10 mitos sobre los escritores que son ciertos (y falsos)

Cuando era pequeño y le decía a algún familiar que de mayor quería ser escritor la respuesta, entre risas, era la de «Esos solo cobran cuando mueren, como los pintores». Y así, poco a poco, los artistas vamos creciendo bajo el prejuicio de que escribir está bien, pero si eres médico, abogado o banquero mucho mejor, lo cual a grandes rasgos puede ser más práctico pero no por ello la única opción. Este es uno de los muchos tópicos del escritor en el siglo XXI con los que seguramente más de uno os habréis identificado en algún momento. Con este y otros 10 mitos de los escritores que son ciertos. . .  y falsos.

Mitos ciertos

La actividad del escritor es solitaria

Si eres una persona que no suele relacionarse con otros escritores, posiblemente nadie te comprenda más allá de la típica pregunta de «¿vas a publicar algo nuevo?»; y ya, principalmente porque el mundo sigue considerando la escritura más como una afición que como una labor de peso si aún no has publicado nada. A su vez, parece existir un cierto recelo por parte del escritor a la hora de compartir sus ideas, de permitir que alguien o algo más se interponga entre él y ese mundo paralelo en construcción en el que solo él  convive. Ya lo decía Gabo: «creo, en realidad, que en el trabajo literario uno siempre está solo, como un náufrago en medio del mar. Sí, es el oficio más solitario del mundo. Nadie puede ayudarle a uno a escribir lo que está escribiendo».

Leer siempre ayuda

Puede que el escritor tenga la capacidad de crear, pero siempre necesitará leer a otros autores para nutrir su estilo, experimentar y, en definitiva, poder plasmar de la mejor forma esa gran idea. Leer no te hace mejor escritor, pero sí ayuda.

Escribir es una cuestión de práctica

Puede que las ideas sean igual de frescas a los veinte que a los cincuenta, pero la práctica es el factor que determinará la forma en que aprendemos a desarrollarlas y a exprimir todo su potencial; un nivel que se alcanza practicando, releyendo, corrigiendo y arriesgando.

Mitos falsos

Vivir de escribir es imposible

Hace veinte años no existían los blogs, ni tampoco habían plataformas de autopublicación y otras tantas facilidades para expresar tus ideas al mundo. En cambio hoy día la cosa es diferente, especialmente porque cada uno puede hacerse a sí mismo gracias a un blog de literatura, un libro autopublicado o sí, mediante una obra publicada por una editorial. Porque aunque los sellos editoriales suelan ser filtros demasiado afilados  siempre buscarán ideas frescas, organizarán concursos y, en definitiva, podrán permitirte vivir de escribir si el libro les convence (y se vende, por supuesto). Quizás no sean tantos los escritores que vivan solo de ello como nos gustaría, pero imposible, lo que se dice imposible, no es.

Solo tienen talento los escritores profesionales

El motivo por el que un libro se venda mucho es un factor en el que a veces existe mucho marketing de por medio. En Amazon, por ejemplo, podemos ver grandes best-sellers con 50 opiniones negativas y 20 positivas que aún se siguen leyendo porque dan pie al debate o llegaron en el momento justo impulsados por una editorial o X tendencia literaria. Sin embargo, este factor se aleja muchas veces de la calidad de una obra en sí misma, siendo muchos los escritores «noveles» los que pueden escribir historias igual de competentes a las de esos escritores más experimentados.

La autopublicación es una alternativa más fácil

Cuando descubres por primera vez plataformas de autopublicación como KDP de Amazon o Bubok  se te abren aún más los ojos: ¿¡poder publicar mi propia novela por mi cuenta. . . y hacer que triunfe!? En la teoría la idea es genial, pero en la práctica la autopublicación cuenta con un pequeño gran detalle con el que un autor no contaría si publicase su obra con una editorial: tú debes encargarte de la portada, de la corrección, de las conversiones a epub, mobi y otros formatos que no sabíamos ni que existían, de publicarla, de difundir, de interactuar con los lectores, de llamar a las puertas de los blogs literarios y un largo etcétera de factores que debes tener muy en cuenta antes de lanzarte a una piscina que, por otra parte, también puede darte muchas alegrías.

Somos todos unos borrachos

Reconozco que durante alguna noche de escritura una copita de vino se ha colado en el escritorio, pero no por ello todos dormimos en camas rodeadas de botellas de Rioja vacías ni tampoco nos fumamos una pipa de opio para invitar a la inspiración. El mito del escritor bohemio puede reflejarse en ocasiones en su pensamiento, pero no siempre en su forma de actuar ni en ese universo que nos vendieron películas como Moulin Rouge. Muchos escritores también se cuidan, van con sus hijos a patinar los domingos  y desempeñan otros empleos de forma paralela a su actividad llevando una vida totalmente ordenada y limpia.

Todo el mundo puede escribir

Si nos ponemos así, vale sí, todo el mundo puede escribir, pero cuando se trata de elaborar un cuento o una novela la cosa no es tan sencilla. Por supuesto, muchas personas que nunca se plantearon escribir comienzan con una novela que puede que guste a sus familiares, amigos y novio pero cuya calidad, obviamente, no es la esperada. Escribir un buen libro se nutre de muchos factores y reunirlos todos no es tan fácil.

El escritor y sus musas

El mito más bohemio de cualquier escritor reside en la presencia de sus musas, de esas mujeres (¿u hombres?) que no se dedican a nada salvo revolotear a nuestro alrededor para ofrecernos un soplo de creatividad. Sin embargo, la realidad es bien distinta: ninguna musa nos espera al llegar a casa ni nos susurra al oído qué debemos hacer. Más bien existen lugares, situaciones y personas de la vida cotidiana que pueden inspirarnos.

Y la eterna duda

¿El escritor nace o se hace?

Existen cientos de opiniones en torno a la que es una de las grandes preguntas de los círculos literarios. En mi opinión, el escritor nace, aunque no por ello tenga que ser consciente desde un primer momento de su capacidad. Algunos nacen con un don que explotan a edad temprana, mientras que otros necesitan explorar la cultura, leer libros o atreverse a reservar tiempo para probar «qué tal se le da ese relato» para darse cuenta de que esa pasión llevaba dormida mucho tiempo. Pero como digo, cada uno tiene una opinión al respecto y nunca se puede dar nada por hecho en lo que respecta a asuntos vocacionales.

¿Debatimos?


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  1.   Cayetano Martin dijo

    El escritor nace y se hace, deben reunirse ambas circustancias

  2.   Simón dijo

    Genial el artículo, perl lo único en lo que no estoy de acuerdo es en eso de que el escritor nace porque creo que los dones se consiguen con trabajo, con esfuerzo y con ganas, no cono dice el tan manido tópico: De nacimiento.

  3.   FRANCISCO MARIN dijo

    Desde mi punto de vista, el escritor se hace, bien en la infancia o más adelante. El escritor primero ha de ser lector y luego trabajar en ello. Un saludo