“Hay que cambiar las imágenes estereotipadas” le dijeron a un célebre ilustrador infantil

Jan Lööššf

Un venerado ilustrador sueco se ha pronunciado tras una pregunta realizada por su editor sobre cambiar las representaciones estereotipadas de otras culturas en sus populares libros infantiles.

Jan Lööf, quien ganó el premio Astrid Lindgren en 2011 en el ámbito de la literatura sueca dirigida a un público infantil y juvenil, dijo esta semana en el diario sueco Dagens Nyheter que su editorial le había pedido que cambiara las imágenes de dos de sus libros, concretamente de Mofar är sjörövare (en español, El abuelo es un pirata) y Ta fast Fabian (en español, la captura de Fabián).

El primer título, Mofar är sjörövare, fue publicado en 1966 y trata sobre un niño y su abuelo que se disponen a robar el tesoro de un malvado pirata llamado Omar. Por otra parte, el segundo libro muestra la imagen de un hombre en un traje tribal.

Lööf le dijo al diario Dagens Nyheter que se le había dado un ultimátum, o cambiaba las ilustraciones en los libros o serían sacados de la venta al público.

“Tengo 76 años y no puedo ser molestado para cambiar. Para mí no se trata del dinero, pero probablemente no haré más libros ilustrados para niños”.

El anterior comentario el autor añadió que la imagen del segundo libro del traje tribal la había obtenido siguiendo el modelo de un amigo suyo.

“Sé que él se sentiría alagado. Era un hombre muy guapo”

Ta fast Fabian

La editorial Bonnier Carlse niega la afirmación de que han cancelado los libros, diciendo que aún no está claro si los libros se mantendrán en stock.

En un comunicado que hizo el directo, dijo que el asunto era complejo y que el  editor había discutido recientemente con Lööf sobre algunas imágenes en sus libros que “podrían ser percibidos como representaciones estereotipadas de otras culturas”.

“Nuestro punto de partida es que nuestros libros tendrán una perspectiva inclusiva y no reproducen prejuicios. Todos los libros son el producto de su tiempo… Como adulto, quizás no sea un problema y uno puede colocar la obra en su contexto histórico, pero la pregunta es si podemos esperar lo mismo de nuestros hijos.”

Mientras que algunos han dicho que el debate es ridículo, otros han señalado a la censura. El director concluyó

“Es importante poder mantener esta discusión debido a que es importante y la pregunta es difícil. O bien dejar de vender un clásico amado, o el riesgo de que nuestros libros infantiles repitan prejuicios para los jóvenes lectores”.

También expresó la esperanza de que la editorial  y el autor encontrarían una solución a la situación.

“Para mí el problema es más grave que estos libros en específico. Se trata de como nosotros, como los editores, de una manera respetuosa, gestionamos nuestro patrimonio cultural y al mismo tiempo cumplimos con el valor actual para dar los mejores intereses a los corazones de los niños”.

Mofar är sjörövare

Concluyo en este artículo lanzándoos una pregunta, o dos: el mundo está lleno de estereotipos, no sólo en la literatura sino que nos rodean por todas partes y no siempre tiene por qué ser malos. Que se intenten cambiar los estereotipos en los libros demuestra una mayor igualdad pero, por otro lado, y teniendo en cuenta de que los libros de este autor son clásicos del año 1966 ( 50 años atrás), ¿es necesario cambiar los cuentos clásicos para eliminar los estereotipos? ¿No sería eso eliminar el cuento original y, por tanto, eliminar a un clásico? Y, por último, ¿consideráis que los estereotipos pueden dañar tanto a los lectores?

Personalmente pienso que un mundo rodeado de estereotipos no es bueno pero que, si los combinamos de buena forma con los no-estereotipos, no debería haber un gran problema. Por otro lado, no me parece correcto modificar un clásico porque no se ajuste a lo que las editoriales quieran ahora en los libros. También creo que deberíamos confiar más en la capacidad de los niños de aprender a situar el contexto de los libros y en los padres a la hora  de decirles cuanta verdad hay en ellos.


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  1.   Alberto Díaz dijo

    Hola, Lidia.

    Estoy totalmente de acuerdo con tu reflexión final del último párrafo. El problema, desde hace unos años a esta parte, es que la sociedad vive instalada en lo políticamente correcto. Yo soy un defensor acérrimo de decir las cosas de manera amable y educada y sincera. Pero esto no implica que haya que caer en la famosa expresión: «Cogérsela con papel de fumar».

    A mí me parecería una aberración literaria o editorial cambiar cuentos clásicos para no herir sensibilidades infantiles (o incluso adultas). La gente no es idiota y los críos, tampoco. ¿Te imaginas que se pretendiese modificar el final de «Caperucita roja» para no fomentar la caza del lobo? Sería absurdo, ridículo.

    Un saludo literario desde Oviedo y gracias.

  2.   Luchiflús dijo

    Estoy de acuerdo contigo, Lidia. En mi opinión el cuento clásico debe permanecer tal y como es, y debe ser analizado teniendo en cuenta la época y la situación social del momento.
    Lo que sí me parece primordial es que a partir de ahora se escriban cuentos libres de estereotipos, reflejando una sociedad multicultural. No soy especialmente partidaria de lo políticamente correcto, sino de eliminar los prejuicios. Si hacemos lo segundo, lo primero no será necesario.

    ¡Un saludo desde tierras mañas!

    1.    Alberto Díaz dijo

      Hola, Luchifús.

      Qué gracia tu apodo, es muy simpático. Parece el nombre de un personaje de dibujos animados.
      Estoy totalmente de acuerdo contigo.

      Un saludo desde tierras astures.