Entrevista a Javier Armentia, director de la colección ¡Vaya timo!: «Todos llevamos un crédulo dentro, y hay muchos temas que ni siquiera nos habíamos planteado antes»

Conversar con astrofísico Javier Armentia tiene de bueno que uno sabe de antemano, a poco que conozca a su interlocutor, que las afirmaciones van a ir acompañadas de razonamientos y reflexiones que las sostengan. Tal vez la explicación sea que uno no llega a dirigir el Planetario de Pamplona sin tener siempre la pregunta «¿Por qué?» en la punta de la lengua.

Fotografía de algunos de los libros de la colección

Una de sus últimas iniciativas consiste en ponerse al timón de un barco en el que también están la ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico y la editorial Laetoli. Se trata de una colección de ensayos llamada ¡Vaya timo!, cuyos títulos tratan sobre temas que sus autores han identificado «supercherías que se repiten y venden como ciertas».

¿Por qué una colección como ¡Vaya timo!?

En demasiadas ocasiones nos encontramos ante algo que se nos ofrece, se nos publicita o se nos tira encima, que resulta, cuando menos, algo extraño si nos ponemos a pensarlo. Si es muy evidente, todos entendemos que eso es un timo, o al menos que quieren vendernos una moto. Pero, ¿cómo saber si algo es un timo si normalmente se habla bien, aparece en los medios de comunicación, mucha gente lo compra o hasta lo avalan las autoridades competentes? Muy probablemente nunca nos hayamos planteado si eso es bueno o no, pero es que si lo hacemos tampoco tendremos toda la información, simplemente porque en muchos casos nadie habla de que eso es falso, engañoso o malintencionado. Cuando se analiza la historia, las teorías presentadas, las pretendidas pruebas de la eficacia o existencia, cuando uno se toma el trabajo de buscar en el fondo de lo que se nos vende, a veces nos encontramos con todos los elementos definitorios de un timo, de un engaño a menudo creado con esa intención de engañar, de tomarnos el pelo, de quitarnos el dinero, a veces la salud y casi siempre el tiempo.

Los vayatimos nacieron para proporcionar información ante esa situación tan desigual. Son libros que declaran lo que contienen, no juegan a decir que las cosas no se saben, o que todo es relativo, algo demasiado en moda en estos tiempos. Toman partido por la razón, el pensamiento crítico, las ciencias, la historia, y usan herramientas objetivas para desmontar las afirmaciones mentirosas e interesadas de los fabricantes de misterios y vendedores de naves misteriosas de lo paranormal.

Los temas son tantos como actividades humanas a nuestro alrededor, porque hay mucho timo en casi todo. En la colección queremos un abanico amplio. Desde timos grandes, aparentemente serios o respetables que son los más peligrosos, o muy antiguos o muy lucrativos, a los más livianos, esos que parecen una tontería sin más. Pero la colección empezó fijándose en diversos temas populares, que siempre aparecen en los medios de comunicación, de esos que a veces generan un cierto debate tras una cena entre amigos. Entre los socios de ARP Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (www.escepticos.es) que es la asociación que está junto a la Editorial Laetoli detrás de la colección, hicimos una consulta informal de cuáles eran los temas que veían conveniente tratar. Así salieron algunos de los primeros, a veces temas eternos como la astrología o los poderes de la mente, la religión o el más allá, a veces temas candentes como el psicoanálisis o la conspiración lunar, otra clásicos de los que viven los «misteriólogos» como los ovnis, la sábana santa, el monstruo del lago Ness… Y un amplio etcétera en el que queremos introducir temas que cumplan ese requisito: que se nos presenten como ciertos sin pruebas adecuadas, que se popularicen de forma acrítica o que se pongan de moda simplemente porque en estos tiempos cualquier cosa exótica se pone de moda.

Pero hay quien dice que este tipo de cosas (las pseudociencias) le tranquilizan, le ayudan o le sirven… O que «la ciencia no puede explicarlo todo».

Claro que la ciencia no puede explicarlo todo. De hecho, uno debería dudar de quien afirme que pueda explicar todo, dar solución a todo o reconfortarnos completamente a todos. Vivimos en un mundo sorprendente y la ciencia es una actividad que intenta explicarlo lo mejor que se puede, pero por propia definición del mundo, y de la ciencia, ese conocimiento es incompleto, inexacto. Nuestro trabajo es ir consiguiendo mejores certezas, conocer mejor la naturaleza y entenderla. Este proceso, sin embargo, resulta a veces incomprensible o inquietante para mucha gente. Pensamos por ejemplo en temas que son percibidos como origen de riesgo: normalmente abandonamos el carácter racional y cuando la ciencia nos dice que razonablemente no cabe preocuparse de eso, porque los estudios no han mostrado nada peligroso, nos quedamos mirando al científico y le decimos: ¿puede asegurarnos que esto no es malo? Y el científico no puede hacerlo, porque dirá que hay una probabilidad baja, que al nivel actual del conocimiento eso es lo que tenemos… Por el contrario, aparecerá un interesado en vendernos lo contrario que afirmará sin ambages que eso es terrible. O que tiene la solución definitiva. Es comprensible que, inseguros en un mundo potencialmente hostil, abracemos aquello que nos de seguridad. Muchas pseudociencias o supercherías nacen de esa tendencia.

Sin embargo, aunque sea a veces más lento que afirmar sin más o vender la pócima fabulosa, el método de la ciencia proporciona informaciones razonablemente ciertas, de las que derivan progresos razonablemente ciertos, conocimientos que permiten avanzar razonablemente. No nos damos cuenta, pero este mundo lo ha transformado más ese conocimiento, que las creencias irracionales que llegaron a ser muy populares.

Los títulos de la colección ¡Vaya timo!: ¿Son libros para los ya convencidos, o para los que están por convencer?

Son libros amenos, divulgativos y con información veraz. Por lo tanto son para cualquier persona que tenga curiosidad. Posiblemente, quien crea en esa historia encontrará hostilidad hacia su creencia, y mi experiencia es que resulta imposible convencer a quien se sabe con la verdad última. Sin embargo, todos llevamos un crédulo dentro, y hay muchos temas que ni siquiera nos habíamos planteado antes. Esta colección intenta, precisamente, dar razones por las cuales ese crédulo puede darse cuenta de que eso es un timo o, cuando menos, una pérdida de tiempo. Especialmente varios de ellos están pensados en un público juvenil, que ha oído o visto hablar de estos temas normalmente dentro de espacios pseudocientíficos que los promocionan acríticamente. Una persona joven puede, y debe, conocer el mundo de verdad, no las ficciones interesadas de los vendedores de misterios. Ahí también intentamos, con la colección ¡Vaya timo!, dar razones donde habitualmente se da propaganda.

Todo el que escribe, lo hace para comunicar. Pero considerando los temas tratados en la colección ¡Vaya timo!, parece claro que la difusión pasa de ser algo muy importante a ser una prioridad absoluta. ¿Cómo habéis abordado este asunto?

En eso hemos topado con un mundo más proceloso que el de las pseudociencias. Laetoli tiene en principio una buena red de distribuidores en España, pero cualquier editorial que no sea de las grandes sale con pocos puntos, con pocos ejemplares, con poca promoción, y es difícil conseguir algo más, porque son libros de ensayo, y de temas habitualmente considerados como marginales. Aún así, es una colección nacida en el siglo XXI y estos textos impresos en papel han generado muchos comentarios en la Red. Un caso paradigmático lo tenemos con el número 10 de los vayatimos, donde Eugenio Fernández Aguilar, con mucho movimiento en la blogosfera científica, ha conseguido menear el libro más de lo que ninguna campaña pagada por una gran editorial habría sido capaz. A veces los pequeños pueden hacer grandes movimientos.

En cualquier caso, queremos que la colección sea más conocida, y sobre todo que sea origen de discusiones. Estamos preparando para los próximos lanzamientos un acceso al público más amplio, con más debate y más información. Creo que los temas lo merecen. Y el público, sobre todo.

Un director de una colección como ¡Vaya timo!, ¿a qué se dedica fundamentalmente?

En este caso, como director de una colección declaro mi más absoluta ignorancia sobre qué es lo que se DEBE hacer. Afortunadamente, el editor tiene gran experiencia en su trabajo, y la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico tiene una trayectoria de divulgación de la racionalidad y la ciencia que es una gran ayuda. En un primer momento vino una preselección de temas, hablar con expertos para encontrar autores que se animaran a una aventura en la que el factor económico iría muy por detrás de la necesidad de contar con libros sobre esos asuntos… Algunos aparecieron llamando a la puerta, conforme los primeros volúmenes han ido saliendo. A otros hay que perseguirles mucho tiempo. Mi papel es ese, además de colaborar con la labor de edición, que siempre es apasionante, sobre todo en esas fases finales en que se intenta por un lado cazar el gazapo y por otro imaginar el libro en el estante, llamando al lector, y en lo que pensará cuando lo lea. El director de una colección en eso es como un director de orquesta primerizo, pero de una orquesta tan buena que sabe cómo sonar estupendamente.

¿Con qué criterios se selecciona a los especialistas que escriben sobre cada tema?

Lo he comentado sucintamente antes: hemos buscado autores sensibilizados con la idea general de la colección, de divulgar un pensamiento crítico ante tanto timo como tenemos, expertos en diversas materias que además pudieran dar una opinión autorizada y relevante, divulgadores de esos temas en medios de comunicación, también profesores que tienen que lidiar con esta defensa de lo racional ante un mundo poco proclive a pensar autónomamente. Mirando la nómina, tenemos un poco de todo, y creo que con los próximos volúmenes intentaremos también acercarnos al mundo de la comunicación y el periodismo.

Habida cuenta de la actualidad, la pregunta es obligada: ¿Llegamos los humanos de verdad a la Luna? ¿Qué razones cree que explica que surgiera una teoría de la conspiración lunar?

Un compañero de trabajo me comentaba el otro día que lo de la conspiración lunar es como si yo dijera de repente: «los sanfermines del año 69 no se celebraron, hay una conspiración empeñada en engañarnos». Usted me podría decir: pero hay fotos, la televisión, los periódicos… Todo mentira, manipulaciones, montajes con fotos sacadas en otros sitios. Entonces me diría: pero hay testigos, yo conozco a gente que estuvo entonces… Mienten, están conchabados, o comprados, o acaso atemorizados porque la conspiración tiene la mano larguísima y su vida peligraría. Entonces podría decirme que sería imposible mantener una mentira así tanto tiempo y con tanta gente implicada. Y ese es exactamente el punto donde no podría rebatirle: es impensable que cerca de un millón de personas (las que trabajaban directamente en las misiones Apolo en EEUU y las que hacían lo propio en las misiones lunares soviéticas) mintieran entonces y sigan mintiendo cuarenta años después.

¿Por qué surgió esta peregrina idea? Porque vivimos un mundo en que los medios de comunicación favorecen la popularización de ideas peregrinas, exóticas o alocadas. Son noticia. Era noticia que un sujeto, en el año 74, un año después de la última Apolo, dijera que todo era un montaje. En aquella época, esto entroncaba con lo que estaba pasando: la gran mentira de Vietnam, las grandes mentiras y la corrupción de Nixon, el gobierno oculto y el apoyo a las dictaduras de la era Kisinger comenzaba a mostrarse al mundo. ¿Por qué no habrían mentido también en algo que parecía tan complicado como ir a la Luna? A partir de ahí, esa noticia fue recogida por los medios y la hicieron suya, permitiendo llegar a la situación actual en que cada vez que alguien menciona el viaje a la Luna hay que mencionar la posible conspiración, en aras de una falsa neutralidad o imparcialidad de la información.

Por favor, háblenos de la Editorial Laetoli. ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con ellos?

Una maravilla. Laetoli es el fruto del amor de una persona por los libros. El editor, Serafín Senosiáin viene del mundo de la literatura: poeta, novelista, editor… Y contaba que Laetoli nació porque se encontró que había muchos libros que quería leer pero nadie editaba por aquí, ni nadie escribía o no se conocían. Usó las pisadas marcadas en barro de hace varios millones de años en África como icono para una editorial que quiere dejar huellas para el futuro. Si uno creyera en majaderías, quedaría precioso decir que Laetoli estaba predestinada para acoger los vayatimos. Pero seamos serios: una apuesta por el pensamiento racional, crítico, colecciones de ensayos potentes y provocadores, divulgación científica abierta y atractiva eran avales más que suficientes para pensar en que esta editorial era el lugar donde establecer la primera apuesta española por el pensamiento crítico. Desde hace muchos años, más de un cuarto de siglo, los escépticos españoles habíamos pensado que se debería hacer algo así. Pero entre la idea (el convencimiento) y la acción hay un trecho que no se había salvado hasta hablar con Laetoli. De hecho, en parte, fue Laetoli quien buscaba algo así, y ARP Sociedad para el Pensamiento Crítico fue la única y lógica asociación que podría acometer un trabajo de este tipo, porque lo habíamos imaginado desde hace mucho y conocíamos a la gente precisa para la travesía.

Muchas gracias por las respuestas, Javier.


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