Costumbres raras y curiosas de escritores famosos

Costumbres raras y curiosas de escritores

En este artículo se verán reflejados muchos de los lectores que nos siguen que también son escritores, ¡estoy segura! ¿Por qué? Porque vamos a redactar algunas de las costumbres raras y curiosas de escritores famosos que todos conocemos. Entre ellos están Gabriel García Márquez (el Gabo, tan querido y extrañado por todos), Hemingway, Charles Dickens, Virginia Wolf, Lewis Carroll, Isabel Allende o Carmen Martín Gaite, sólo por nombrar algunos.

Si quieres saber cuáles eran las extrañas manías de nuestros escritores más conocidos, a continuación puedes entretenerte.

Los hay que escribían y escriben de pie

Pues nada, a estos autores no les iba eso de escribir sentados, acomodados en un mullido sillón… Preferían hacerlo de pie, lo cuál denota que eran personas activas y con gran nerviosismo.

Algunos de los que escribían de pie era Virginia Woolf, Dickens, Lewis Carroll o el mismísimo Hemingway.

Los hay que se cuelgan bocabajo

Eso de que les llegue la sangre a la cabeza parece que no les incomoda lo suficiente, al menos, eso es lo que piensa Dan Brown, sí el escritor que se hizo famoso por sus dos bestsellers: «El código Da Vinci» y «Angeles y demonios».

Según este escritor, colgándose bocabajo consigue relajarse y concentrarse mejor en su labor (la escritura). Cuanto más lo hace, más se siente aliviado e inspirado para escribir. Otro dato curioso de este autor, es que a cada hora de escritura hace un breve descanso para practicar gimnasia casera: abdominales, flexiones, etc.

¡Viva la desnudez!

No sabemos si por calor o por puro exhibicionismo, Víctor Hugo escribía siempre desnudo. Con todo el asunto ‘al vent’ el hombre se inspiraba mejor y tenía más brillantes ideas que cuando iba con ropa.

Que digo yo que no le iría tan mal dadas las buenas obras literarias que nos dejó, ¿no?

Café, mucho café… Y cuanto más cargado, ¡mejor!

Bueno, hemos de confesar, que esta «adicción» al café no es sólo cosa de escritores,… Pero lo del autor Honoré Balzac era ya una cosa desmedida… ¡50 tazas diarias! Muy seguido de Voltaire, que contaba las 40 tazas de café al día. ¿Dormirían?  Seguro que los búhos, dormitaban más que ellos…

Y para terminar, diremos pequeñas curiosidades de algunos escritores en concreto. ¡Ahí van!

  • Pablo Neruda casi siempre escribía en tinta verde.
  • Carmen Martín Gaite quiso morir abrazada a sus cuadernos.
  • Haruki Murakami se levanta a las 4 de la mañana, trabaja 6 horas. Por la tarde corre 10 km o nada 1.500 m, lee, escucha música y se va a la cama a las 9. Sigue esa rutina sin ninguna variación, según  pudimos saber gracias a su libro «De qué hablo cuando hablo de correr».
  • Borges escudriñaba tanto sus sueños para ver si le servían a la hora de escribir nuevos fragmentos.
  • Isabel Allende, antes de ponerse a escribir una novela (la cuál siempre debe empezar un 8 de enero) enciende una vela. Cuando la vela se apaga es cuando ella deja de escribir.
  • Hemingway siempre escribía con una pata de conejo metida en su bolsillo.

¡Estos escritores locos, con sus manías varias, la de satisfacciones que nos han dado y nos siguen dando!


Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

  1. Responsable de los datos: Miguel Ángel Gatón
  2. Finalidad de los datos: Controlar el SPAM, gestión de comentarios.
  3. Legitimación: Tu consentimiento
  4. Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  5. Almacenamiento de los datos: Base de datos alojada en Occentus Networks (UE)
  6. Derechos: En cualquier momento puedes limitar, recuperar y borrar tu información.

  1.   M. Bono dijo

    Antes yo escribía tumbado en el suelo. A veces confundía la baldosa de mármol con la hoja de papel y plasmaba lo que estaba escribiendo en la loseta. Después, cuando terminaba y leía en la hoja, faltaban letras y hasta frases completas.

    Ahora escribo como todo el mundo que escriba. Mis muchas estilográficas, entre las que hay Mont Blanc, Parker, Cross…, trato de usarlas lo más posible; pero la modernidad me ha hecho cada vez más idiota, y la mayor parte de lo que escribo lo hago vía ordenador, usando un teclado vulgar y feo y equivocándome continuamente, pues con las prisas y aunque yo no haya sido mecanógrafo nunca, a veces se transforma una M por la N, y otras cosas más. Curiosamente yo, que soy de los antiguos y utilizo la acentuación como me enseñaron hace ya de esto más de 60 años, veo que el acento se esfuma y se convierte en Ñ. ¡Cosas de la modernidad las llamo yo!

    En cuanto a leer, desde el comienzo del día (que para mí es como Haruki Murakami), en el excusado ya tengo un libro en las manos. Escribo unas tres horas. Salgo, doy un paseo, no me acuerdo de comer y escribo otra vez, hasta que la espalda comienza a doler. Eso suele suceder a media tarde. Luego dibujo algo, tomo un whisky, ceno poco y pronto estoy en la cama.

    Mi vida de humilde escritor (yo me auto-califico «escribidor»), va por esos derroteros. Alguna de esas escrituras han sido publicadas.

    1.    Nori Isabel Brunori dijo

      Hola M. Bono MUY BIEN… natural, diría, para escribir… yo hago lo mismo que tú: 1º fue con lápiz luego con bolígrafo…. ahora con ordenador, lo que me da la comodidad de corregir cuantas me plazca…

  2.   anelim dijo

    Pues aun no hayo mi costumbre rara.
    Mmm tal vez me gusta seducir extraños para escribir versos prohibidos…

    1.    Nori Isabel Brunori dijo

      Hola anelim…..
      ¿Sabes? me encanta seducir a extraños con versos prohibidos… o demasiado eroticos…. cuando en la vida real soy algo reservada òco provocativa…. Un cable a tierra, diría…

  3.   César Pinos Espinoza dijo

    Yo lo hago cuando estoy emocionado…y a menudo lloro.