101 años de Kirk Douglas. Sus libros y personajes literarios

Cumplió ayer 101 años (9 de diciembre de 1916), que se dice pronto. Kirk Douglas, o Issur Danielovitch Demsky, lleva ya en el mundo más de un siglo y parece que tiene intención de seguir un poco más. El año pasado le escribí este artículo y hoy quiero hacerle otro para volver a destacar su faceta de escritor. También interpretó a algunos personajes muy conocidos de la literatura y, como ellos, esta leyenda del cine ya de cualquier forma será inmortal. Vamos a por los 102, señor Douglas. O a por los que sean.

Recordemos que la faceta de escritor de Kirk Douglas comenzó cuando en 1988. Tenía ya 72 años y publicó sus primeras memorias bajo el título de El hijo del trapero, referencia al oficio de su padre. Pero también tocó el género de la novela y la literatura infantil.

Personajes literarios

No es posible que queden cinéfilos que no hayan visto 20 000 leguas de viaje submarino o Espartaco. Y sí que es posible que haya lectores que solo hayan visto estos clásicos cinematográficos pero no hayan leído los libros. Bien, pues se pueden hacer las dos cosas y en el cine Douglas estuvo magnífico interpretando a ambos personajes.

Ned Land

20 000 leguas de viaje submarino es una novela imprescindible de aventuras de todos los tiempos. Quizás también una de las más conocidas, aunque lo sean casi todas, de ese genial escritor francés que fue Julio Verne. En 1954 el director Richard Fleischer la llevó al cine en una producción de Walt Disney. Se convirtió en el mismo clásico del género de aventuras pero en la gran pantalla.

El libro está narrado en primera persona por el profesor francés Pierre Aronnax, un famoso biólogo que, en compañía de su ayudante Conseil y por el arponero canadiense Ned Land, son hechos prisionero por el capitán Nemo, cuyo submarino Nautilus es confundido por todos con un monstruo marino. Sus viajes bajo los océanos, sus luchas con criaturas fantásticas y los conflictos entre los personajes por intentar escapar o entender la misión vengativa y suicida del trastornado Nemo conforman una narración extraordinaria tanto en las páginas de papel como en los fotogramas de la película.

Douglas encarnó perfectamente al simpático, fanfarrón y valeroso Ned Land en una caracterización inolvidable gracias a su físico y carisma. Quizás una de sus interpretaciones más alejadas de sus papeles más serios de tipos duros, ambiguos, canallas o heroicos que tanto cultivó.

Espartaco

Posiblemente su interpretación más recordada y elogiada, aunque fueron unas cuantas. El escritor norteamericano Howard Fast (que también escribió con el pseudónimo de E. V. Cunningham) estaba en la cárcel cuando comenzó a escribir Espartaco. Afiliado al Partido Comunista, había sido llamado por el famoso Comité de Actividades Antiamericanas y lo encarcelaron durante tres meses por desacato al Congreso.

La historia sobre la sublevación de los esclavos romanos encabezada por Espartaco fue rechazada por diversas editoriales, que no se atrevieron a publicar un relato así. Fast decidió publicarla por su cuenta a través de su propia editorial Blue Heron Press y para su sorpresa se vendieron más de cuarenta mil ejemplares de la obra en tapa dura. Tras el final de la era del senador McCarthy se vendieron millones y fue traducida a 56 idiomas.

Diez años después de su publicación Douglas convenció a la Universal para rodar la película basada en el libro y se empeñó en incluir en los títulos de crédito a Dalton Trumbo, escritor también en la lista negra que había adaptado de la novela. La película la dirigió Stanley Kubrick y fue un éxito de taquilla que además ganó cuatro premios Óscar y fue nominada a otros dos. Y para todos el rostro y la figura de Espartaco siempre serán ya los de Kirk Douglas.

Libros como escritor

Escribir un libro es una prolongación de ser actor. Para hacer una película se necesita todo un equipo; cuando escribes, tú eres el director y todos los personajes.

Después de su primera autobiografía Douglas se animó a seguir escribiendo. Así, en 1990, publicó Baila con el diablo, una historia de ficción en la que el protagonista es un exiliado judío que viaja a Estados Unidos, donde se convertirá en director de cine y emprenderá una carrera determinada por la ambición. Un argumento que sin duda conocía. Y Último tango en Brooklyn la publicó en 1994, sobre la historia de amor de una pareja que se conoce en una sesión de cine donde proyectan Último tango en París.

En 1992 sufrió un grave accidente aéreo que casi le cuesta la vida y la experiencia le inspiró El regalo. También fue productor de ella su segundo libro biográfico, Ascendiendo la montaña, que le reportó en septiembre de 1999 el Premio Literario del Festival de Deauville. También escribió un par de libros infantiles, entre ellos el titulado Jóvenes héroes de la Biblia. Y ya en 2008 escribió otro libro titulado Afrontémoslo: 90 años viviendo, amando y aprendiendo. ¿El último? Ya veremos…


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