En primer lugar, debemos tener claro qué puede ser considerado un clásico. Una definición que es posible dirigir a otras manifestaciones artísticas, como el cine o la pintura, por ejemplo. La principal característica de una obra considerada clásica es su atemporalidad. Es decir, tiene la capacidad de reinventarse para que tenga un significado valioso para cada generación. El significado puede cambiar, la obra lo hace con el tiempo si es atemporal, pero jamás perderá su esencia. Dicho de otro modo, un clásico lo es si nunca pasa de moda.
Por otra parte, debe ser indudable la calidad artística de la obra, así como el acogimiento del público. Esta segunda parte es, no obstante, un concepto contemporáneo y popular. Y solamente el tiempo podrá determinar qué obras logran convertirse en clásicos. Aunque existen muchos textos considerados clásicos, en el presente artículo seleccionamos 11 libros que son clásicos, en lengua española y extranjera, y que recomendamos.
La Celestina (1499)
De Fernando de Rojas, aunque hay distintas opiniones sobre su autoría, se piensa también que puede ser anónima. Gracias a este texto se acuñó el término «celestina» que la RAE define como «alcahueta» o «mujer que concierta una relación amorosa». La obra se trata de una tragicomedia en verso en la que se narran los amores de Calisto y Melibea, sus personajes principales.
Lazarillo de Tormes (1554)
El Lazarillo de Tormes es un libro anónimo; se desconoce quién escribió esta novela picaresca, una de los primeros textos narrados en prosa. La picaresca es un subgénero que nació en España y que retrata el mundo de los pícaros o personas maliciosas que están de vuelta de todo precisamente por las condiciones en las que viven y por las situaciones de supervivencia a las que se enfrentan. Este libro es un vívido ejemplo de la vida en España en el siglo XVI de las capas sociales más bajas dentro del pueblo llano.
Hamlet (1601)
La influencia de Hamlet se ha repetido en multitud de historias a lo largo de diversas obras en la literatura y en el cine. La obra de Shakespeare es una tragedia en la que la venganza asoma como tema principal. Está inspirada en una leyenda escandinava, aunque mucho se habla al respecto. La historia: el príncipe Hamlet ha de vengar el vil asesinato de su padre a manos de su tío, Claudio, y salvar al mismo tiempo a su desventurada madre, obligada a casarse con él.
Don Quijote (1605)
Y desde luego no podía faltar la obra de Miguel de Cervantes, porque Don Quijote es la obra universal por excelencia, y tanto la primera como la segunda parte son consideradas las primeras novelas modernas. Es una novela de caballerías, aunque no complemente, ya que Cervantes escribió una sátira de estos libros que habían arrasado unos siglos antes; es decir, Don Quijote es una parodia.
¿Por qué es tan importante? Además de ser atemporal, supo captar su época y es la obra literaria más importante de todos los tiempos escrita en español. En segundo lugar, ha sido el libro más publicado después de la Biblia y, al igual que esta, se ha traducido a todos los idiomas que tienen escritura. Imprescindible.
Orgullo y prejuicio (1813)
Se trata de una de las novelas más famosas de Jane Austen y se puede decir que es una pionera de la comedia romántica que ha sabido cautivar a millones de lectores a lo largo de los siglos. Los dos protagonistas, enamorados, deberán atravesar algunas dificultades y crecer para lograr estar juntos; es el orgullo y son los prejuicios algunos de estos escollos que Darcy y Elizabeth deberán superar. Se han hecho multitud de versiones de esta obra más allá de las páginas y todavía hoy es un referente en el género.
Frankenstein (1816)
Referente de la novela gótica, Frankenstein es otra obra imprescindible. Mary Shelley la compuso en un retiro con amigos entre los que se encontraba su propio esposo, el escritor Percival Bisshe Shelley, dejándolos a todos anonadados con el resultado. En esta novela se encuentran algunas grandes preguntas: se cuestiona la relación que tiene el hombre con Dios y la capacidad del primero de crear vida de la misma manera que el segundo. Es una novela asombrosa con ese punto sombrío del gótico.
Madame Bovary (1856)
Madame Bovary de Gustave Flauvert es una novela adelantada a su tiempo en la que se señala una situación de la mujer colmada de prejuicios, su pensamiento, forma de amar y autoestima. Con ella se origina el realismo francés, aunque también hay tintes románticos y se vislumbra el futuro literario del naturalismo. Madame Bovary es una novela única que trasciende y en la que Flauvert desarrolla con enorme agudeza la feminidad más radical, alejada de cualquier idealismo pasado.
Grandes esperanzas (1860)
Una de las grandes obras del gran narrador inglés, Charles Dickens. Asimismo, ha sido adaptada durante todos estos años a multitud de versiones y formatos. Tiene los temas propios de la obra de Dickens, como la infancia y la orfandad, la pobreza, la bondad optimista y la esperanza, siempre la esperanza. Philip Pirrip es el huérfano protagonista que comienza como aprendiz de herrero, aunque lo que más desea es ascender socialmente y dejar atrás su sufrimiento.
Crimen y castigo (1866)
La obra más famosa de Dostoievski. Gira en torno a la culpabilidad, así como al anhelo de rectitud y enmienda. Raskólnikov finalmente encontrará la redención tan ansiada aunque no sin pesar, ya que primero habría de matar a una vieja mujer, una usurera, cuya muerte le perseguirá todo el tiempo hasta que logre encontrar el perdón, y con él, la paz.
Guerra y paz (1869)
La gran obra de León Tolstói, de las muchas que se encuentran en su vida literaria. Tuvo enorme peso e influencia en la literatura universal, uno de los grandes textos de todos los tiempos, obra colosal y cumbre del realismo ruso. En ella se narran los eventos históricos y épicos de nada menos cinco familias aristocráticas rusas en los tiempos de la invasión napoleónica.
Fortunata y Jacinta (1887)
Quien quiera leer otra de las grandes novelas españolas de la historia de la literatura debe tomar en préstamo Fortunata y Jacinta. Benito Pérez Galdós fue el más grande narrador de España, con permiso siempre de Cervantes. Fortunata y Jacinta es obra cumbre del realismo español, con la historia de dos mujeres muy distintas, aunque con alguien en común. La historia está situada en Madrid, Jacinta es la esposa y Fortunata la concubina. Jacinta pertenece a la burguesía, en tanto que Fortunata vive en un patio de corralas junto a la Plaza Mayor. Lo moral y lo pernicioso se resuelve de manera tosca y trágica, ante la imposibilidad de encontrar una solución ante tamaño enredo.
