14 razones para leer clásicos, por Italo Calvino

14 razones para leer clásicos- Italo Calvino

Italo Calvino nació en una ciudad de La Habana (Cuba) llamada Santiago de Compostela de Las Vegas, concretamente un 15 de octubre de 1923 y falleció en Siena (Italia) el 19 de septiembre de 1985, a los 61 años de edad.

Cubano de padres italianos, vivió gran parte de su vida en Italia, donde no sólo se formaría sino también donde desarrolló gran parte de su pasión literaria.

Afiliado al Partido Comunista, combatió en la guerra como partisano, luchando contra el fascismo. Lo cuál le sirvió para escribir su primer libro «Los senderos de los nidos de araña», en el que narraba su experiencia en la resistencia. En un principio su literatura era neorrealista, pero después de trilogía «Nuestros antepasados», compuesta por las novelas «El vizconde demediado», «El barón rampante» y «El caballero inexistente», se dejó llevar más por la fantasía y la narración poética.

Los temas más frecuentados en sus novelas son:

  • La conciencia del ser.
  • Denuncia hacia la realidad contemporánea.
  • Denuncia hacia el miedo impropio de las personas a la soledad.
  • Denuncia a la no individualidad de la persona en el mundo.
  • Denuncia hacia la serie de comportamientos preestablecidos que se les impone a las personas.
  • Los problemas de la sociedad industrial contemporánea del momento.

En su libro «Marcovaldo» (1963), se ve claramente cuáles son las dos vertientes literarias que trabaja Calvino en su narrativa: la realista y la fantástica. Por otro lado, su poesía se abrió a un nuevo clima cultural, moral y estilístico, llevada por el interés hacia argumentos científicos o matemáticos, pero en el que pervive claramente su característica actitud irónica y deformadora con respecto a la realidad.

Ensayo de Calvino: 14 razones para leer clásicos

En un ensayo publicado en 1986 en ‘The New York Review of Book’, Calvino nos da 14 razones para leer los grandes clásicos de la literatura… Y aunque la mayor razón, y con esa debería bastarnos, para leer a los grandes de la literatura, es que sobreviven y perduran en el tiempo, estas otras razones que nos da el escritor cubano no tienen desperdicio alguno. Vamos a verlas y a analizarlas punto por punto.

1) Los clásicos son los libros de los cuales por lo general se oye decir: «Estoy releyendo …» y nunca «Estoy leyendo ….».

Leer un gran libro por primera vez en la ya madurez es un placer extraordinario, diferente de (aunque no se puede decir más o menos que) el placer de haberlo leído en la juventud. Siendo jóvenes trae a la lectura, como a cualquier otra experiencia, un sabor particular y un sentido particular de importancia, mientras que en la madurez se aprecia (o debería apreciar) muchos más detalles y significados de esa misma lectura.

2) Usamos la palabra «clásicos» para aquellos libros que son atesorados por quienes lo han leído y amado; pero ellos no son menos apreciados por aquellos que tienen la suerte de leerlos por primera vez en las mejores condiciones para disfrutarlos.

La lectura en la juventud puede ser bastante infructuosa, debido a la impaciencia, la distracción, la falta de experiencia con la de leer y entender el libro, y por último, la falta de experiencia en la vida misma… Si releemos el libro a una edad madura (lo que nos decía el punto anterior) es probable que re-descubramos estas constantes, que en ese momento forman parte de nuestros mecanismos internos, pero cuyos orígenes hemos olvidado.

3) Debe haber, por tanto, un momento en la vida adulta dedicada a revisar los libros más importantes de nuestra juventud.

Hay grandes clásicos que ejercen una influencia tan particular en nosotros que se niegan a ser erradicados de la mente escondiéndose en los pliegues de la memoria, camuflándose como el inconsciente colectivo o individual. Es por ello que deben releerse una vez alcanzamos la madurez. Incluso si los libros siguen siendo los mismos (aunque ellos no cambian, a la luz de una perspectiva histórica alterada), sin duda nosotros sí hemos cambiado, y nuestro encuentro con esa misma lectura será una cosa totalmente nueva.

14 razones para leer clásicos, por Italo Calvino -

4) Cada relectura de un clásico es tanto un viaje de descubrimiento como la primera lectura del mismo.

Lo que se decía anteriormente, que cada lectura nueva que hagamos de un mismo libro, varía mucho dependiendo de nuestra situación personal, de nuestras nuevas experiencias, del modo de vida que llevemos en ese momento… Todo cambia, aunque el libro siga siendo el mismo.

5) Cada lectura de un clásico es de hecho una relectura.

6) Un clásico es un libro que nunca ha terminado de decir lo que tiene que decir.

7) Los clásicos son los libros que vienen a nosotros teniendo sobre ellos las huellas de las lecturas anteriores a la nuestra, y llevando a su paso las huellas que ellos mismos han dejado en la cultura o culturas que han pasado a través.

Y este punto está estrechamente ligado al punto 5 donde Italo Calvino afirma que «cada lectura de un clásico es de hecho una relectura». 

Según Calvino,

las escuelas y universidades deberían ayudarnos a entender que ningún libro que habla acerca de otro libro dice más que el libro en cuestión. Hay una actitud muy generalizada de los valores por el cual la introducción, aparato crítico, y la bibliografía se utilizan como cortina de humo para ocultar lo que el texto tiene que decir.

Esta aclaración viene a explicar las 5 razones más para leer clásicos que vienen a continuación:

8) Un clásico no necesariamente nos enseña algo que no sabíamos antes.

En un clásico, hay veces que descubrimos algo que siempre hemos conocido (o creíamos saber), pero sin saber que este autor lo dijo primero, o al menos se asocia con él de una manera especial.

9) Los clásicos son libros que encontramos más nuevo, fresco, e inesperado tras su lectura, de lo que pensábamos al escuchar hablar de ellos.

Esto sólo sucede cuando un clásico realmente funciona como tal, es decir, cuando se establece una relación personal con el lector. Si la chispa entre clásico-lector no existe es una lástima; pero no se debe leer a los clásicos por deber o respeto, sólo por amor a ellos.

10) Usamos la palabra «clásico» de un libro que toma la forma de un equivalente al universo, a la altura de los antiguos talismanes.

11) Su escritor clásico por excelencia es aquel con el que usted no puede sentirse indiferente, ya que le ayuda a definirse a sí mismo en relación con él, incluso en conflicto con él.

12) Un clásico es un libro que se presenta ante otros clásicos; pero cualquiera que haya leído los demás en primer lugar, y luego lee éste, reconoce al instante su lugar en el árbol genealógico.

Este punto, se trata de un problema relacionado con preguntas tales como: ¿Por qué leer los clásicos en lugar de concentrarse en los libros que nos permiten comprender nuestras propias mentes más profundamente? o, ¿Dónde vamos a encontrar el tiempo y tranquilidad para leer a los clásicos, abrumados como estamos por la avalancha de los acontecimientos actuales?

14 razones para leer clásicos, por Italo Calvino

Y a estas preguntas, Italo Calvino responde con las últimas dos razones:

13) Un clásico es algo que tiende a relegar las preocupaciones del momento a la situación de ruido de fondo, pero al mismo tiempo este ruido de fondo es algo que no podemos prescindir.

14) Un clásico es algo que persiste como ruido de fondo incluso cuando las preocupaciones momentáneas más incompatibles están en control de la situación.

Parece ser, que queda el hecho de que la lectura de los clásicos parece entrar en conflicto con nuestro ritmo de vida actual, que ya no nos permite tener largos periodos de tiempo para leer. Sin embargo, y añado yo de voz propia, es más una cuestión de decisión a la hora de coger un tomo u otro (literatura clásica vs. literatura actual) en las estanterías de una biblioteca o una librería.

Y por último, para leer, para enriquecerse culturalmente, siempre hay que buscar un ratito diario.


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