilece» le dice Bevilacqua a su madre.
Y ambos siguen siendo dos almas solitarias a las que las relaciones de pareja no les salen bien.
«Hay cosas que dejan de ser porque simplemente no debían seguir siendo y respecto de ellas tan inoportuno es el rencor como cualquier forma de añoranza.»
Los inicios de Vila y Chamorro.
Algunos editores no acertaron cuando rechazaron publicar aquella primera historia de los dos guardias civiles, El lejano país de los estanques. Es muy fácil verlo claro hoy, después de veinte entregas y dos millones de libros vendidos, pero lo cierto es que nadie sabe predecir el futuro por muy editores que sean.
Hoy, la novela negra española no sería la misma sin Lorenzo Silva, la visión que tienen los lectores de la guardia civil es mucho más cercana gracias a Vila, a Chamorro y a los compañeros que les acompañan en cada caso.
Como dice el propio Rubén Bevilacqua:
«La vida, en compensación por todo lo que te va quitando, desde la inocencia hasta el vigor de la juventud, te facilita no sólo otras herramientas sino el aplomo para usarlas, y para hacerlo además de un modo que no resulte demasiado infame.»