Kirk Douglas. El hijo del trapero y leyenda del cine cumple 100 años.

El hijo del trapero. Autobiografía de Kirk Douglas.

El hijo del trapero. Autobiografía de Kirk Douglas.

Kirk Douglas (9 de diciembre de 1916), una de las más grandes leyendas del cine de todos los tiempos, cumple hoy 100 años. Él y Olivia de Havilland, que llegó ya al siglo el pasado 1 de julio, son los últimos mitos del Hollywood más dorado que todavía pisan este mundo. Pero en realidad ya son eternos.

Así que ninguna fecha mejor para leer o releer su autobiografía, El hijo del trapero (1988). Los más cinéfilos levitamos con la apasionante vida de este actor y hombre que ya ha trascendido a sí mismo. Los menos también encontrarán interesante el relato que el propio Douglas hizo de ella.

Tengo consciencia de Kirk Douglas toda mi vida, como imagino que nos pasa a todos, pero sin duda una de las primeras veces que me fascinó fue en Veinte mil leguas de viaje submarino (1954), el clásico de Richard Fleischer para Disney. Ese marinero Ned Land de camiseta de rayas, pendiente en la oreja y sonriente hoyuelo en la barbilla no puede olvidarse cuando eres una niña impresionable, lectora y precoz cinéfila. Mi enamoramiento fue total cuando repitió con Fleischer como ese temible y grandioso vikingo Einar en la más grandiosa Los vikingos, (1958).

El hijo del trapero cuenta lo que el actor quiere contar, naturalmente. Y uno como Douglas, con fama de difícil, seguro que se dejó varios asuntos en el tintero, por supuesto los más oscuros. Pero qué importa… Ha sido y será uno de los más grandes de la historia del cine, con un carisma sin igual.

Algunos datos

Recordemos que nació en Nueva York bajo el nombre de Issur Danielovitch Demsky. Hijo de inmigrantes rusos judíos que llegaron a Estados Unidos a principios del siglo XX, su padre era trapero. Así que el título de su autobiografía no podía ser otro. Su infancia y juventud fueron muy difíciles, pero él no renegó nunca de su humilde origen.

Así que fue saliendo adelante y ese espíritu luchador lo significó en su vida. Se enfrentó a los grandes estudios de cine, cuando su carrera empezó a despegar, por las políticas draconianas de contratación que imponían a sus «trabajadores». Pero también denunció el lado oscuro más social que lo rodeaba, el del macartismo, la censura y el encarcelamiento de actores y directores por sus ideas.

Douglas nos cuenta también sus percepciones de colegas cuya lista sería tan eterna como él. Y cómo no, también nos habla de sus películas como El ídolo de barro, que lo catapultó a ese cielo estrellado. O cómo le marcó muy profundamente interpretar al pintor Vincent Van Gogh en El loco del pelo rojo.

Nos habla de sus fracasos y éxitos con directores y guionistas como Dalton Trumbo, Preminger, Elia Kazan o Stanley Kubrick, con quien protagonizaría posiblemente las dos obras cumbre de su carrera: Senderos de gloria y Espartaco (novela de Howard Fast y con guion de Trumbo). Pero trabajó con todos los grandes, que sacaron de él interpretaciones memorables de cualquier personaje, desde canallas a héroes, más intimistas, más fanfarrones… Lo que fuera.

Son tantos títulos: Retorno al pasado, esa fantástica Cautivos del mal, Brigada 21, Duelo de titanes, El gran carnaval, El extraño amor de Marta Ivers, El último tren de Gun Hill… O una por la que mi hermano y yo tenemos especial devoción, El final de la cuenta atrás, ya de 1980. Imposible nombrarlas todas.

En definitiva, que para homenajear a Douglas, nada mejor que verse un buen puñado de sus películas (mejor si es en versión original) o leer o releer esta autobiografía. El hijo del trapero tiene el ritmo perfecto de una narración en primera persona sobre una vida que es merecedora como pocas de ser contadas. Y quizás esta leyenda de leyendas aún podrá contar alguna cosa.

Algunas curiosidades

-Coincidió en siete películas, casi todas del Oeste, con Burt Lancaster pero nunca fueron amigos.

-Tampoco hizo buenas migas con John Wayne, republicano de pro, con quien el demócrata Douglas tuvo sonadas broncas. Sin embargo, mantuvo buenas relaciones con presidentes republicanos como Ronald Reagan.

-Le ofrecieron el papel del coronel Truman en Acorralado (1982), pero renunció porque los productores se negaron a aceptar su propuesta de que John Rambo muriera al final de la película, como ocurre en la novela original.

Nunca ganó un Oscar, otro de los grandes tiros por la culata que le sale a la Academia de vez en cuando. Le dieron uno honorífico en 1996 (imagino que por vergüenza). Durante la gala recibió el homenaje de Spielberg por su apoyo a Dalton Trumbo en los años de la caza de brujas.

El 9 de diciembre de 2006 dijo: «Me llamo Kirk Douglas. Tal vez hayas oído hablar de mí. Si no, búscame en Google. Soy el papá de Michael Douglas y el suegro de Catherine Zeta-Jones. Hoy cumplo 90 años y, en mi caso, llegar a esta edad no es solo especial, sino milagroso». El milagro ha llegado a los 100.

Las mayores felicitaciones, admiración y agradecimiento, señor Douglas. Y… “¡Yo soy Espartaco!”.


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